La Huelva taurina pide libertad en la Fiesta

Ganaderos, empresarios, profesionales del toreo y periodistas taurinos pusieron en pie al público con una pancarta en pro de las corridas de toros.

De la muleta de El Cid y de las embestidas de este buen toro de José Luis Pereda llegaron los momentos más lucidos y emocionantes del festejo de ayer tarde en La Merced.
Paco Guerrero / Huelva

03 de agosto 2010 - 01:00

Ganadería: Se lidiaron cuatro toros con el hierro de la Dehesilla y dos, cuarto y quinto con divisa de José Luis Perera. Corrida de digna presencia y escaso juego. Desrazada y muy remisa a embestir en el ultimo tercio. Destacó algo por encima de sus hermanos el lidiado en cuarto lugar y el quinto, con un buen pitón izquierdo. Segundo, tercero y sexto, pitados en el arrastre. TOREROS: Manuel Jesús 'El Cid', saludos en su primero y vuelta al ruedo en el cuarto. David Fandila 'El Fandi', saludos en los dos de su lote. Alejandro Talavante, saludos en sus dos toros. Incidencias. Media entrada de público. Tarde con alta temperatura. Una vez deshecho el paseíllo una representación de toreros, ganaderos y prensa taurina onubense pasearon una pancarta por el ruedo demandando libertad para la Fiesta. En la lidia destacó Alcalareño que tuvo que saludar montera en mano tras parear al cuarto. Festejo televisado por el canal autonomico.

La segunda gran ovación de la feria no se la volvió a llevar un torero. Fue para el gesto que la representación de ganaderos, empresarios, profesionales del toreo y prensa taurina onubense tuvo ayer para con la Fiesta de los Toros. Una pancarta paseada sobre el albero mercedario una vez que se deshizo el paseíllo y bajo el lema Por la libertad, sí a los toro, hizo levantar de sus asientos al medio poblado tendido de La Merced. También aplaudieron los toreros actuantes. Fue bonito.

Otra princesa sin beso. ¡Joder, como está el sapo del cuento esta feria! Se le van todas medio dormidas camino del recuerdo más remoto del serial.

Lo hizo bonito y fácil El Cid con el cuarto. Elegante y con la medida justa que debía tener la historia para que fuese creíble y posible. Le vio las posibilidades al toro el torero de Salteras y poco a poco le hilvanó al burel con la muleta en la diestra una faena aprovechando al máximo un material de exquisita bondad, buena clase y algo más de raza que sus hermanos para seguir la muleta del torero sevillano, que estuvo hábil y enterado para dejar respirar entre serie y serie el material más potable de toda la tarde. Podremos entrar en las disquisiciones que se quieran sobre la profundidad o no de manos más bajas y de obligar más o menos, pero la verdad es que El Cid se acopló de forma realista a una faena que levantó los únicos oles más fuertes de una tarde demasiado huérfana de emociones por culpa principalmente de una corrida en tipo de la Dehesilla, pero con muy poco fondo de bravura.

El público se había metido en faena y, puestos a poner en boca común ese bieeeen con el que se presume el global asentimiento, la cosa pareció irse arriba.

Apretaba el hambre de aplaudir y divertirse, y las manos estaban prestas a blanquear de pañuelos el tendido de La Merced, pero a El Cid se le fue la mano con los aceros y todo se quedó dormido, excepto en la ovación que obligó con fuerza a la vuelta al ruedo.

Ha sido una de las corridas mejor presentadas de las que ha traído en los últimos años este hierro hasta La Merced. Pero, sin duda, también la que menos ha funcionado.

Cuando hay poco sobre el mantel hay que andar listo para comerse pronto el plato y ahí estuvo sin ganas de comer El Fandi con el quinto de la tarde, que lució por el pitón izquierdo embestidas con más clase y profundidad que sus hermanos. Pero fue tarde cuando el granadino lo vio y se puso a intentarlo. No era hora ni tiempo, y la faena se disolvió como un azucarillo en el agua caliente de un festejo que no terminó de remontar con rotundidad.

Por faltar, hasta se echó de menos la rotundidad de El Fandi con las banderillas. Fácil, sí, pero no con la espectacularidad con la que suele despacharse el granadino, autentico rey del cotarro con los garapullos.

Dos faenas de parecido corte donde ya queda apuntado que el quinto ofreció buenas sensaciones por el pitón izquierdo.

Semejante historia se puede deducir de las ganas de Talavante. Al extremeño, dentro de lo malo le tocó lo peor, así que imaginen la cara que se le queda a uno cuando a la primera serie te quedas sin argumentos.

Toreo, poco, pero lo que nadie podrá discutir de la tarde de ayer es la rotundidad con la que se emplearon como matadores la terna. Con la excepción del accidente de El Cid, la espada viajó certera y con rapidez en la mayoría de las ocasiones cosa que se agradece cuando la tarde va como fue.

Del sopor nos sacó un excelente torero de plata. Le puso dos soberbios pares Alcalareño a un toro que se vino pronto y con pies hasta reunir dos encuentros de los que se salió levanto los brazos con gracia torera Alcalareño. La ovación, justa y bonita, por parte del tendido.

Por lo demás, les puedo asegurar que cuesta Dios y ayuda contra mas cosas de un festejo que tuvo tan pocas cosas que contar.

Nos quedan hoy las esperanzas puestas en que con un cartel de tronío, los jandillas de Borja Domecq funcionen lo suficiente como para contar desde la vertiente de un rotundo triunfo el cierre de esta feria 2010 que mañana estará ya en manos, y en el análisis, de los distintos jurados.

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