Huelva

La mirada a Huelva del periodista José Ponce Bernal

José Ponce Bernal.

José Ponce Bernal. / H.I. (Huelva)

Huelva Información inicia una serie que reproduce los artículos del periodista onubense José Ponce Bernal, publicados en la prensa provincial en el primer tercio del siglo XX. La lectura de su obra dará cuenta de su talla intelectual y ayudará a los lectores a conocer cómo era la Huelva de entonces, donde ya se sentían muchas de las aspiraciones que los onubenses seguimos reclamando de los poderes públicos. A través de un periodismo militante, comprometido, buscó el bien común y sintió, como su precursor Larra, un profundo amor por su patria. A José Ponce le dolía Huelva, como a Larra y después a Unamuno les dolió España.

Se formó en el ambiente de cambio en el pensamiento y en las actitudes de la sociedad española que protagonizaron los hombres y mujeres de la Generación del 14: Ortega, Azaña, Giner de los Ríos, Ramiro y María de Maeztu, Zenobia Camprubí, Campoamor, Marañón... Y creció junto a los de la del 27: Lorca, Alberti, Ayala, Chacel, Cernuda... En una provincia alejada de ese eje cultural y político, Ponce creó opinión desde los periódicos, impulsó acciones culturales como la puesta en marcha del Ateneo Popular de Huelva; promovió campañas para elogiar figuras de la literatura, como Benavente o Mariano de Cavia; y de la pedagogía, como Luis Bello. Vio e interpretó el problema de Huelva como aquella Generación del 14 vio e interpretó el problema de España. La falta de cultura conducía a la frustración y esta incapacitaba para alcanzar el ritmo que marcaba el resto de España para Huelva y Europa para España.

Los periodistas, para él hombres de comprensión, tenían una enorme responsabilidad en la tarea de educar, de orientar el pensamiento y crear opinión. Se valió de este resorte para influir, como harían muchos escritores del 98 y la mayoría de la Generación del 14. El periodismo era para él un trabajo digno, respetable y comprometido. Entendía que su finalidad era ser útil, aunque también distraer, incluso divertir, aplicando la doctrina de enseñar y deleitar de Horacio (“prodesse et delectare”). Respondía a la perfección al prototipo de hombre culto de su generación que sintió la necesidad de comprometerse políticamente. Ortega dijo que la política era una obra de voluntad y que no era suficiente con tener ideas, sino que era preciso materializarlas. Por eso los intelectuales se hicieron políticos.

Con el final de la guerra y su encarcelamiento vio fracasados todos los intentos personales y colectivos de construir una sociedad justa e igualitaria. Pero aún entonces siguió confiando en sí mismo y en la honradez de las personas, en la bondad del ser humano. Pensaba que los vencedores de la guerra iban a creer en su inocencia y quizá esa postura le hizo confiar y por eso se quedó en España tras su salida de la prisión de Almería, donde estuvo encarcelado entre abril de 1939 y mayo de 1940. En Madrid volvió a ser detenido y murió en la cárcel en la más absoluta soledad después de varios días de agonía física y moral fruto de la represión sufrida.

José Ponce Bernal fue uno de esos miles de hombres que vivieron alimentando el vivir de los otros. Su obra periodística merece ser conocida por los lectores actuales. Blanqui-Azul, seudónimo que utilizó en sus inicios como pionero del periodismo deportivo en Huelva en las páginas de La Provincia, cuando narraba los encuentros del Recre, se hizo popular, querido y respetado en Huelva. Después comenzó con sus crónicas sociales en este periódico y en El Defensor. El grueso de su producción se dio en Diario de Huelva, donde fue redactor jefe entre 1928 y 1933, coincidiendo con su cargo de vicepresidente en la Asociación de la Prensa de Huelva. Durante la guerra civil, el diario Claridad lo envió de corresponsal al Frente Sur. Sus últimos trabajos se publicaron en Avance, de Ciudad Real, en 1939.

La idea de reproducir su obra me rondó hace tiempo. Con su lectura pude comprobar que muchos de los textos son extrapolables a la actualidad, como si el tiempo no hubiera pasado. Pero entonces, miles de personas vivían en condiciones de pobreza extrema, en casas insalubres. La indiferencia de la clase política y el ambiente generalizado de conformismo y desidia lo enervaban. Lamentaba la vida miserable y desgraciada que había tocado vivir a demasiada gente. Admiraba a los que dedicaban su vida a ayudar a mitigar el sufrimiento ajeno y arremetía duramente contra el egoísmo, la avaricia y la imposición de los poderosos. Obsesionado por la educación y la cultura, Blanqui-Azul pedía escuelas para los niños pobres y parques infantiles; y trabajo para que los parados –multiplicados tras la crisis del 29– pudieran conservar la dignidad y atender por sí mismos a sus familias. Su ideología era clara y se percibe con rotundidad en la serie De Aquí y de Allá. Sin Importancia, que publicó en Diario de Huelva. Escribió sus artículos más sociales, de corte costumbrista, en los que dibujaba estampas de la vida cotidiana y describía situaciones que nos ayudan a conocer cómo se vivía en la ciudad, cuál era su fisonomía y el carácter de sus gentes. Mi misión aquí es seguir con mi empeño de dar a conocer a este periodista ilustre y culto que hoy mira a su querida Huelva desde el busto erigido en el exterior del Centro de la Comunicación Jesús Hermida, obra del escultor Alberto Germán Pérez. Encontró así, al fin, un lugar en su tierra natal.

El origen de una tesis doctoral de su nieta

La lectura de los artículos de José Ponce Bernal (Blanqui-Azul) en la prensa provincial de Huelva fueron el punto de arranque de una investigación que culminó en una tesis doctoral, Biografía personal, intelectual y política del periodista José Ponce Bernal (Huelva 1898-Madrid 1940), Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid en 2016, obra de la nieta del protagonista, la también periodista onubense Felicidad Mendoza. La Universidad de Huelva, a su vez, publicó el libro José Ponce Bernal, periodismo y compromiso en la Andalucía de entreguerras, resultante de aquel trabajo científico en una versión más liviana.

Felicidad Mendoza Ponce es periodista-investigadora y nieta de José Ponce Bernal.

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