Letras cargadas de optimismo
La comparsa onubense Los Pinturillas puso color a la noche tratando temas como la crisis desde una visión positiva. El Recre, muy presente en la composición de las agrupaciones.
Lo concurrida que estaba la calle Vázquez López la noche del viernes apuntaba que la cuarta jornada del concurso de agrupaciones del Carnaval Colombino presentaría una buena entrada. Tres comparsas, dos murgas y un cuarteto procedentes de distintos puntos de Huelva y Sevilla acudieron a la fase preliminar del certamen en el Gran Teatro, acompañadas de una gran afición que ocupó todas las butacas de la bombonera.
Los encargados de inaugurar el espectáculo fueron los integrantes de la comparsa bollullera El rey de la noche, dirigidos por José Manuel Cano Cruz. Debutaron en el concurso onubense con unos espectaculares disfraces de búho y un decorado que representaba un bosque en una noche estrellada. En sus pasodobles quisieron crear conciencia a una sociedad "que no tiene alas para volar" mediante el Carnaval, ya que "don Carnal me permite cantar lo que me duele". Representar a su pueblo en el teatro onubense fue el principal cometido de sus cuplés, "queremos dejar bien alto el nombre de Bollullos". Finalizaron con el popurrí, que fue un alegato de que la juventud actual "está olvidada, sin un ayer ni un mañana" y que "ha perdido la alegría de vivir".
La jornada del certamen continuó con el grupo onubense Un cuarteto con empeño cuya dirección, letra y música estaba a cargo de los tres integrantes de la agrupación. La parodia escenificaba una famosa tienda de empeños que aparece en un programa de televisión, y la actuación estuvo animada por el público y por la corte carnavalera. Uno de los cuplés fue dedicado a la choquera infantil Ariadna, hija de uno de los integrantes del cuarteto que afirmó que "te mereces un premio por aguantar a tu padre".
La primera murga de la noche venía desde la localidad sevillana Burguillos. Los jefes, nombre de la agrupación dirigida por Alfonso Guerra, convirtieron las tablas de la bombonera en La tasca de la alegría, un bar en el que "la risa es su especialidad porque estamos en Carnaval". El público se levantó en el segundo pasodoble en el que las letras trataron sobre la enfermedad de alzheimer. En los cuplés, los divertidos camareros hicieron su versión del anuncio de la lotería de Navidad y satirizaron la entrada en la cárcel de Isabel Pantoja.
Tras el descanso, la comparsa onubense de Los Pinturillas con la dirección de David Ferrer, puso color a la noche con un canto al optimismo. Con unos coloridos paraguas "en contra de los temporales" y en un escenario que representaba a la ciudad de Huelva, los integrantes trataron temas de actualidad como la crisis o los desahucios con una visión positiva, afirmando que "porque veo la vida en colores, me llaman loco".
La segunda murga de la noche procedía de Beas y fue La última noche buena, dirigida por Juan Manuel Becerril. Los seguidores de la agrupación, ataviados con gorros navideños, llenaron el Gran Teatro al ocupar casi 200 butacas. Los beasinos hicieron una particular "despedida de soltero a Gumersindo" en un bar de copas "de la mejor manera, cantando en el Teatro". Dejaron claro en sus pasodobles que se presentan al certamen "para disfrutar", y mencionaron asuntos actuales como la corrupción "que me saquen una tarjeta en verdad me alegra, eso dijo Rato cuando le dieron la negra". Tanto en los cuplés como en el popurrí, la murga tuvo muy presente a Huelva y al Recre, y montaron una fiesta en el escenario que levantó a toda la bombonera.
Cerró la jornada la comparsa de Trigueros La caja de las melodías, bajo la dirección de José Manuel Durón. Los triguereños representaron a unos críticos organilleros que trataron temas como la crisis, los recortes y "la necesidad de cambio". Dedicaron uno de sus pasodobles al Carnaval que "es quien hace girar la manivela del corazón mío". También reprocharon en sus letras que "no entiendo cuando un joven dice que se siente franquista" ya que "ellos no vivían cuando estaba Franco", haciendo una dura crítica a la dictadura. La ciudad onubense protagonizó su segundo pasodoble, también inscrito en la categoría del certamen de pasodobles a Huelva, unas letras dirigidas a los triguereños en las que decían "que a una madre se le quiere".
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