Manifestación industrial

RECIÉN conocidos los alarmantes datos del paro, la Federación química de Comisiones Obreras (Fiteqa) daba una sorpresa el martes convocando una manifestación por el empleo industrial para el 17 de febrero. Sorpresa porque ese mismo día el secretario provincial de CCOO anunciaba junto a su homólogo de UGT una planificación mucho más tibia de movilización frente a la crisis (una asamblea conjunta de delegados en marzo), pero también porque en los últimos años había sido la Federación de Industrias Afines (FIA) de UGT la que había convocado dos manifestaciones en defensa de la industria.

Las tornas han cambiado pues y la unidad sindical que habían expresado UGT y CCOO se rompe de nuevo en uno de los sectores más sensibles, la industria. Las federaciones de ambas centrales tienen prevista una reunión para analizar una posible unidad de acción también en esta materia, pero el acuerdo se prevé difícil en el asunto en el que ambas partes han tenido más diferencias en los últimos años.

A priori habría un motivo oficial por el que sería difícil una manifestación conjunta bien el 17-F, bien el 19-F, el día de la industria instaurado por UGT y sobre el que el secretario provincial de FIA, Luciano Gómez, ya había planteado alguna actuación posible. El argumento sería la celebración de congresos en ambas federaciones: Fiteqa tiene el nacional los días 18 y 19 de febrero y FIA el regional el 17 y 18.

Estas fechas marcan un escenario difícil para ponerse de acuerdo. Pero la verdadera dificultad estará en acercar unas posturas que se han manifestado irreconciliables en los últimos años, en los que ambas federaciones han cruzado duras críticas hacia la actuación de la otra parte. Tanto que CCOO no ha participado en ninguna de las dos manifestaciones convocadas por UGT bajo el lema industrial, ambas a las puertas de elecciones, autonómicas en el caso de 2004 y municipales en 2007.

El acuerdo fue imposible ante posturas de partida muy diferentes: para CCOO las movilizaciones tenían un uso político y defendían a los empresarios (convocados en ambos casos). En el lado ugetista siempre se ha reprochado a CCOO su tibieza en la defensa de la avenida Francisco Montenegro, aludiendo a la influencia de la política medioambiental de IU sobre la postura del sindicato.

Es precisamente en la avenida Francisco Montenegro donde radica el quid de la cuestión industrial. Las posturas de ambos sindicatos han sido diferentes en cuanto a las fábricas de esta avenida y en sus relaciones con el empresariado, con FIA centrada en la capital y en las críticas a la actuación del Ayuntamiento y Fiteqa con escasas actuaciones públicas al respecto. En este contexto las tornas han cambiado, y si antes era UGT la que convocaba con motivos políticos según CCOO, ahora es Fiteqa la que quiere poner a los trabajadores del Polo en la calle también con sospechas por la otra parte de seguidismo a IU (que ya ha celebrado su manifestación por el empleo en Sevilla).

Desde Fiteqa se defiende que ante casos como los de Tioxide, los problemas en la Cuenca Minera y el progresivo aumento del paro en la industria es el momento de movilizarse, una postura contraria a la expresada por las centrales, que todavía no consideran llegado el momento de tomar la calle. La Federación química asegura haber optado por actuar conforme a lo que le piden sus afiliados.

El debate está abierto y a lo largo de esta semana se clarificarán las posturas. Aunque mucho tendría que cambiar para lograr unir a dos federaciones divorciadas desde los inicios del siglo, al principio por unos acuerdos y después por las manifestaciones.