Huelva

Jessica Sánchez: Mujer, artista y soldadora

  • Esta valverdeña imparte clases de Soldadura y Calderería, un mundo donde una mujer "no está mal vista, pero sí es una rareza"

Jessica Sánchez en plena tarea en el taller de soldadura.

Jessica Sánchez en plena tarea en el taller de soldadura. / M. G.

“Yo cortocircuité al estudiar el ciclo de Construcciones Metálicas”, es lo que confiesa Jessica Sánchez, profesora de Soldadura en el ciclo del mismo nombre, más Calderería, en el IES Padre José Miravent de Isla Cristina.

Una mujer en un mundo de hombres, aunque las barreras que ha tenido que superar Jessica van mucho más allá del género. Esta valverdeña estudió Bellas Artes en la Universidad Miguel Hernández de Elche y nunca ha abandonado su vocación artística, "no quiero dejar ese mundo", sigue con sus exposiciones porque “yo voy por libre”, dice. Obtuvo una plaza en prácticas y después un contrato como adjunta, pero circunstancias familiares la trajeron de regreso a su localidad.

Tuvo que tomar las riendas del negocio de carpintería metálica y de aluminio de su padre, que cerró dos años más tarde. Entonces se dijo “voy a continuar con lo mío en Andalucía”, donde pasó seis años sin oposiciones. Con una licenciatura, un máster, el doctorado casi terminado, el C1 y el B2 fue a parar al Grado Superior de Formación Profesional de Construcciones Metálicas. “Yo soy de letras y me encontré con muchas matemáticas, me costó mucho pero lo saqué. A cabezota no me gana nadie”, asegura.

Jessica Sánchez junto a su escultura titulada 'El viaje efímero'. Jessica Sánchez junto a su escultura titulada 'El viaje efímero'.

Jessica Sánchez junto a su escultura titulada 'El viaje efímero'. / M. G.

Tras acabar, en octubre siguiente ya estaba colocada en el primer lugar de la bolsa de trabajo y aterrizó en las aulas de un instituto de La Rinconada y descubrió que “los niños me dan mucha vida”, al año siguiente en Sanlúcar la Mayor y el que acaba de mirar en el Padre José Miravent de Isla Cristina.

En su sector, el de la soldadura, “la mujer no está mal vista, pero sí es una rareza”, admite, una circunstancia que no parece afectarle en lo que atañe a ella. Sí le duele, sin embargo, el hecho de que este año su primera alumna, con un premio al mejor expediente -“el mérito es todo suyo, yo sólo le he dado un módulo”-, sea la única de aquellos con mejores notas que no ha sido contratada. La causa es que tiene 38 años y no es posible hacerle un contrato de aprendiz.

“Me muevo, soy polifacética” y aunque se ciñe a la programación de los dos cursos del ciclo, aprovecha su vertiente más artística para organizar exposiciones en momentos más puntuales como Halloween o el Día de la Mujer, también hizo un vídeo “para conocer y promocionar el taller que se emitió a lo largo de dos fines de semana durante el recreo”. Eventos en los que lleva la soldadura a su terreno en horario extraescolar.

Jessica se siente muy valorada por sus compañeros, que “reconocen el recorrido que llevo, además no todos han nacido en un polígono industrial como yo, que hasta cuando vienen los proveedores me reconocen, y ellos se dan cuenta”.

La escalera que han fabricado los alumnos de Soldadura y Calderería de Jessica en el IES Padre José Miravent. La escalera que han fabricado los alumnos de Soldadura y Calderería de Jessica en el IES Padre José Miravent.

La escalera que han fabricado los alumnos de Soldadura y Calderería de Jessica en el IES Padre José Miravent. / M. G.

Lo mismo con sus alumnos, “te respetan y tiras para adelante, ves que te mueves y los motivas”. Todo con el taller como escenario del que “me enamoré, lo vi tan nuevo, vi la luz” porque, explica, “los niños van y vienen como las olas del mar”.

En el primer curso del ciclo les enseña el módulo de Mecanizado y trazado y en 2º el de Montaje y soldadura. Lo primero es darles conocimientos de prevención de riesgos laborales, después pasan a pequeños desarrollos con manejo de la regla sobre el papel y llevarlos posteriormente el hierro o la chapa. “Tienen que cometer muchos errores, eso forma parte del aprendizaje y no los tengo en cuenta para motivarlos".

Es el verbo que más utiliza, la palabra que domina sus explicaciones, las de una mujer con una realidad laboral muy diferente a la que tenía al inicio de su trayectoria laboral. "Hay días tontos, pero sólo dos o tres al año", asegura, ahora "con el alma partida" porque no sabe si se quedará en su centro el año próximo o cambiará a Valverde. Mujer, artista y soldadora, Jessica Sánchez está convencida de que "teniendo las cosas claras todo va bien".

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