Isla Chica florece en Navidad

reportaje | Fiestas navideñas

El barrio se vuelca en estas fechas en la decoración de sus calles, casas y comercios

La Plaza Houston da color en forma de atracciones, cacharritos y la pista de hielo

La Plaza Houston es uno de los epicentros del barrio con las atracciones para los más pequeños y la pista de patinaje.
La Plaza Houston es uno de los epicentros del barrio con las atracciones para los más pequeños y la pista de patinaje. / Reportaje Gráfico: Josué Correa
J. M. Lugardo

Huelva, 31 de diciembre 2016 - 11:06

El ser humano se pregunta a menudo qué es la vida. Es una constante cuestión que acelera el ritmo de una conversación. La vida es lucha, entrega, coraje y corazón. La vida no es más que levantarse y resurgir de las cenizas tras cada obstáculo. Y la calle es el verdadero prismático para conocer todas y cada una. Es indudable, también, que en Navidad la alegría y la ilusión bombean de una forma distinta, tanto, que a veces se enmascaran las penas que acompañan al pensamiento durante el resto del año. A compás de villancicos de colores. Y en el barrio de Isla Chica se muestra uno de los marcos cromáticos más tradicionales que respiran en Huelva. Y es que Huelva, no puede respirar sin Isla Chica. Una barrio lleno de vida dentro de una ciudad. Una pequeña ciudad que vive la Navidad de una forma especial, tanto que ayer ya celebraron el Año Nuevo con sus particulares campanadas a las 21:00. Que no se pierdan las tradiciones.

Desde muy temprano se vislumbra actividad en un barrio que se concentra entre la avenida Federico Molina, la calle José Fariñas y la Plaza Houston. Se antoja complicado encontrar un aparcamiento a pesar de la amplitud de las calles que componen la zona. Mayores que dan sus paseos mañaneros, niños que en vacaciones acompañan a sus padres a los recados y cafeterías que con el humo que desprenden los cafés, hacen del momento un verdadero placer de la vida. El relente es una realidad a pesar de un azulado cielo que no comenzó a subir los termómetros hasta llegado el mediodía. La Plaza Houston muestra un aspecto navideño y juvenil. Aún con las luces de las calles colindantes del alumbrado apagado, lo que es hoy el descampado del antiguo Estadio Colombino. Y no en vano, parece que comienza a recobrar un atisbo de vida, de la mucha que tuvo hace un tiempo no muy lejano gracias al Recreativo de Huelva. El mercado navideño tradicional; un parking hasta la bandera de vehículos; y una zona de ocio a la que se suma una pista de patinaje improvisada para las fechas; componen una armonía que llega a la perfección con la churrería que vive en la retaguardia. Algunos viandantes degustan su ración de churros en el poyete de piedra y otros esperan en la cola para pedir en un negocio, el de Pepe y Juan Carlos, que no es que suba su nivel de demanda en Navidad, sino que se mantiene durante el resto del año. Antonio Díaz, un consumidor fiel confiesa que Isla Chica es el "barrio con más alegría" de Huelva, y ahora en Navidad, gracias a todas las actividades y alternativas el ambiente es inmejorable. Díaz confiesa que poco a poco, el barrio "se va recuperando" tras el traslado del feudo del Recreativo que era lo que daba vida a la zona.

Isla Chica al completo se vuelca con el discurrir de unas fechas que marcan en rojo su calendario particular. No hay establecimiento que no aporte con la causa. La decoración, de una forma u otra, está presente. Árboles de Navidad, estrellas, guirnaldas... y algún Papa Noel y Rey Mago que escala los balcones de los edificios. La diversión navideña se concentra en la Plaza Houston. Atracciones, recreativos, buñuelos y la pista de patinaje, la joya de la corona, amenizan los días fríos con calurosas risas y diversión. Juan José Silva, al mando de la pista de hielo afirma "la buena aceptación" que ha tenido este año la actividad. "Hay bastante afluencia" que se ve mejorada gracias a que en esta ocasión la pista de hielo la cubre una carpa, tiene sonido e iluminación. Hechos que el pasado año no se encontraban y que han relanzado el negocio de una forma considerable. Es una actividad a la que acuden personas "de todas la edades" y además "han llegado hasta excursiones de colegios y pueblos". Con todo, es la única atracción de este tipo en Huelva además de no cerrar al mediodía. Todo un lujo para el disfrute navideño de las familias onubenses.

A la vera de la carpa, el instalado parque de columpios para los más pequeños engrosa su actividad en estas fechas debido a las vacaciones en los centros escolares. Multitud de padres, madres y abuelos acompañan a los más pequeños en sus aventuras de juegos y diversión durante la mañana. "Todo esto es muy bonito" explica Manuel Márquez, quien se encuentra con su nieto disfrutando del tiempo libre que regala la Navidad para la unión de la familia.

El mismo tiempo libre es el que hace que la demanda y el consumo suba, en algunos casos al pequeño comercio que inunda las calles de Isla Chica. "Gracias al ambiente, al alumbrado, y a todo lo que conllevan estas fechas, el movimiento es mayor que en el resto del año", afirman muchos onubenses en las calles y rincones del barrio durante su habitual agenda de 'mandaos'. Y es que el pequeño comercio abunda entre la esencia de un barrio tradicional, donde la gente conoce el nombre de los dueños de los establecimientos y viceversa. Es cierto que la crisis y las grandes superficies han sombreado el carisma de mucho locales que hoy día luchan para recuperar la magia y las ventas de antaño. En Navidad las ventas cambian, varían las demandas y los gustos recorren la misma dirección. El marisco en las pescaderías, berenjenas y calabacines en las fruterías o la flor de Navidad para felicitar las fiestas son algunos de los ejemplos de los que ocurre en Isla Chica para los días clave de final de año.

La pastelería San Bartolomé es uno de los comercios que está al pie del cañón en cada envite del año. Ahora en Navidad, la campaña de demandas cambian: hornazo, brazo de gitano, roscos fritos, pestiños de azúcar y miel, y el tradicional rosco de reyes que endulzará las casas de la barriada el seis de enero. Estos días "hay más alegría, más movimiento y más ganas de consumir" afirman en la pastelería.

Que todo sea eso, y que los barrios de la ciudad, como Isla Chica, nunca pierdan su seña de identidad que, a veces, los hace más bellos que la propia ciudad.

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