Huelva

Huelva celebra la misa de apertura del curso pastoral

  • El obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, explica las nuevas orientaciones pastorales diocesanas

Misa de apertura del curso pastoral.

Misa de apertura del curso pastoral. / M. G. (Huelva)

El obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, presidió en la tarde de ayer la Misa de Apertura del Curso Pastoral 2022-2022 en la Santa Iglesia Catedral. En su homilía, recordó que “cada uno, en la tarea que tenemos encomendada, formando parte de la Iglesia diocesana como sujeto único, somos enviados de nuevo a proclamar el Reino de Dios”. Además, explicó las nuevas Orientaciones Pastorales Diocesanas y las acciones previstas para este curso.
La Carta Pastoral decía lo siguiente:

Queridos hermanos:

La frase del Evangelio de San Lucas: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39) es la cita bíblica elegida por el Papa Francisco como lema de la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Lisboa, Portugal. También a nosotros nos debe motivar poner el curso pastoral que iniciamos en la perspectiva de la JMJ 2023, pues este encuentro debe suponer un impulso para la evangelización en todas nuestras acciones diocesanas, particularmente, en la pastoral juvenil. María, después de responder al ángel: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38), emprende el camino hacia Ein Karem, una aldea cerca de Jerusalén, donde Santa Isabel esperaba el nacimiento de San Juan Bautista. La acción de levantarse presenta a María, simultáneamente, como modelo de caridad y modelo misionero. De este modo nos enseña a configurarnos como evangelizadores en nuestra Iglesia particular.

Somos conscientes de que no atravesamos tiempos fáciles. Salimos de la crisis de la pandemia, entramos en la crisis de la guerra en Europa por la invasión de Ucrania, y ahora se nos avisa una crisis económica y energética grave. En este contexto los cristianos debemos emplearnos, desde la esperanza creyente, para salir de estos trances mejor y más unidos, siendo testigos de la presencia de Cristo Resucitado y mensajeros del Evangelio. Es el mejor servicio que podemos prestar, pues “la alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades (…) La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio (…).Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”(V Conferencia General del CELAM 2007 en Aparecida, Documento Conclusivo, nº 29)

En los últimos meses hemos trabajado en las Orientaciones Pastorales Diocesanas, se han recibido aportaciones y se han propuesto acciones para llevarlas adelante. Así llegamos a la publicación de las Orientaciones Pastorales Diocesanas (2022-2027), tituladas “Él va por delante de vosotros” (Cf. Mc 16,7), que ahora se presentan como el camino pastoral a seguir en la Diócesis de Huelva.

Sabiendo que nuestra misión es evangelizar aquí y ahora, respondiendo a la llamada permanente del Señor resucitado y vivo, nos hemos preguntado ¿qué nos proponemos conseguir en la situación actual de nuestra Iglesia particular y de la sociedad de Huelva?, ¿cuál es el modelo pastoral de conjunto de la Diócesis de Huelva? a respuesta que ofrecemos queda señalada en las Orientación Pastorales Diocesanas, que se explican en cuatro líneas de trabajo:

  • Primera: Acrecentar nuestra responsabilidad misionera. Lo decisivo es que lleguemos al convencimiento de que cada parroquia, cada comunidad eclesial, cada familia cristiana, cada bautizado es responsable del anuncio misionero del Evangelio en nuestra ciudad, barrio o pueblo, entre nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo o estudio. Esto exige “un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús (…) No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios”(San Pablo VI, Exh. Apost. Evangelii Nuntiandi, nº 22). Seamos, pues, misioneros en nuestra tierra.
  • Segunda: Proporcionar oportunidades para experimentar una auténtica comunidad eclesial: La pastoral misionera no puede darse por satisfecha con el anuncio del Evangelio, sino que debe invitar a las personas a incorporarse a la comunidad de fe que es la Iglesia (cf. Ef 2,19-22). La evangelización solo puede exhortar honestamente a la conversión si la Iglesia es capaz de presentarse como una comunidad que testimonia y hace posible experimentar en medio del mundo un nuevo estilo de vida. La construcción de estos ámbitos espirituales y culturales tiene que ser en adelante una de las tareas principales de nuestras parroquias y comunidades cristianas. En este contexto, debemos ocuparnos de forma prioritaria de las familias cristianas, de tal manera que se signifiquen en nuestra sociedad, pues ellas serán el tejido que dé consistencia a la comunidad cristiana. También las grandes manifestaciones de la piedad popular de nuestro pueblo deben ser impulso para crear auténticas comunidades cristianas.
  • Tercera: Tener una presencia misionera en la vida pública. Es imprescindible que los católicos estemos presentes y actuemos en la vida pública, tratando de llevar a la práctica la moral cristiana a favor del bien común material y espiritual de las personas. Resulta fundamental para el verdadero progreso de la sociedad nuestro compromiso familiar, ciudadano, profesional y político. Esta presencia está guiada desde la educación moral según los Mandamientos de la ley de Dios, que son la encarnación de la existencia cristiana, hasta la Doctrina Social de la Iglesia. Nuestro compromiso abraza la preocupación por los pobres y marginados, y pasa por favorecer la participación de los ciudadanos católicos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
  • Cuarta: Todos llamados a la santidad. Nuestra pastoral diocesana debe desplegar una auténtica pedagogía de la santidad adaptada a todas las edades y situaciones de las personas, presentándola como un ideal atractivo, posible de alcanzar con la ayuda de la gracia. Todos debemos emplearnos en ello, los sacerdotes, diáconos, personas consagradas, catequistas, familias cristianas, grupos parroquiales y movimientos apostólicos. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada (Francisco, Exh. Apost. Gaudete et exultate, nº 1).

Las Orientaciones Pastorales Diocesanas (2022-2027)“Él va por delante de vosotros” (Cf. Mc 16,7), están llamadas a ser acogidas, reflexionadas y puestas en práctica en cada realidad eclesial de la Diócesis. Para ello, las líneas de trabajo tienen que convertirse en programaciones concretas, prácticas y revisables, asumiendo que tienen un carácter transversal, y no son acciones sucesivas. Por su parte, en cada curso pastoral el Consejo Episcopal con los Consejos del Presbiterio y de Pastoral irán definiendo algunas acciones a nivel diocesano, que todos debemos tener en cuenta con verdadero espíritu de comunión eclesial.

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