Huelva

Huelva revive su Corpus Christi

Procesión del Corpus Christi.

Procesión del Corpus Christi. / Rafa del Barrio

Los caminos por los que iba a pasar el Cuerpo de Cristo estaban perfumados de romero. Una alfombra que se estiró en el corazón de Huelva para latir de la mano de los cristianos. La capital se vistió de primavera, en esta estación que marca los días por colores bajo un paraguas de sol. Altares y balcones exornaron un recorrido tradicional pero que tuvo otra fotografía. Porque mucha gente así lo quiso. Porque la participación en la calle fue la que no hubo en otros años. Sin duda, el cambio de día le sentó a la capital como nunca. La procesión del Corpus Christi se celebró en jueves, en el jueves que le toca, y no en domingo como en años anteriores. Un giro de guion que propició el ambiente en la calle y no en la playa. Aceras con vida al pasar uno de los cortejos más protocolarios que se ven aquí. Y vida también detrás del paso. Fueron muchos los que acompañaron a una comitiva que congrega a la Huelva cofrade, mariana, devota, en definitiva. A la Huelva que cree y que siempre está ahí. Haya o no haya gente.

Muchos descubrieron este jueves una de las procesiones con más personalidad. Con más por conocer. Con mil y un detalles. Los guiones sacramentales fueron la senda por la que rezaban los niños vestidos de comunión. Alegres y contentos de lucir sus mejores galas.

Atrás quedaron las restricciones de una pandemia que alargó esta espera. Otro de los aciertos, junto con el cambio de día, fue la presencia de Cristo del Amor, de la Hermandad de la Cena. Presidió el altar de la Concepción. Y lo llenó todo. Siendo la estampa del día cuando el Corpus Christi pasó a su altura. Es el momento donde todo esto cobra sentido. Y donde el corazón se hace grande. Y todo ayudó. Todos ayudaron. A destacar el imponente altar que montó la Hermandad del Carmen, de la parroquia de la Concepción, en el Palacio de Mora Claros.

Previamente a la procesión, el obispo de la Diócesis de Huelva, ofició una misa en la Catedral. Y posteriormente a la procesión, una velada animó La Merced. El Corpus Christi recuperó su esplendor. Y Huelva dijo “sí”. 

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