"Llevo once meses en paro y se han llevado lo único que tenía"El drama onubense de las participaciones preferentes "Me han robado la memoria de mi abuela, no pararé hasta recuperarla""Los que antes me daban un trato VIP, ahora no me miran""Han negociado d
el 'corralito' español Hablan los afectados por los productos de riesgo comercializados por entidades bancarias
Adicae calcula que son más de 4.500 las familias afectadas en la provincia · La plataforma creada para defender a los damnificados prepara movilizaciones
"Yo no sabía qué era una participación, lo único que sé es que dejé el dinero donde me dijo el director de mi banco de toda la vida que lo hiciera. Pensé que era un plazo fijo, porque así me lo dijeron... Es una estafa..., un engaño... Un robo con guante blanco". Pedro (prefiere no identificarse) es uno de los miles de onubenses que ha caído en las redes de las participaciones preferentes.
Hace un año y medio recibió una indemnización y se quedó sin empleo, cuando volvió a trabajar (a los pocos meses) decidió reservar ese dinero (12.000 euros) "por lo que pudiera pasar, para que no le faltase nada a mi familia". Todo parecía normal hasta que después de catorce meses recibió del banco un extracto en el que aparecía algo nuevo: "Un folio que nunca antes había visto, que hacía referencia a una venta de valores; algo que jamás había llegado a mi casa", insiste . A partir de ahí, empezó una intriga que hoy ya ha destapado y que le ha dejado a él (con 48 años) sin el único dinero que tenía para seguir "tirando para delante". La situación angustia a Pedro porque está en paro desde hace once meses (también lo está su mujer y su hija mayor, que ya ha concluido sus estudios) y tan solo le quedan dos para dejar de tener derecho a cobrar el subsidio por desempleo. "No sé qué voy a hacer entonces", dice. La entidad bancaria no le da una respuesta y "lo único que hacen es llamarme para decirme que la situación se va a resolver en breve, pero esa solución nunca llega". Hasta ahora , le han ofrecido lo que a la mayoría de los clientes afectados: lo que se conoce como obligaciones subordinadas, convertibles en acciones de la propia entidad, pero "eso no es lo que yo contraté, porque yo no sé de acciones, ni de inversiones, ni de bolsa; yo sólo sé -relata- que mis 12.000 euros ya no están". Y es que de momento, esa cantidad ha perdido un 47% del valor "por arte de magia". Pedro ha interpuesto la reclamación correspondiente en el banco donde contrató la emisión y también en la Junta de Andalucía.
"A mi me han tocado el corazón y eso es lo que me llevó a movilizarme", explica N. Ponce. Recibió una herencia de 6.000 euros una vez que falleció su abuela y se emociona cada vez que habla de ello porque "desde pequeña dormía con ella y han jugado con ese recuerdo, con ese cariño..., con la memoria que tengo de ella..." Ponce se enteró de que su dinero estaba en participaciones preferentes a primeros de año, cuando, como a la mayoría de los afectados, se percató de que ese dinero que pensaba que estaba en un plazo fijo no podía retirarlo de la entidad bancaria porque "estaba retenido por el Banco de España".
Preguntó por activa y por pasiva y no encontraba respuesta y pensó que lo mejor era luchar hasta encontrar una solución "a un engaño y a algo que va más allá de la sinvergonzonería" porque entendía que "no se podía seguir dando esa excusa cuando en otras entidades bancarias se empezaban a dar soluciones". Y decidió impulsar una plataforma de afectados. Plataforma que quedó constituida en 15 de marzo bajo la denominación de Plataforma de Afectados por las Participaciones Preferentes de Bancos y Cajas de Valverde del Camino y Pueblos Vecinos (plataformapreferentesvalverde@gmail.com).
Desde ella se ha intentado trabajar de forma conjunta con Adicae y Facua para "aunar criterios y esfuerzos" y de ahí que se tenga claro que lo primero que se debe hacer en caso de ser afectado es recopilar y comprobar la documentación de la que disponen sobre la inversión contratada (contratos, folletos publicitarios, test de conveniencia, etc.). Después, formalizar una reclamación para solicitar la nulidad del contrato ante el Servicio de Atención al Cliente de la entidad financiera, sobre la base de la falta de información facilitada sobre este tipo de productos. En el supuesto de que no se obtenga respuesta en un plazo de dos meses o que la respuesta no fuera satisfactoria, podrá presentar una reclamación ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aportando cuantos contratos y documentos consideren relevantes para acreditar los aspectos planteados. Agotadas estas vías, se debe valorar cada caso para ver si es oportuno o no acudir a los tribunales.
La crisis no da tregua y nada mejor que el consejo de alguien en quien se confía y que teóricamente es experto en la materia para decidir dónde dejar los ahorros. Es lo que pensó la mayor parte de los afectados en Huelva por la ventade las participaciones preferentes, que ya superan los 4.500 según los cálculos de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), que prepara una demanda colectiva (por venta fradulenta) contra las entidades financieras implicadas.
Cifra, la de 4.500 afectados, que es totalmente provisional y que podría aumentar dado que cada día salen a la luz más casos, sobre todo en algunas zonas del Andévalo, donde los directores de las entidades bancarias que vendieron estos productos de riesgo como si fueran un plazo fijo, mantenían, en muchos casos, lazos de confianza y familiares con los clientes afectados, explica la portavoz de la Plataforma de Afectados por las Participaciones Preferentes de Bancos y Cajas de Valverde del Camino y Pueblos Vecinos, N. Ponce. De ahí, que se piense ya en poner en marcha un calendario de movilizaciones para hacer pública la situación por la que están pasando.
Detrás de cada una de las familias afectadas hay una historia con nombres y apellidos, que en no pocas ocasiones se convierte en un verdadero drama. Todas tienen un denominador común: se han llevado los ahorros de gente modesta, conseguido, en la mayoría de los casos, con el trabajo de toda una vida. Por eso quisieron depositarlo de manera que estuviera a salvo para cuando llegara la vejez, o para cuando la familia lo precisase "ahora que hay tanto paro". Y a todos se suma algo que los indigna aún más y que se convierte en el factor más sangrante de la historia: quienes les aseguraron que hacían lo mejor fueron sus "asesores de confianza de toda la vida". Todo marchaba bien, hasta que decidieron disponer de su dinero hace unos meses. Todos subrayan la necesidad de que se "depuren responsabilidades" porque, según denduncian, hay actuaciones que cuanto menos se pueden calificar de "sospechosas". Aunque la mayor parte de los afectados lo desconocía, firmaron el denominado test Mifid, un cuestionario que, por imperativo legal, el cliente debe completar para acreditar que es consciente y ha sido informado de la naturaleza del producto financiero que está adquiriendo. Pero (aquí reside lo peor) muchos no fueron completados por los interesados, sino que se lo dieron a firmar "con las casillas de las respuestas ya cumplimentadas por ordenador". O aún peor, se firmaron a pesar de que la valoración global del análisis daba como resultado "no conveniente", como denuncia uno de los afectados (Pedro), o a pesar de que la casilla en la que debe confirmarse si conoce o no el producto se deja en blanco, como declara la propia Ponce. Y es ahí donde reside una de las bases en las que se sostiene que la comercialización de los depósitos pudo ser "fraudulenta".
En Andalucía, el número de afectados se eleva a 67.000, según Adicae, mientras que en el conjunto de España, las entidades han emitido 25.962 millones en participaciones preferentes a alrededor de un millón de personas que ahora intentar canjear por acciones o bonos, oferta que sólo sería positiva para el afectado si se respeta el 100% del valor nominal de la inversión y el pago no se vincula a la solvencia de la entidad.
Manuel (nombre ficticio) tiene 54 años y los ahorros que ha ido reuniendo a lo largo de más de 36, que tenía en su banco "de toda la vida" no sabe dónde están. Creía que en un plazo fijo, pero después de diez años ha descubierto que la realidad "es bien distinta".
Se hizo cargo hace años un negocio de su padre y desde entonces lo explota. En todo ese tiempo ha habido tiempos buenos y también períodos malos, por lo que decidió ir "juntando lo que se pudiera para cuando se necesitara". La primera vez que le preguntó al director de la entidad bancaria dónde "dejar el dinero sin ningún tipo de riesgo y sin impedimentos para sacarlo cuando quisiera" fue en 2002. Desde entonces, "disponía de él sin problemas". Pasó el tiempo y la cantidad iba aumentando conforme Manuel ahorraba más. "No parecía haber ningún problema y yo ni siquiera me plantee que no fuera seguro o que se tratase de algo diferente a un plazo fijo..." Hasta que hace tan solo un mes su hija comprobó que en un extracto del banco "el último ingreso de 4.000 euros se había reducido prácticamente a la mitad".
"Es inconcebible que en todo este tiempo no se haya dicho ni una palabra, que me hayan dejado ajeno a la realidad y que hayan tapado y silenciado el problema para dejar pasar el tiempo hasta que nos fuéramos enterando de lo que pasaba. Es un engaño, una estafa y alguien debe dar la cara". Manuel relata su historia sin poder evitar la indignación de quien se siente "traicionado" por quienes han tenido "siempre" su confianza. Él también asegura que no ha realizado test alguno, como exige la ley, antes de firmar una operación como la de los preferentes. Resume su situación de forma clara: "36 años de trabajo para ahorrar e intentar asegurar el futuro y, al final, lo único que he conseguido es que el banco negocie y tenga beneficios gracias a mi dinero, mientras yo pierdo y me dejan tirado. No hay derecho", sentencia. De momento, en el aire quedan 66.000 euros, que podrían haber sido 160.000 si hace dos años no hubiera comprado una vivienda en la Costa.
Lo primero que deja claro es que ella no decidió dónde ingresar el dinero, "el banco me ofreció depositarlo en lo que ahora sé que son depósitos preferentes... Confié plenamente en ellos, hasta el punto de que ni siquiera tengo la documentación en mi casa y que no leí los papeles que me pedían que firmase..." Y ahí reside uno de los principales problemas: "Es mi palabra contra la suya. ¿Quién dice que no me contaron dónde invertía el dinero, quién dice que lo que ellos ahora mantienen es cierto y que lo que yo sostengo no lo es?"
Estrella decidió hace años que debía tratar por todos los medios de disponer de un colchón para cubrir los estudios de su hijo (en una universidad privada). En 2005 llegó al banco en el que tenía domiciliada su nómina desde hace 35 años y les consultó cómo podía ahorrar sin correr ningún tipo de riesgo "porque yo no soy experta en finanzas, ni nada por el estilo", explica. En ese tiempo recibió una herencia, que pensó invertir en la compra de una vivienda. Y ahí empezaron los problemas. Desde el banco le propusieron invertir esa cantidad (200.000 euros) en participaciones preferentes mientras encontraba la vivienda que buscaba. "Me dijeron que era seguro y que era lo mismo que un plazo fijo", sostiene. Estrella no encontró esa vivienda y fue entonces cuando le dijo a su "banco de toda la vida" que juntase el dinero de la herencia con otro que tenía ahorrado y había invertido años atrás en participaciones subordinadas. Entretanto, me trataban "como un cliente preferente, con trato VIP y yo deposité toda mi confianza en ello, hasta el punto de autorizar que movieran mi dinero como quisieran". Se enteró que su dinero estaba en riesgo hace solo dos meses, cuando escucho a otro afectado decir que había perdido todo su dinero: "Me quedé sin habla cuando pronunció las palabras participación preferente". No tardó en presentarse en banco y preguntar qué pasaba con su dinero . "A partir de ahí algunos de los que me sonreían y me hablaban con todo el cariño y respeto empezaron a no mirarme y a limitarse a decirme que el dinero estaba intervenido". Lo peor, asegura, es que "a raíz de todo esto la salud de mi marido se ha visto afectada".
También te puede interesar
Lo último