La pandemia del covid y todas las restricciones de aforos y horarios –y hasta confinamiento domiciliario– ha provocado una fuerte caída en el volumen de negocio del sector de los juegos de azar. Así lo constata la Estadística de Juego Privado de Andalucía, elaborado por la Consejería de Hacienda y Financiación Europea de la Junta de Andalucía, realizada con datos del pasado 2020 y que evidencia algún que otro cambio significativo: el bingo tradicional ha desaparecido ante la consolidación del electrónico, “que ya se encuentra totalmente implantado en casi todas las salas de Andalucía”, indica el documento.

No obstante, las cifras en lo que se refiere a la provincia de Huelva, merecen una reflexión más que serena. En cuanto al gasto por habitante, Huelva es la segunda provincia andaluza que más gasta en salas de bingo tradicionales; la segunda en gasto por habitante en juegos de bingo electrónico por detrás de Cádiz; la segunda en máquinas de tipo B, es decir en aquellas que se encuentran dispuestas en los salones de juego, por detrás de Almería y la cuarta que más utiliza las terminales de apuestas de los mismos locales, posiciones todas ellas muy por encima de su posición real en su peso poblacional respecto a las restantes andaluzas.

Pero no solo eso. Una primera mirada a los datos evidencia un brusco descenso en el volumen total del juego, que en Andalucía se cifra en “más del 42%” y en Huelva roza el 45%. De esta manera, si en 2019 –el mejor año en cuanto a negocio desde que comenzó la serie en 2011– en la provincia el sector del azar movió 153, 8 millones de euros, en el pasado ejercicio apenas fueron 85,3, lo que se traduce en 68,5 millones menos.

Uno de los salones de juego en el centro de la capital onubense.

Pero no todo es negocio, también hay una problemática detrás de la que el informe da algunos detalles importantes. El más llamativo es que en Huelva hay contabilizados 2.248 vetos de acceso a salas de juego, dentro del registro que tiene la Junta de Andalucía. El motivo suele ser la adicción, que lleva a estos jugadores a solicitar la prohibición de entrada a estos establecimientos para evitar recaídas en el tratamiento.

La mayoría de quienes solicitan que no se les permita entrar son hombres. En el caso de Huelva, 1.315 solicitudes corresponden a varones, mientras que el resto de las peticiones de jugadores que intentan superar la adicción mediante la imposibilidad de acceder son mujeres (933). Los bingos (en la provincia se indica que hay cinco de estos establecimientos por detrás de Cádiz donde hay 10 y los 8 de Málaga) suman la mayoría de peticiones, con 1.008 vetos. Los prohibidos en salones de juego con 1.171, mientras que en los casinos se registran 747, a pesar de la ausencia de este tipo de locales en Huelva. Esto se explica por el hecho de que, según se indica en el informe, una misma persona puede tener prohibición de entrar en más de un tipo de local.

En toda la comunidad autónoma son 40.605 las peticiones de prohibición de acceso a los recintos en los que se juega, con 24.690 formuladas por varones y otras 15.915 de mujeres. Estas algo más de 40.000 prohibiciones se reparten entre casinos (14.107), bingos (20.054) y salones de juego (6.444).Además, el informe ofrece también información sobre las inspecciones. En 2020 se realizaron 651 en toda la provincia –es la sexta provincia andaluza–, fundamentalmente relacionadas con máquinas tragaperras (622).que se llevan el 95,5% del total. Los salones de juego sumaron 27, completándose la serie con uno en sorteos y otros juegos, y otro más en bingos. En Huelva, por el contrario no se llegó a resolver ningún expediente sancionador, la única provincia andaluza junto con Jaén donde se da esta circunstancia.

Uno de los salones de juego en el centro de la capital onubense.

En cuanto a las cifras de negocio, el pasado año, marcado por el covid, tuvo un volumen de 85,3 millones de euros en la provincia, ofreciendo el dato más bajo de la década y el único por debajo de los 100 millones desde el comienzo de la serie histórica en el año 2011, lo que supone un frenazo en la tendencia al alza que el sector de los juegos de azar experimentaba, año tras año, desde 2015. En ese ejercicio finalizó la racha de cuatro consecutivos con caída de negocio, coincidiendo con la salida de la anterior crisis económica provocada por el crack del ladrillo de 2008-2010, que en el mundo del juego se tradujo también en la irrupción de las plataformas online. En Andalucía, la contracción del sector es igualmente notable, al pasar de 2.226,6 millones de euros de 2019 a los 1.280,5 del pasado año.

Estos datos proceden del Sistema de Información del Juego y de Espectáculos Públicos, de la información que deben dar las empresas titulares de los casinos y de los servidores centrales de los proveedores a las salas de bingo. También deben aportar información las plataformas autorizadas que operan presencialmente las apuestas deportivas en Andalucía. Con todas esas fuentes se constata que las máquinas tragaperras han sido las peor paradas de la crisis del covid-19 y las restricciones amparadas bajo el estado de alarma y la desescalada.

Así, el número de máquinas tipo B (las habilitadas en salones de juego) fue en 2020 en Huelva de 2.164, y el volumen de juego que generaron se estima en casi 65 millones de euros. En 2019, el año prepandemia, esta cifra llegó a los 116 millones de euros. Con todo, las tragaperras se mantienen a la cabeza dentro de los distintos sectores que se analizan en la estadística. Le sigue el bingo electrónico con 13,1 millones de euros de negocio en 2020 (la cuarta provincia andaluza en números absolutos), mientras que el tradicional se quedó en apenas 373.000 euros, la segunda en Andalucía sólo superada por Cádiz. Sin casinos registrados, las apuestas cierran la estadística por sectores con un volumen de juego de 6,9 millones.

Uno de los salones de juego en el centro de la capital onubense.

Por sectores, en lo que se refiere a las tragaperras, en Huelva se cifra en 16,2 millones el gasto real en las 2.164 máquinas que están registradas. Por gasto real se entiende el resultado de detraer a lo jugado la cantidad que es devuelta a los jugadores en forma de premios. El gasto aparente –que se define como el resultado del gasto real dividido entre la población de la provincia– es de 31 euros. Este dato está por encima de la media andaluza (26,2) y es el segundo entre todas las provincias sólo superado por los 33 de Almería.

Las cinco salas de bingo de Huelva se quedaron el pasado ejercicio con un volumen de apenas 373.000 euros, según la estadística, tras ofrecer un volumen de juego cifrado en 16 millones de euros en 2019. La tendencia es general a toda la comunidad autónoma. Si en 2019 se estimó que los bingos movieron unos 187,2 millones de euros, el pasado 2020 apenas fue 1,1 millón, sustentado por los 657.000 euros de Cádiz, los 373.000 de Huelva, y los 140.000 de Sevilla. Toma el relevo el bingo electrónico, que tuvo un gasto bruto por onubense de 25 euros en el pasado año y que sumó 13,1 millones de euros en volumen de juego, es decir, el triple que hace un año.

En cuanto a las terminales de apuestas, los 434 puntos en los que se puede jugar en la provincia movieron 6,9 millones de euros en sorteos. A su vez repartieron 5,3 millones entre los jugadores. El gasto real se estimó en 1,6 millones, mientras que el aparente se quedó en 3,1 euros, en la línea de la media andaluza que se quedó en 2,9.

El informe apunta a una reducción en la red de terminales y que sitúan el total cerca de los números de 2018, que se ha visto aún más reflejado en el notable descenso del volumen de juego. Así, en 2018 eran 496 los establecimientos contabilizados, que movieron 13,8 millones de euros en aquel ejercicio, casi el doble que ahora; en el año prepandémico, 2019, la cifra de terminales marcó un tope de 521 que disparó el gasto hasta los 17,4 millones.