Un preso en Huelva se enfrenta a la primera pena de prisión permanente
La Fiscalía de Sevilla aplica la petición al violador del parque de María Luisa de la ciudad
La Fiscalía de Sevilla ha solicitado la pena de prisión permanente revisable para Francisco Morillo Suárez, de 46 años y que está acusado del asesinato y violación de una joven en el parque de María Luisa y que cumple pena en el centro penitenciario de Huelva. Se trata de la primera vez que la Fiscalía que dirige María José Segarra reclama esta nueva condena introducida recientemente en el Código Penal.
La Fiscalía atribuye al acusado un delito de agresión sexual, en concurso real con un delito de asesinato, y reclama una condena de 15 años de prisión por la violación y la "prisión permanente revisable" por el asesinato, al tiempo que solicita que en todo caso no pueda lograr el tercer grado "en tanto no conste un mínimo de cumplimiento efectivo de 18 años de prisión, así como que los beneficios penitenciarios, los permisos de salida, la clasificación en tercer grado y el cómputo del tiempo para la libertad condicional se refieran a la totalidad de las penas impuestas en la sentencia" que se dicte en su día. El Ministerio Público reclama además una indemnización de 100.000 euros para los padres de la joven asesinada y 25.000 euros para su hermana.
El abogado de la familia de la joven asesinada, Alberto Lag, ya anunció en su momento que cabría incluso solicitar la pena de prisión permanente revisable, que aparece recogida en el artículo 140 del Código Penal. Este precepto establece que el delito de asesinato será castigado con esta pena de prisión permanente revisable cuando se den algunas circunstancias, entre ellas que "el hecho fuera subsiguiente a un delito contra la libertad sexual que el autor hubiera cometido sobre la víctima", como ocurre en este caso.
En el escrito de conclusiones provisionales presentado en la Sección Séptima de la Audiencia, la Fiscalía señala que el acusado frecuentaba el parque de María Luisa, visitándolo una vez entrada la noche y permaneciendo incluso después del horario del cierre de las puertas -en invierno es a las diez de la noche-, "momento en el que tienen lugar encuentros de naturaleza sexual".
Dice el Ministerio Público que la noche del 23 de febrero, la víctima, Sara D. M. permaneció tras el horario de cierre del parque con la "supuesta intención de suicidarse, no siendo ésta la primera que procedía de tal modo", dado que había empleado ese mecanismo otras veces como "llamada de atención" a su entorno más próximo. Sobre las 21:47, envió un mensaje con el móvil a sus allegados en forma de despedida e ingirió una importante dosis de barbitúricos que fueron "sumiéndola en una lenta somnolencia".
El acusado, en una hora no determinada pero anterior a las cuatro y media de la madrugada, coincidió con la víctima, que seguía sometida a los efectos de los medicamentos, y consciente del estado de somnolencia en el que estaba Sara "decidió aprovechar tal circunstancia para satisfacer sus deseos libidinosos más extremos" y la violó sometiéndola a una "brutal práctica sexual". Sara D. M., de 31 años, murió horas más tarde de la agresión por un "shock hemorrágico" derivado de las lesiones causadas, precisa el fiscal.
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