María Jesús Domínguez Sío, doctora en filología hispánica, además de catedrática de literatura, presenta una novela histórica dedicada al gran navegante de Palos de la Frontera Martín Alonso Pinzón. Todo un reto intelectual.

Editado por Almuzara se titula, Pinzón. El marino que adelantó a Colón, y en él, gracias a una titánica labor de documentación y un inspirado alarde literario se asigna a cada uno de los personajes el lugar que merece en la gesta descubridora. Asimismo, e indirectamente, la autora pone en su sitio a los que se avergüenzan de la historia, "empeñados en analizar acontecimientos ocurridos hace 500 años con los ojos de este presente líquido y acomplejado".

A la luz de los hechos la escritora reconoce el carácter visionario, incluso místico y, por supuesto, ambicioso y egocéntrico de Colón y, a la vez, asentando su narración en esos mismos hechos reivindica y enaltece la figura de Martín Alonso Pinzón, sin cuyo concurso y el de sus hermanos Vicente Yañez y Francisco la gesta descubridora de América no hubiera sido posible, o hubiera corrido suerte distinta.

Domínguez Sío deja claro que la asociación entre Colón y Pinzón será posible gracias al concurso de los frailes franciscanos del monasterio de Santa María de La Rábida, quienes aconsejaron al almirante genovés que reclamara ayuda, además de a la Virgen de los Milagros, al piloto de Palos.

Es en esa peculiar relación, según se cuenta en otro capítulo, cuando Colón se dejará llevar por la desconfianza, quizá por la soberbia, al investigar la vida e historia de Pinzón entre sus paisanos; para acabar concluyendo que se trata de un hombre respetado, admirado y querido no solo en el ámbito personal, sino también en el militar y en las difíciles artes del cabotaje.

A Colón le atormenta admitir que los conocimientos de Martín Alonso Pinzón son mucho mayores que los suyos y que inevitablemente se ha convertido en la pieza clave que hará funcionar la máquina de esa odisea histórica, solo comparable con la llegada del hombre a la luna.

Portada del libro homenaje al marinero palermo.

Es sabido que durante siete años Colón rondó sin éxito la corte de los Reyes Católicos, que no darán el consentimiento al revolucionario proyecto hasta que Martín Alonso Pinzón, con su sentido práctico y conocimientos marinos, lo convierte en una empresa real y realista a la hora de contar con las naves necesarias, reclutamiento y manutención de la marinería, preparación de la intendencia, amén del concienzudo estudio náutico de la derrota que los llevará a las Indias navegando hacia el ocaso, en lugar de hacerlo por las aguas de oriente, luego de bordearen incontables singladuras la interminable costa africana. El objetivo de la nueva ruta se fundamentaba en ahorrar vidas, tiempo yespuertas de ducados.

Aventuras, odio, amor, belleza, miserias, penalidades, logros, satisfacciones, pasión, peligros, traiciones, fiesta, duelo y hasta una entrevista de la autora con la estatua que la localidad de Bayona, en Pontevedra, recibió como regalo del municipio de Palos de la Frontera en el año 1977. Todo lo imaginado aparece en Pinzón. El marino que adelantó a Colón. Una obra que en la variopinta biografía creativa de Domínguez Sío supone un honrado hito literario.

Esta simpática, incansable y menuda mujer nacida en Galicia, afincada en Madrid y muy ligada a Moguer, a Juan Ramón Jiménez y Zenobia, ha firmado varias obras e interesantes estudios académicos acerca de nuestro andaluz universal. La última ha sido esa biblia epistolar que lleva por título Monumento de amor. Epistolario y lira, 1340 páginas galantemente editadas por la Residencia de Estudiantes y la Fundación Cajasol donde se ordenan y comentan las cartas que compartieron entre sí Zenobia y Juan Ramón.