Huelva se reencuentra con Jesús Sacramentado

Durante dos horas la custodia recorrió el itinerario hasta la parroquia de la Concepción y desde allí regresó hacia la Catedral de la Merced

1. La Custodia, en el paso portado por costaleros de la Cena, en la Plaza de la Merced. 2. Altar de la Asociación Cultural de Fieles Asuncionistas, en Mora Claros. 3. Altar de la Agrupación de Fieles del Santísimo Cristo de la Redención y la Paz de El Higueral. 4. Miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías y el pregonero de la Semana Santa, Nacho Molina. 5. Mujeres de las asociaciones eucarística, a su paso por el altar de la Concepción. 6. El obispo da la comunión a los niños.
1. La Custodia, en el paso portado por costaleros de la Cena, en la Plaza de la Merced. 2. Altar de la Asociación Cultural de Fieles Asuncionistas, en Mora Claros. 3. Altar de la Agrupación de Fieles del Santísimo Cristo de la Redención y la Paz de El Higueral. 4. Miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías y el pregonero de la Semana Santa, Nacho Molina. 5. Mujeres de las asociaciones eucarística, a su paso por el altar de la Concepción. 6. El obispo da la comunión a los niños.
Elena Llompart Huelva

08 de junio 2015 - 01:00

Un buen número de fieles vivió en la mañana de ayer la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, pudiendo disfrutar en las calles más céntricas de la ciudad de la procesión de Jesucristo Sacramentado durante dos horas. El Corpus arrancó a las 09:00 -hora en la que el calor ya prometía hacer acto de presencia a pesar de las nubes- con una misa solemne presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, en la Catedral de Huelva.

Dentro del atestado templo catedralicio, en el que no cabía un alfiler, el numeroso grupo de niños ataviados con sus trajes de primera comunión fue el alma de la celebración. Los pequeños que este año han recibido por vez primera a Jesús fueron los primeros en recibir la comunión y la ilusión y nos nervios se reflejaban en sus rostros.

En el día en el que la Iglesia celebraba el Día Nacional de la Caridad -una jornada en la que se quiere resaltar la importancia de la eucaristía como "antídoto contra la indiferencia" a la que, en alguna ocasión, ha hecho referencia el Papa Francisco- Vilaplana aseguró que la solemnidad que se celebraba sirve para agradecer, adorar y tomar conciencia del regalo que Jesucristo ha hecho a su Iglesia: su cuerpo entregado y su sangre derramada, que son "el precio de la redención".

En su breve reflexión, el obispo señaló, en primer lugar, que el Señor se ha quedado presente en el sacramento de la eucaristía y su presencia es "amorosa, cercana, silenciosa y humilde", realizando en este punto un llamamiento para que todos los planes de formación en las parroquias, hermandades y grupos cristianos insistan en "esta maravilla del sacramento de la eucaristía" y aprendan a "orar ante Jesús recordando las palabras de Santa Teresa de Jesús: orar es tratar de amistad estando muchos ratos a solas con aquel que nos ama".

En segundo lugar, Vilaplana indicó que la eucaristía es una llamada a la unidad, por lo que "si comemos el mismo pan y bebemos el mismo cáliz, todos los que formamos la Iglesia hemos de ser un sólo cuerpo", alentando así a los presentes a manifestar que "tenemos un solo corazón y una sola alma".

Por último, el obispo concluyó la homilía asegurando que la eucaristía es el antídoto frente a la indiferencia, "un gran mal de nuestro mundo" y, al respecto, criticó la insensibilidad ante el sufrimiento de quienes padecen, apuntando que la eucaristía "nos permite tener la mirada de Jesús y el corazón de Cristo para amar como él nos ha amado". En el día de la Caridad, Vilaplana abordó también la necesidad de tomar conciencia, apoyar y valorar a Cáritas parroquial y las iniciativas arciprestales de Cáritas Diocesana.

A las 10:10 la Banda de Cornetas de la Hermandad del Nazareno encabezaba con sus primeros sones la salida procesional, organizada por el Cabildo de la Catedral con la colaboración de la Hermandad Sacramental y Capitular de la Merced y la Hermandad de la Sagrada Cena.

Tras la cruz de guía (acompañada de dos faroles), los niños y niñas de primera comunión colmaron con su alegría la comitiva a su paso por Vázquez Limón, en dirección a Gines Martín y Ciudad de Aracena.

Tras los pequeños, las hermandades de gloria y las de Semana Santa precedieron al Consejo de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Huelva, con su presidente, Antonio González, a la cabeza. Por detrás caminaron las hermandades sacramentales por su orden de antigüedad, cerrando la Hermandad Sacramental y Capitular de la Merced, la cruz catedralicia, los diáconos, sacerdotes y religiosos la comitiva que precedía al paso de la Custodia con el Santísimo Sacramento.

Las voces de la escolanía de la Santa Iglesia Catedral envolvieron el paso, rodeado por cuatro párrocos y seguido por el obispo con los sacerdotes y ministros oficiantes.El alcalde en funciones de la capital, Pedro Rodríguez, y concejales en funciones del Partido Popular. Cerraba la la Banda Municipal.

El altar de la parroquia de la Concepción, en la puerta de Méndez Núñez, estuvo presidido por un cuadro de la Inmaculada Concepción con ocasión del año en el que se celebra el 500 aniversario del templo. Este año se instalaron otros dos altares en la calle Mora Claros evidenciaron la ilusión de varios grupos y jóvenes asociaciones por recuperar una tradición.

El primero de ellos fue montado por la Agrupación de Fieles del Santísimo Cristo de la Redención y la Paz de El Higueral, mientras que el segundo fue obra de la Asociación Cultural de Fieles Asuncionistas.

La calle Puerto, San José y el Paseo de la Independencia fueron testigos privilegiados del regreso de la Custodia hacia la Plaza de la Merced. Desde el altar instalado en la puerta de la catedral, con la imagen del Niño Jesús, el obispo José Vilaplana realizó una breve alocución en la que animó a los asistentes a "ser sembradores de paz, alegría y esperanza" e impartió la bendición con el Santísimo Sacramento, acto con el que concluyó el Corpus.

stats