La Junta ofrece fincas a las empresas para compensar las emisiones de CO2
La mayor de las superficies disponibles, de 117 hectáreas, está en Niebla · La inversión asciende a 395.000 euros
La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía trata de implicar a las empresas que contaminan para que participen en proyectos que ayuden a reducir el efecto invernadero mediante proyectos de absorción de CO2 de las masas forestales y suelos. En colaboración con la Universidad de Huelva ha elaborado un estándar que certifica la capacidad de absorción de las zonas forestales y propone prácticas para llevarlo a cabo. A efectos prácticos, lo primero ha sido poner a disposición de las empresas adheridas al Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (Sace) superficies donde actuar. En total se ofrecen 328,99 hectáreas que supondrán una inversión de 1.097.653 euros y 8.174 jornales. Las cinco fincas se reparten entre las provincias de Huelva, Almería y Granada.
La mayor de ellas está en la provincia onubense, concretamente en el término municipal de Niebla. Son 117 hectáreas de terreno que ardieron en 2006 y que ahora se ponen a disposición de las empresas para llevar a cabo un proyecto de reforestación de acuerdo a las directrices que se marcan en el Estándar andaluz de compensación de emisiones de gases de efecto invernadero. La actuación en territorio onubense requiere de una inversión de 395.000 euros y se estima que generará unos 3.500 jornales. El proyecto consiste en repoblar con especies autóctonas como el pino y realizar tratamientos de suelos para favorecer la absorción de CO2.
El profesor titular de la Universidad de Córdoba de Repoblación Forestal y Ordenación de Montes, Rafael Navarro, que ha dirigido el estudio encargado por la Consejería de Medio Ambiente, dio ayer algunas directrices a poner en práctica durante las intervenciones, como seleccionar especies autóctonas para las repoblaciones, primando las de crecimiento lento sobre las de rápido por ser más eficaces; vigilar las densidades de la reforestación; tener en cuenta el manejo del suelo, seleccionando la materia orgánica adecuada, y poner en práctica manejos de silvicultura y de gestión de montes más conservadores. Navarro afirmó que con determinadas prácticas "la diferencia es que casi se duplica la eficacia de sumideros de CO2, traduciéndose en millones de toneladas de carbono al año las que se retirarían de la atmósfera". A su juicio, los protocolos de buenas prácticas que no son obligatorios deben ponerse en práctica por que requieren de un proceso de aprendizaje que necesita de un período de tiempo para que se puedan asimilar.
Navarro, que tomó como uno de los campos de experimentación la finca de Las Dehesillas de encinas y alcornoques en el término de Villanueva de los Castillejos, destacó el potencial que existe en la provincia de Huelva para compensar las emisiones de carbono. "Solo Doñana cuenta con miles de hectáreas de masa forestal, a lo que se suman a las 12.000 hectáreas de pinares en Cartaya y otras masas que existen en el resto de la franja costera, las dehesas de la Sierra y el Andévalo", comentó el profesor.
Las miles de toneladas que se pueden llegar a captar con las masas forestales, suelos y los manejos silvícolas no compensan las emisiones industriales pues la proporción es "insignificante", apuntó. Por establecer una comparativa frente al millón de toneladas al año que puede emitir una cementera media, una hectárea de terreno captura 5 toneladas.
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