MATSA, Minería con M de Mujer
Contenido patrocinado
La compañía onubense cuenta con geólogas, ingenieras, camioneras, palistas, directoras de área o químicas, entre otras. Las mujeres son hoy parte integral del trabajo en la mina
El avance de la mujer hacia la igualdad en el ámbito laboral se hace patente en algunos sectores que tradicionalmente han sido terreno de hombres. Este es el caso de la minería, una industria que ha experimentado una transformación integral en las últimas décadas, para hacerse más moderna, responsable e igualitaria que nunca.
Empresas como MATSA están apostando por la integración de la mujer y potenciando su presencia en todos los ámbitos, desde la dirección general hasta el resto de departamentos que componen la operación. Las mujeres son hoy parte integral del trabajo en la mina y tienen claro que han llegado para quedarse.
Hacia la igualdad real
El porcentaje femenino en la plantilla de MATSA en la actualidad es del 18%, una cifra a la altura de las principales empresas mineras a nivel internacional y por encima de la media en España, que se sitúa en torno al 8%. Este dato se hace aún más significativo si se tiene en cuenta que, hasta hace solo unos 25 años, la presencia de las mujeres estaba vetada en minería de interior. No fue hasta el año 1996 cuando el Tribunal Constitucional avaló el acceso de la mujer a esta actividad.
En compañías mineras como MATSA, la incorporación de mujeres a la plantilla ha ido creciendo a medida que lo ha hecho la operación. Para potenciar la presencia femenina en la misma, la empresa está trabajado en la concreción de su Plan de Igualdad, está implementando medidas para favorecer la conciliación y potencia la formación de las mujeres del entorno para incrementar sus posibilidades laborales dentro del sector, sobre todo en las áreas mineras, donde aún son menos numerosas.
Cuatro mujeres pioneras
María Pérez es una de las pocas mujeres perforistas en minería de interior en el mundo y, además, maneja la maquinaria para el sostenimiento de las cámaras y tiene cartilla de artillera. Tras estudiar un Grado Superior de Construcciones en la Metalurgia, se incorporó a MATSA en el año 2016, donde dice “sentirse muy orgullosa de la cantidad de mujeres que se encuentran trabajando en la compañía, a pesar de ser un sector tradicionalmente de hombres”.
Tras su experiencia en la empresa, tiene claro que la paridad en la minería es solo cuestión de tiempo. Como explica, “en las áreas de mina, las mujeres estamos demostrando que tenemos un rendimiento productivo igual al de los hombres, por lo tanto, es una realidad que estos trabajos no dependen en absoluto del género, sino de las propias personas y de sus ganas de superarse”.
María Pérez valora “muy positivamente” el calado que están teniendo algunas de las medidas adoptadas por MATSA para favorecer la integración de las mujeres. Recientemente, se ha puesto en marcha un curso de formación para el manejo de camiones y palas en los municipios del entorno, que cuenta con un 40% de mujeres participantes, de las cuales algunas ya están realizando prácticas en la empresa. Esto pone de manifiesto, “cómo se está incrementando el interés de muchas mujeres por trabajos que hace unos años eran impensables para nosotras”, señala la trabajadora.
De la misma opinión es Luz Cerezo, que trabaja en MATSA como supervisora del Centro de Operaciones de Mina, desde donde se controla a tiempo real toda la operación en las minas Aguas Teñidas y Magdalena. Para ella, MATSA “es una empresa pionera a la hora de favorecer la incorporación de la mujer al sector, no solo en las áreas de oficina, en las que siempre lo hemos tenido más fácil, sino en todo tipo de puestos”.
MATSA ha realizado una fuerte inversión económica desde sus inicios para dotar a la operación de las últimas tecnologías y los sistemas más innovadores. Según explica Luz Cerezo, este ha sido también un factor clave en materia de integración, “puesto que estos avances nos han facilitado el acceso a muchos más trabajos para los que estamos perfectamente cualificadas y, a la vez, ha sido beneficioso para los hombres, ya que ha disminuido el esfuerzo físico que requería trabajar en la mina. En definitiva, es algo positivo para todos”.
Señala también que el hecho de ejercer un mando intermedio en un sector habitualmente masculino “es un gran reto y algo muy gratificante si partimos de que, hasta hace muy poco, la presencia de la mujer en minería era nula”. Afirma haberse sentido “siempre muy respetada por parte de mis compañeros, lo que me ha hecho estar muy cómoda trabajando en MATSA”.
Luz Cerezo está convencida de que el futuro de la minería está ligado a la mujer, “aunque queda mucho trabajo por hacer, espero que en muy poco tiempo se consiga la igualdad real. Me gustaría que las mujeres percibieran la minería como un sector al que poder optar profesionalmente. Hoy en día, ya somos muchas mujeres, pero queremos ser más”.
Tras casi 12 años trabajando en MATSA, Esther Díez ha sido testigo de cómo ha evolucionado la presencia femenina a medida que la compañía se ha ido consolidando en el territorio. Actualmente, trabaja como operadora del servicio de tratamiento de aguas, aunque ha realizado otras labores en la empresa. Cuenta que entrar en MATSA le dio la oportunidad de regresar a su pueblo, El Cerro de Andévalo, con su familia, después de años viviendo fuera. De hecho, fue su marido, trabajador de MATSA, el que la animó a realizar uno de los primeros cursos de Operadora de Planta e interesarse por este sector.
En estos años, Esther Díez ha encontrado su vocación en la minería y ha crecido profesionalmente en la compañía. Como explica, “la imagen que tenía de la mina cambió por completo, porque al comenzar en MATSA me di cuenta de que el sistema de trabajo era muy diferente a lo que pensaba. Cuando empecé jamás hubiera imaginado que podría hacer algunos trabajos que al final sí he realizado, como, por ejemplo, manejar una pala cargadora”.
Esther Díez destaca que “al principio sorprendía a todos ver a una mujer con este tipo de maquinaria, pero ya está cada día más normalizado”. Uno de los aspectos que resalta es el trato igualitario que siempre ha tenido en la empresa, sin ningún tipo de distinción por el hecho de ser mujer, “al contrario, cuando un jefe veía a una mujer con potencial, siempre le proponía nuevos retos, algo que nos ha hecho ganar confianza y crecer como profesionales. Mi trabajo es muy gratificante, porque me he dado cuenta de que soy capaz de hacer cualquier cosa que me proponga”.
Díez está convencida de que pronto se igualará el porcentaje de hombres y mujeres en la mina, porque “cada vez son más las mujeres que se interesan por formarse como camioneras, palistas, etc. Tenemos un gran futuro en la minería, por eso, siempre animo a otras mujeres a que sigan nuestro ejemplo”.
Por último, María Dolores Domínguez es supervisora de perforación y voladura en mina Magdalena y cuenta con más de 4 años de experiencia en la compañía. En este periodo, destaca las oportunidades que ofrece MATSA para evolucionar y crecer siempre en el ámbito profesional y personal. Como explica, “es muy enriquecedor poder cambiar de puesto de trabajo e ir afrontando nuevos retos”. De hecho, se está preparando para incorporarse próximamente al departamento de Servicios Técnicos, en planificación, un área completamente distinta que para ella supone “una gran oportunidad”.
Desde su opinión, “es necesario seguir avanzando para que las mujeres estén aún más presentes a todos los niveles, no solo en la supervisión o desde perfiles técnicos, sino también incrementando la presencia en puestos de jefatura y dirección”. En este sentido, considera que “todavía queda mucho por hacer para alcanzar esas posiciones que servirían de referente para todas las mujeres que trabajamos en minería”.
Califica de “muy positiva” su experiencia en MATSA y su relación con todos sus compañeros y anima a “cualquier mujer que tenga la inquietud de interesarse por este sector a que se enfrente a sus miedos y luche por sus sueños, porque todas las barreras pueden superarse si se pone trabajo, esfuerzo e ilusión”.
Ya sea en el interior de las minas, con explosivos y maquinaria pesada, en la planta de tratamiento o realizando labores administrativas, las mujeres han asumido un papel determinante en el futuro de la minería. MATSA está liderando esta evolución hacia la igualdad dentro del sector, conscientes del gran valor que las mujeres están aportando y aportarán a su actividad.
También te puede interesar
Lo último