“La igualdad tiene que ser transversal, que impregne toda la actividad docente”, dice Pepa Iglesia, coordinadora de Igualdad del IES Vázquez Díaz de Nerva. Toda la actividad y a diario, no sólo el 8-M, Día de la Mujer, o el 25-N, Día contra la violencia de género.

Todos los centros educativos trabajan bajo el marco del II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación de la Consejería, es obligatorio para todos en todas las etapas y en él se marcan las líneas para que elaboren su propio proyecto de gestión siempre bajo la perspectiva de género. El Gabinete de Igualdad de la Delegación territorial de Educación es el órgano que gestiona y dinamiza las acciones, es el referente para asesorar y acompañar a los centros en la aplicación. En el escalón inferior hay seis tutores, uno para la Sierra, dos para la comarca del Condado y tres para la capital y la Costa, que trabajan a su vez con los coordinadores de igualdad de los centros, obligados a contar con uno cada uno de ellos.

Iglesia, desde Nerva, afirma que todo este trabajo “cada vez es más necesario porque a través de las redes sociales cala el discurso que niega la violencia de género, hay una especie de reacción y los más preocupante es que se da sobre todo en el alumnado más joven”. No todo es malo, hay un camino andado porque, añade, “el alumnado participa y cuando vienen personas de fuera a hacer actividades nos dicen que los chavales están muy concienciados. Es un camino que va lento pero seguro”.

Aun teniendo en cuenta las fechas señaladas, para la coordinadora del IES Vázquez Díaz “intensificar mucho estas actividades en un día puede provocar la reacción contraria”. Este centro organiza el Concurso de relatos contra la violencia de género Laura Luelmo, en homenaje a la joven asesinada, profesora de este instituto. También, participan en el Pacto de Estado contra la violencia de género desde hace tres años, lo que les reporta una cantidad de dinero que deben emplar en actividades relacionadas, en su caso para la contratación de una compañía de teatro especializada.

En los cambios de hora, en vez del impertinente timbre suena Respect de Aretha Franklin o A quién le importa, ese himno tan liberador de Alaska. La ingeniera riotinteña Eva Laín, normalizó ante los alumnos la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia, organizan dinámicas contra el ciberacoso y sesiones de zumba para todos... Pero en definitiva “vemos que tenemos que seguir haciendo cosas para evitar el discurso del odio, con el claustro implicado para que la igualdad lo nutra todo”.

Isabel Salas es la coordinadora de igualdad del IES La Palma y junto a Julián Roales –primer hombre coordinador y empeñado en este ámbito desde hace veinte años– tutoriza a los coordinadores de la comarca del Condado. Como Pepa Iglesia, “impregnar” es el término que más utiliza, para que la perspectiva de género esté presente en las aulas, en la biblioteca, en las TIC y de continuo, porque “un día puntual no tiene ningún calado”.

Según ha observado Salas, “en 3º y 4º de ESO empieza a haber relaciones muy tóxicas, niñas que son maltratadas psicológicamente y no se dan cuenta porque están en su mundo, en las series que ven” a lo que suma un acceso temprano a la pornografía. Denuncia que, en algunos casos y en materia de sexualidad, “hemos cedido la educación a las nuevas tecnologías”.

No todo es malo, “hay muchos niños feministas” porque a lo largo del tiempo el discurso también ha evolucionado desde “los primeros años, que parecía que los hombres eran todos malos y se sentían ofendidos con razón, ahora tenemos que decir que son nuestro aliados y explicarles por qué un mundo feminista es mejor para todos”. En este sentido, incide también en el trabajo pendiente respecto a los cuidados, una labor que tradicionalmente recae en la mujer y sobre la que “hay que explicar que cuidar reporta beneficios, te hace mejor persona”.

Marga Fuentes dirige el Gabinete de Igualdad de la Delegación de Educación y explica que debe ser “una filosofía de trabajo de todo el personal, docente y no docente, tiene que formar parte de la vida del centro”. Como referentes en la provincia, cada curso mantienen dos reuniones presenciales con los coordinadores, la primera para explicar “cuáles deben ser las acciones para transmitir al claustro” y la segunda es una evaluación final. En paralelo, ejercen una labor continua de acompañamiento para la aplicación correcta del Plan, que también revisa el Servicio de Inspección. Como complemento, se pone a su disposición la red virtual en la que comparten experiencias los casi 400 centros de la provincia.

Resultado de todas estas acciones, Fuentes destaca que “cada vez se avanza más” en la igualdad y explica que es un trabajo necesario “porque hay que influir en el alumnado e inculcarles esas ideas, en esas edades las captan, son más empáticos, hay que decirles a los niños y a las niñas que da igual la forma que tengan de vestir, de actuar y de jugar, con el uso de un lenguaje coeducativo lo normalizan y así se consiguen logros, así como también es importante trabajar con las familias. En muchas cosas se está avanzando”.