Entrevista

María del Mar Díaz: "Sin una química sostenible no hay desarrollo alguno de la vida moderna"

  • La investigadora perteneciente a la Universidad de Huelva es la única onubense en la lista que reúne a las mejores científicas españolas 

María del Mar Díaz en el laboratorio de la Universidad de Huelva.

María del Mar Díaz en el laboratorio de la Universidad de Huelva. / M.G. (Huelva)

El hábitat natural de María del Mar Díaz dista mucha de asemejarse al del ciudadano habitual. Su morada se conforma de cuatro paredes de color blanco que sirven de cobijo para un sinfín de sustancias químicas e instrumentos confeccionados para integrar proyectos químicos que promuevan la sostenibilidad en la sociedad moderna.

El incansable trabajo y el especial mimo y dedicación que proyecta a su profesión y “pasión” le han valido a la investigadora de la Universidad de Huelva para ubicarse entre las mejores científicas de España según reza su valor de Fhm. En este sentido, el citado parámetro alude a la relación entre el valor de h del investigador y la media de los del ránking del área a la que pertenece.

El reconocimiento ha causado “mucha alegría” en María del Mar Díaz, si bien reconoce que su felicidad es mayor “cuando saco un compuesto nuevo en el laboratorio o cuando una reacción sale tal y como había planeado”.

Su pasión por la química se hace palpable con la ilusión que emana de su voz. Precisamente, es el entusiasmo el valor que nunca puede desfallecer en la trayectoria de un químico, en tanto que “el camino es muy largo y la emoción es vital para continuar el trabajo”. De hecho, la química advierte a sus alumnos de tesis –cuenta con 3 estudiantes de doctorado y 2 de máster– de la “locura” inherente a la rutina del investigador, pues el vaivén de sensaciones se antoja una constante “en un proyecto químico”. Así, Díaz incide en que “se pasa de la cima al suelo cuando piensas que lo tienes todo de cara” para que una reacción cristalice, aunque “la felicidad es plena” cuando el procedimiento da sus frutos.

Los proyectos –encuadrados en la catálisis homogénea– no cesan en la vida del investigador y, entre los que acomete María del Mar Díaz, figuran dos que se presumen muy útiles “para buscar la sostenibilidad en la sociedad”. Uno de ellos versa sobre la funcionalización y modificación de polímetros para que una propiedad especial germine en ellos. En este caso, según señala la docente, la conversión de un tipo de plástico en pegamento. En este sentido, se lleva a cabo una transformación de las moléculas para que la utilidad cambie como sucede con los neumáticos. Se trata, así, de una investigación aplicada, pues busca el impacto en la sociedad.

Por su parte, otro de los proyectos se enmarca de lo que se nomina “química básica”, es decir, una investigación dirigida a “obtener la esencia de cómo reaccionan los átomos para formar una molécula que tenga una utilidad”. Este grupo eléctricamente neutro –que parten de hidrocarburos– pueden dar medicamentos como el ibuprofeno. De esta manera, María del Mar Díaz persigue “hacer ese proceso más limpio y barato con catalizadores de cobre, fundamentalmente.

La labor de la investigadora viene dada por la “importancia de la química sostenible para que la sociedad avance”, en tanto que “el mundo moderno está rodeado de nuevos materiales” y todo ello conlleva “un importante trabajo de las personas que están en el laboratorio”.

Para acometer tales investigaciones la financiación se antoja fundamental, puesto que el material de trabajo –aparatos de medición de sustancias, reactivos o gases para una atmósfera especial– es muy costoso. Todo ello se adquiere con financiación pública, pero esta no entra en juego si no hay unos resultados de investigación, por lo que “es una pescadilla que se muerde la cola”, recalca la docente. En este sentido, Díaz asegura que “hay que apostar por los investigadores para iniciar proyectos y, sin embargo, el número de becas y recursos se quedan muy cortos”.

De estas becas se benefician los alumnos de doctorado, “vitales” para trabajar en el laboratorio, pues resulta “imposible” investigar esta rama experimental si se compagina con la labor docente y administrativa que también lleva a cabo el profesorado de universidad. Precisamente, para María del Mar Díaz, pese a que le “encanta” dar clases, su pasión “es investigar” y lo ratifica cuando explica que piensa “en el laboratorio” cuando se duerme y cuando se despierta.

Preguntada por la Universidad de Huelva, asegura que “estamos en el camino para crecer”. Así, es consciente de que la Onubense “no está en una posición muy considerada, pero cada día hay más ganas de trabajar y seguir adelante”. Asimismo, evidencia la necesidad de financiación sobre la UHU en “el caldo de cultivo” que atesora la universidad para que la investigación progrese.

Su incesante labor por la ciencia pone el acento en la importancia que tiene la mujer para el citado ámbito. Díaz, sabedora de “que en su cátedra –química inorgánica– hay muchos más hombres que mujeres, se muestra esperanzada en que este número se equipare tras ver cómo en los primeros cursos de las ingenierías el colectivo femenino es muy parejo al número de varones.

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