Huelva

El obispo de Huelva crea cuatro vicarías territoriales y una de bienes e institucional

  • Santiago Gómez pone en marcha los cambios que se esperaban tras su llegada a la diócesis hace poco menos de un año

Santiago Gómez, obispo de Huelva.

Santiago Gómez, obispo de Huelva. / Alberto Domínguez

Santiago Gómez pone en marcha los cambios que se esperaban tras su toma de posesión como titular de la Diócesis de Huelva el mes de julio del pasado año. Estos arrancan con la creación de nuevas vicarías que tendrán un marcado sentido territorial, como ya adelantara el propio obispo en entrevista concedida a Huelva Información el pasado Domingo de Ramos.

Unos cambios que llegan después de haber oído al consejo del presbiterio, reunido en la mañana de ayer en el Seminario Diocesano. El obispo Santiago Gómez Sierra procederá a crear cinco nuevas vicarías episcopales, cuatro de ellas territoriales (Huelva-Ciudad, Condado, Costa-Andévalo y Sierra-Minas) y una vicaría episcopal para la Administración de los Bienes Diocesanos y Relaciones Institucionales, al frente de las cuáles estará un vicario episcopal. El obispo procederá en los próximos días a nombrar a los vicarios episcopales que se harán cargo de las nuevas vicarías.

El Código de Derecho Canónico contempla la posibilidad de constituir vicarias episcopales para un determinado territorio de la Diócesis o para ciertos asuntos, en este caso, la administración de los bienes (c. 476 y ss.). Éstos tienen la misma potestad ordinaria que por el Derecho universal de la Iglesia compete al vicario general, pero restringida al territorio o a los asuntos que se les han asignado.

Los vicarios episcopales territoriales residirán en sus zonas pastorales. Les corresponde potenciar, coordinar y dirigir la acción pastoral; recoger las necesidades pastorales de su zona o de su ámbito de competencia y llevarlas al consejo episcopal, para la oportuna consideración y resolución de las mismas; ayudar a los arciprestes en el desempeño de las funciones que les corresponden, como colaboradores y ejecutores de la actividad pastoral decidida por el obispo y los vicarios episcopales; y fomentar el diálogo y el trabajo pastoral conjunto de los agentes pastorales, clérigos, consagrados y laicos.

Por su parte, el vicario episcopal para la Administración de los Bienes Diocesanos, coordinará todo lo relativo a la administración de los bienes temporales de la Diócesis, y establecerá las relaciones institucionales que se deriven del ejercicio de sus funciones y las que el obispo le encomiende. Particularmente, tiene el encargo de potenciar la autofinanciación diocesana y de implementar los medios y procedimientos de transparencia y buen gobierno, siguiendo las indicaciones de la Conferencia Episcopal Española para las diócesis. Junto con el vicario episcopal para asuntos económicos se mantiene el ecónomo diocesano, que será el gestor de los actos de administración ordinaria y ejecutor de lo que dispongan el obispo y el vicario episcopal.

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