Isla Chica da su ultimátum

Vecinos y comerciantes advierten de que no tolerarán que el plan especial anunciado para el barrio se convierta en el próximo juguete electoral

Vizcaíno, Ordóñez, Camacho y Domínguez, ante el solar del antiguo estadio.
Vizcaíno, Ordóñez, Camacho y Domínguez, ante el solar del antiguo estadio.

Con una mezcla de sorpresa, esperanza, desconfianza e indignación han recibido los representantes de los vecinos y comerciantes de Isla Chica la noticia sobre la aprobación en Pleno de la moción presentada por Izquierda Unida para la elaboración de un "plan de actuación integral municipal". La propuesta de IU, contra la tendencia general de los cónclaves capitalinos, recibió el pasado miércoles el beneplácito de todos los grupos, que esperan, a su vez, consensuar con los habitantes del degradado y populoso barrio el documento que ha de concretarse en las próximas semanas y al que ha de sumarse la Administración autonómica.

El plan debería poner coto a problemas acuciantes y enquistados en la vida cada vez más apagada de Isla Chica, como la falta o complejidad de accesos, la escasez de actuaciones de mejora, revitalización o dinamización de la zona y el estado del solar del antiguo estadio, asunto este último que no depende de tanto de la voluntad política como de la situación legal de la parcela y de la crisis.

Sin embargo, los presidentes de las asociaciones de vecinos de Vicente Yáñez Pinzón, Juan Riquelme y El Rocío, Antonio Jesús Camacho, Juana Ordóñez y Mariano Domínguez, respectivamente, alzan las cejas y admiten no tener ni idea de que iba a producirse la feliz coincidencia de criterios con respecto al incierto futuro de la barriada por la que llevan luchando ocho años.

"No ha contactado nadie con nosotros para consultarnos nada sobre esto ni para comunicarnos nada hasta que nos llamasteis de Huelva Información", reconocen todos, a excepción de Juan Carlos Vizcaíno, presidente de la Asociación de Comerciantes, quien sí había hablado efectivamente con el grupo de Pedro Jiménez.

"La aprobación de la moción me parece muy importante, que por fin se pongan de acuerdo todos los grupos y sobre todo que escuchen a los vecinos, que ya está bien, llevamos clamando mucho tiempo por el interés de Isla Chica", resume Vizcaíno, una celebración a la que se suma Juana Ordóñez, para la que el acuerdo no deja de ser una obviedad: "Tenían que estar de acuerdo porque es un bien para la ciudad".

No obstante, los líderes vecinales no pueden evitar mostrar su amargura y su incredulidad. "Lo que no me parece es que llevamos más de ocho años intentando ponernos de acuerdo y a nadie se le ha ocurrido que a los vecinos hay que hacerles caso", zanja la presidenta de los vecinos de Viaplana, una de las zonas que todos señalan como de las más olvidadas y deterioradas.

El horizonte electoral cada vez más próximo también ha escamado a vecinos y comerciantes, que rápidamente señalan la fecha de los comicios como motivo para emprender acciones que permanecen en el olvido el resto del tiempo. "Cada vez que se acercan elecciones municipales sacan mociones, pero luego no se llevan a cabo nunca", afirma Ordóñez, cuya sospecha es compartida por Antonio Jesús Camacho: "Estamos a un año de las elecciones y es normal que pensemos que esto es un paripé más. Mañana se acordarán del AVE y pasado del Ensanche Sur y lo único que se está haciendo es el paseo del Muelle del Tinto y para colmo es del Puerto y también parece que no se va a acabar nunca".

Los puntos de confluencia de los presidentes de las asociaciones de vecinos y comerciantes no acaban ahí: ninguno está dispuesto a tolerar que los políticos usen la decadencia de Isla Chica como promesa electoral de usar y tirar. "Tenemos que poner un plazo y no esperar a que jueguen con nosotros hasta las próximas elecciones. Por ejemplo, si esto en el mes de septiembre no está firmado y ratificado, considero que es un fracaso y que los partidos han incumplido con su palabra. Queremos fechas determinadas, detalles y proyectos cerrados, nada de marear la perdiz", propone Vizcaíno, al tiempo que entre todos invitan a todos los representantes políticos con competencias en el tema a que acudan a hacerse una foto que sirva de aval para sus buenas intenciones, "pero no en campaña electoral, sino ahora, la semana que viene sin falta", exigen todos.

Las demandas que piensan realizar si realmente alguien les consulta tienen un denominador común, un objeto "irrenunciable", que choca con la situación de la parcela del antiguo estadio y con el conflicto que Junta de Andalucía y Ayuntamiento mantienen por la cesión de los 2.315 metros cuadrados por parte del Consistorio, claramente insuficientes para para la administración autonómica que había solicitado en 2006 unos 6.000 metros para construir el centro de salud que ha de cubrir las necesidades de los alrededor de 30.000 habitantes que tiene Isla Chica. Por ahora el barrio se apaña con un centro situado en los bajos de un bloque de viviendas de la plazoleta Perlita de Huelva, que atiende a una parte del vecindario. El resto acude a otros centros. "Tenemos un ambulatorio que es tercermundista, donde a cada persona, depende de la enfermedad que coja, la mandan a una zona diferente de Huelva. Vivimos en Isla Chica y queremos ser atendidos aquí", reclama Vizcaíno.

"Lo urgente, lo primordial, es el centro de salud", explica Mariano Domínguez. "Que hagan lo que tengan que hacer, que den el dinero que tengan que dar, que se pongan de acuerdo sobre los terrenos, pero el centro de salud lo tienen que hacer", insiste.

En este momento el barrio tiene un sólo centro de salud, en los bajos de un bloque de viviendas de la plazoleta Perlita de Huelva, que sólo atiende a una parte del vecindario. El resto acude a otros centros. "Tenemos un ambulatorio que es tercermundista, donde a cada persona, depende de la enfermedad que coja, la mandan a una zona diferente de Huelva. Vivimos en Isla Chica y queremos ser atendidos aquí", reclama Vizcaíno.

Por lo demás, conscientes como son de que el ambicioso proyecto que una vez se vislumbró en el futuro de la barriada y que incluía centro comercial, hotel y hasta un auditorio al aire libre es hoy prácticamente imposible, vecinos y comerciantes se conforman con ver cumplidas aspiraciones más mundanas. "Quizás pasado el tiempo y teniendo en cuenta la situación de crisis económica, hay que retomar algunas cosas", admite Juana Ordóñez, aunque también en este caso fijan prioridades: el mencionado centro de salud, un centro social "porque no hay ningún centro público y los vecinos necesitan tener un sitio de referencia"; zonas verdes que humanicen un barrio que se ha convertido en un mazacote de ladrillo y hormigón, más seguridad y limpieza, mejores accesos; renovación del mobiliario urbano y aparcamientos, entre otras demandas.

"Son los mismos problemas que existirán en el resto de la ciudad pero que aquí los tenemos latentes y patentes. Esto se ha abandonado mucho y como ya estaba muy deteriorado, se nota más", reconoce Mariano Domínguez.

Con esas mejoras, que los vecinos y comerciantes esperan que se acometan sí o sí, y con el impulso que siempre ha tenido, Isla Chica podría recuperar, a juicio de sus representantes, el brillo de barrio "espléndido, siempre vanguardista en todo", que fue hasta que la crisis y el enquistamiento del proyecto del antiguo estadio lo empujaron a la decadencia.

"Tenemos que pensar en positivo. Nos hemos puesto de acuerdo y vamos a sacar esto adelante", anima Vizcaíno, mientras todos esperan que pronto acudan los responsables municipales a comprometerse de facto.

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