Julio de 1996: se descubre que Huelva tiene un tesoro bajo el mar
La Costa de Huelva escondía 15 toneladas de plata y oro
El Archivo de Indias, el monumento que sirvió para gestionar el comercio con la América española

Huelva/Un día como hoy de hace 27 años, el periódico Huelva Información publicaba una noticia sorprendente: Huelva poseía un tesoro hundido en sus costas. Así lo declaraba en julio de 1996 la Asociación de Rescate de Galeones Españoles, tras finalizar una investigación que había permitido descubrir que un barco hundido en el mar onubense con grandes cantidades de oro y plata iba a poder recuperarse.
Según los documentos encontrados en el archivo de Indias, la nao Alzola formaba parte de la flota que cubría la ruta de las Indias, al igual que otro centenar de barcos, fragatas y galeras que habían naufragado entre el año 1500 y el 1820 en aguas andaluzas. El Alzola venía de Tierra Firme, de la armada del general Sancho de Viedma y se había hundido en alta mar, en la zona de Huelva, en el año 1551, con numerosas toneladas de oro y plata en su interior.
El 19 de julio de 1996, la asociación de rescate declaró que el patrimonio que estaba a bordo del Alzola cuando se hundió, podía recuperarse, con lo que pidió a la Junta de Andalucía y al Ministerio de Cultura los permisos para empezar con la búsqueda. El objetivo de esta asociación sin ánimo de lucro era el de recuperar todos estos tesoros para el patrimonio español. Aparte de este barco, se conocía la existencia de otros 300, también hundidos, en la bahía de Cádiz, con cargamentos de oro, plata, porcelana y piedras preciosas con un valor de 2.000 billones de pesetas, es decir, 12 billones euros.
Así, finalizaba la investigación que había iniciado 15 años atrás uno de los miembros de la asociación, Claudio Bonifacio, quien estimaba que el patrimonio histórico sumergido en aguas españolas, solo en oro y plata, rondaría los 4.725 billones de pesetas, 28 billones de euros aproximadamente, aunque como el investigador exponía, era imposible saber una cifra exacta, porque no se conocía el contrabando que habían sufrido los barcos antes de hundirse. Los que se encontraban más en la superficie habían sido objeto ya de expoliaciones clandestinas.
La financiación de estas operaciones de rescate, en las que se incluiría un equipo de arqueólogos subacuáticos para no echar a perder las piezas valiosas, correría a cargo de las Cajas de Ahorro Confederadas. Juan Manuel Gracia Menocal, presidente de la asociación y capitán de Marina Mercante, opinaba que "la apatía española en relación a este patrimonio era inexplicable". No obstante, el marino esperaba en 1996 que este proyecto saliera adelante, aunque pareciera tan difícil.
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