Isla Chica, acordes y desacuerdos

Crónica urbana

El Ayuntamiento moverá sus hilos esta semana con contactos para encauzar la operación de la parcela comercial y llegar a nuevos puntos de consenso. En juego están 15,8 millones en ingresos municipales

Isla Chica, acordes y desacuerdos
Isla Chica, acordes y desacuerdos
Inma Gallego / Huelva

05 de octubre 2009 - 01:00

Llegó un tiempo en que la épica -toda la gesta colombina de Isla Chica en los tribunales- dio paso a la burocracia, al punto de consenso institucional... de ahí, al caballo de batalla de la crisis.

En los rescoldos del estadio tenemos todavía una foto fija, un año en punto muerto a expensas de alianzas, negociaciones, anzuelos. Versiones oficiales y extraoficials. En la Gerencia Municipal de Urbanismo se producirán esta semana contactos clave para encauzar el rumbo del proyecto del centro comercial y de ocio que se asomará a Federico Molina y Muñoz de Vargas, la venta de la parcela más codiciada del solar del antiguo Colombino. En juego está el equilibrio financiero de todo el macroproyecto, una operación multimillonaria que tiene un efecto bola de nieve en la urbanización que se ejecuta en su primera fase por la Plaza Houston.

Se buscan nuevas fórmulas de consenso para desbloquear un asunto que inyectará en las maltrechas arcas del Ayuntamiento un montante que en principio oscilaría entre 15,8 ó 18 millones de euros, en función de si la enajenación de terrenos se hace sólo en lo que atañe a la subparcela comercial o si entra también en el lote la reservada para uso hotelero. La inversión en el suelo, sumada luego a la de la construcción y puesta en marcha del centro comercial, se disparará hasta la friolera de 60 millones de euros, casi una quimera en estos tiempos de crisis, a la luz del recelo de los bancos.

El pasado otoño, la asociación de comerciantes de la barriada -a través de una promotora instrumental que integra a 104 empresarios- consiguió que el Consistorio ampliara el plazo de presentación de ofertas al procedimiento de adjudicación de la primera de estas parcelas terciarias, con una superficie de 21.600 metros cuadrados. No fue la primera ni la última prórroga a su favor. Con la condición de que se acreditara capacidad para efectuar un pago de ese calibre, el colectivo se convirtió en adjudicatario provisional de este suelo, propiedad proindiviso de Prasa (con un 50,47%) y el Ayuntamiento de Huelva (49,53%). De este punto parten ahora los ajustes que se tengan que hacer en el procedimiento, al margen de la lacónica respuesta que hace una semana dio el alcalde en una entrevista publicada por este periódico: "Los comerciantes del barrio -dijo- están con dificultades y buscando la financiación" ¿Habrá ultimátum? "Yo les alargo la fecha y hago todo lo que puedo. No conozco muy bien cómo está el tema, pero nosotros queremos que sean ellos quienes ejecuten el proyecto. Es un compromiso moral y social. La crisis no pone las cosas fáciles".

Tenemos, pues, por delante un mes en el que el Ayuntamiento y los actantes interesados moverán sus hilos para para redefinir la situación, una odisea de negociaciones y calendarios aplazados, en la que la oferta del grupo inversor RB -un submarino presente desde el inicio de la operación- ha mantenido su oferta encima de la mesa de Urbanismo, con alguna premisa irrenunciable y también transaccionales, sin vetar la integración de los comerciantes a la postre, aunque las relaciones se han ido complicando y en este punto ni siquiera el equipo de Gobierno municipal sabe cómo va a terminar la jugada.

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