Jorge Lorenzo empezó como ellos
Una Escuela de Motociclismo arranca en el kartódromo de Cartaya bajo la dirección de David Toscanol en expansión El centro cartayero forma parte de la red de escuelas de Chicho Lorenzo, padre de Jorge Lorenzo.
El kartódromo de Cartaya se ha convertido en la sede de una novedosa Escuela de Motociclismo para niñ@s, el primer centro de aprendizaje de este deporte para los más pequeños que se abre en Andalucía y el tercero en España, donde existen otras dos escuelas, en Mallorca y en Valencia. El centro cartayero forma parte de la red de escuelas de Chicho Lorenzo, padre del piloto Jorge Lorenzo y nace con el objetivo de formar a los niños desde la base para fomentar la afición y hacer cantera de este deporte, habida cuenta de que son precisos diez años para prepararlos de cara a competir en un mundial.
L@s alumn@s de este centro tienen entre 3 y 12 años y aunque a la mayoría la afición le viene directamente de sus progenitores, en su mayor parte adeptos de este deporte, "ellos se sienten muy atraídos por el motociclismo, ya que si al pequeño no le gusta es imposible mantenerlo sobre la moto", explica David Toscano, director de la escuela. Entrenan tres veces por semana, en sesiones de tres horas "que se les hacen muy amenas, ya que reciben formación teórica y luego práctica ya sobre la moto, llevando a cabo ejercicios diversos, de aceleración, frenada, persecución, etcétera", añade.
Algunos levantan poco más de un metro del suelo y manejan las minimotos como si hubieran nacido para ello. Pero "lo más llamativo -según David- es la ilusión y las ganas de aprender de los alumnos, es digno de ver la auténtica pasión con la que disfrutan de cada una de las clases". Además, esta emoción se eleva a la enésima potencia cuando, como ocurrió la pasada semana, la escuela acudió a una prueba de competición oficial y tuvieron la oportunidad de ver a los pilotos en acción. "Más de uno aseguró entonces que había sido el día más feliz de su vida", relata Toscano, sorprendido de la seriedad con la que sus menudos alumnos se toman su formación.
Otra de las premisas de la escuela es la seguridad de los jóvenes pilotos, de manera que "bajo ningún concepto dejamos que ningún niño se monte en una moto si no está perfectamente equipado con el casco, el mono, los guantes y las protecciones reglamentarias".
La escuela también hace hincapié en la necesidad de enseñar no sólo a los niños, sino también a los padres, a quienes se les orienta sobre de qué manera tienen que enfocar el tema de las carreras hasta cómo buscar sponsor o apoyar a sus hijos, de los que se realiza un seguimiento muy cercano, ya que a diario los jóvenes deben rellenar con ayuda de sus padres una ficha sobre los resultados obtenidos en cada prueba, datos que luego se digitalizan para llevar a cabo un mayor control de su evolución.
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