La mañana de aquel 15 de julio de 1997, Huelva contenía la respiración. A las 11:30, un alertante que decía hablar en nombre de ETA, avisaba a una radio local sobre la colocación de dos artefactos explosivos en la avenida Andalucía de la capital. 

Rapidamente todos los dispositivos de seguridad de la Policía Nacional acordonaron la zona desde las Adoratrices hasta la A-49. La voz, que resultó ser falsa, advertía de que la bomba estallaría en menos de una hora por lo que la evacuación fue prácticamente inmediata. 

No era la primera vez que la banda atentaba aquel verano en Andalucía. En menos de una semana, se había alertado sobre otras siete bombas en cuatro ciudadades de la Comunidad y apenas cinco meses antes un coche bomba explotaba al paso de un furgón en la base aérea de La Armilla en Granada, costando la vida al peluquero Domingo Puente. Los imitadores florecían desde entonces obligando a la Policía a gastar importantes recursos en la búsqueda de explosivos falsos. 

La banda, que se disolvió hace doce años, no atentó aquel día en Huelva pero muchos onubenses todavía recuerdan con temor la evacuación de sus domicilios y el desalojo durante toda la mañana de las inmediaciones de la zona.