Huelva desde la Ría
la ciudad en el siglo xviii | identificación de todos los lugares, edificios y embarcaciones
El Museo de Huelva alberga de manera provisional la imagen más antigua que se conoce de la ciudad, un óleo del siglo XVIII
La primera imagen de Huelva de la que se tiene constancia es este óleo sobre tabla de pequeñas proporciones firmado por P. Hernández, y para el que se sugirió con posterioridad a su ejecución la fecha de 1830. Algunos detalles, como los edificios que aparecen en esta pintura o los personajes que reman en el pequeño esquife de la parte central inferior del cuadro, nos hacen pensar que la pintura fue ejecutada algunas décadas antes, probablemente a finales del XVIII y no en la fecha que fue grabada, con posterioridad y a punta de punzón, en el original. Vamos a intentar acercar al lector a los hitos arquitectónicos, lugares o embarcaciones que se ofrecen en esta vista de la ciudad de Huelva, probablemente intuida, cuando no pintado el original, desde algún muelle de Bacuta.
A.Convento de la Merced Descalza para la Redención de Cautivos. Fundado en 1605 por el VII duque de Medina Sidonia y Señor de Huelva, don Alonso Pérez de Guzmán. El edificio original, levantado a las afueras de la ciudad, como se puede observar, cerca o sobre la antigua ermita de San Roque que constituía la puerta de poniente de la ciudad, quedó seriamente dañado por el terremoto de 1755, terminando de arruinarse debido a otro seísmo diez años después. Hubo de reconstruirse prácticamente por entero y aún hoy, tras sucesivas reformas y añadidos, conserva su factura barroca tardía.
B.Convento de Religiosos Mínimos de San Francisco de Paula. Más conocido como de la Victoria. Fundado igualmente por los señores de Huelva, condes de Niebla y duques de Medina Sidonia en 1582. Tras la desamortización de Mendizábal (1836/37) queda clausurado y desaparece muy pronto, pues se derriba en 1838, varias décadas después de la realización de esta pintura. Es ésta una de las pistas que nos ayudan a determinar la fecha en que se pintó y, por lo tanto, la Huelva que representa.
C.Parroquia Mayor de San Pedro. Ubicada en la collación alta. Aparentemente se encuentra la iglesia en descampado, pues cabezos como el del Molino de Viento nos impiden ver la ciudad que se extendía más allá de estos. Una ciudad más agraria y rural que la que esta vista de Huelva nos ofrece, de clara vocación pesquera y dominada por la actividad portuaria.
D.Arco de la Estrella. Mandado derribar en 1848 a causa de su abandono, suciedad y serios peligros de derrumbe. Era la puerta sur de la ciudad, la que daba al mar. Desde su balcón se ofrecían misas a quienes se aventuraban en los procelosos mares. También se cerraba el espacio que se abría delante de ella con el fin de lancear toros. Estaría ubicado este arco aproximadamente en La Placeta. La calle Marina arranca desde este arco y en este tiempo muy probablemente estaría aún cubierta por las aguas en las horas de pleamar -el cuadro está pintado durante la marea alta, como muestra el hecho de que una de las fragatas de guerra, la de la derecha, se apreste a abandonar el puerto largando sus gavias-. Es curioso que no aparezca el baluarte de la Estrella -del que toma el nombre el arco- ni la torre del Puntal, defensas importantes de la ciudad que debieron estar ubicadas en las cercanías de este arco. Pensamos que el baluarte, cuya misión defensiva en este tiempo ya no era necesaria, correría igual suerte que otros similares, siendo absorbido por la propia ciudad, cuyas casas terminarían adosándose a sus muros y ocultándolo por lo tanto a la vista del pintor. Además de esta imagen del arco de la Estrella, existe otra única representación del mismo, el huecograbado que aparece en la Crónica de la Provincia de Huelva, de Climent, que coincide plenamente con esta imagen que ofrece el cuadro de P. Hernández.
E.Parroquia de la Concepción. Ahora cumple quinientos años. Al aumentar la población se hace necesario fundar una nueva parroquia, la cual ocupa un lugar en la zona baja de la ciudad, el que más vio aumentar el número de vecinos con el impulso que la navegación y las pesquerías dan a la ciudad en el siglo XVI y a medida que la margen izquierda del río Odiel se hizo más segura (incursiones berberiscas) y más saludable al ir cegándose y desapareciendo la zona de marismas. De primera factura gótica, los sucesivos arreglos le confieren el aspecto barroco de la imagen, que es el actual.
F.Palacio de los duques de Medina Sidonia y Señores de Huelva. Además de animar la llegada de órdenes religiosas mandando construir conventos, los duques deciden trasladarse a un palacio más cómodo y abrigado que el frío castillo que otrora estuviera en el cabezo de San Pedro y del que hoy sólo queda la huella de su cerca, visible en fotografías aéreas. En ese castillo había nacido poco antes, en 1613, la futura reina de Portugal, doña Luisa María Francisca Pérez de Guzmán y Sandoval. Medio siglo después los duques han adquirido y mejorado el palacio que hoy, muy reformado, subsiste en la calle del mismo nombre.
G.Convento de Santa María de Gracia. Es muy anterior a la fundación del de Mínimos, y debe situarse su origen en los primeros años del siglo XVI. Es el primero de los que se construyen en Huelva y está dedicado a monjas agustinas calzadas que dan nombre al edificio e iglesia actuales. Este convento se abría a la plaza de San Juan, hoy conocida como Plaza de las Monjas.
H.Convento de San Francisco. Fundado unos años después del convento de Mínimos, en 1588. El cuarteto de conventos se cerraría con el de La Merced ya mencionado. Sobre parte del solar de este convento de franciscanos de la Observancia está hoy el Ayuntamiento. Nos contaba la gente antigua de Huelva que allí se conservaron en otro tiempo algunas banderas arrebatadas por la galeota que comandaron sucesivos miembros de la familia Garrocho a los corsarios berberiscos que, como Solimán el Negro, acosaron durante siglos estas costas onubenses.
I.Estero del Puerto Viejo. Antes de que se cegara este estero el puerto de Huelva estuvo ahí situado. Al fondo se observa un puentecillo con un único arco de medio punto por el que se accedía a la Vega Larga, a las salinas primero y al molino mareal que hoy, desaparecido hasta de nuestras memorias, da nombre a un popular barrio. Desde ese puente arrancaría la que hoy se sigue conociendo como calle del Puerto.
J.Estero de la Cabilla. Terraplenado en 1913 según nos cuenta don Manuel Silván de la Corte, bordeaba la estación, talleres y pescadería vieja. De niños nos contaban que la calle de las Bocas se llama así porque allí se cogían las sabrosas pinzas de los barriletes. Puede ser. También la calle de los Tumbaos cuentan que debe su nombre a los maestros rederos que arreglaban sus redes en ese lugar. Viendo esta imagen, ambas estampas se nos antojan harto creíbles.
K.Cabezo del Molino de Viento. Desapareció el cabezo a partir de 1872, año en que fue desmochado pacientemente a pico y pala, según orden del cabildo onubense. Con él se iría también el molino de Viento -que en las copias realizadas de este cuadro en la década de los cuarenta, aparece como un cilindro de grandes dimensiones-. De allí procedería buena parte de la tierra con la que se consolidaron zonas inundadas por la marisma en la parte baja de la ciudad. Para situarnos, este cabezo estaría sobre el paseo de la Santa Fe, también llamado del Chocolate.
L.Molino mareal de la Vega. Muy presentes estos molinos en toda la zona litoral onubense, algunos han sido restaurados incluso, como el famoso molino del Pintado en las marismas de Isla Cristina. Estos molinos aprovechan la pleamar para cerrar compuertas y postigos, retener el agua y dejarla salir a continuación por el canal del molino, haciendo así girar la piedra de moler. En la imagen se puede observar que este molino de la Vega Larga tiene una factura muy similar a la del que comprara el rico ilustrado e indiano Manuel Rivero, llamado El Pintado por un antojo de buenas proporciones que cubrían la mitad de su rostro.
M.Las Cuevas del Cabezo. Fácilmente horadables, los cabezos han dado refugio a muchos onubenses incluso en tiempos relativamente cercanos. El cuadro muestra a pie del cabezo del Molino de Viento algunas entradas a estas viviendas rupestres. Todavía hoy se pueden ver restos de oquedades en algunas paredes de los abandonados cabezos onubenses. Hasta hace bien poco y alrededor del lugar en el que se levantó el palacio del Obispo, convivían familias en chozas y en cuevas, en el Chorrito Alto, ya desaparecido.
N.Cabezo de la Horca. Es el más elevado en la imagen si exceptuamos los pintados más a la izquierda, que corresponderían a la zona del Conquero, más alejada de la ciudad, de ahí que fuera elegido para instalar allí la horca, un lugar bien visible que sirviera de escarmiento y aviso a quienes llegaran a la ciudad con malas intenciones. Cuando la colonia extranjera se instaló en Huelva a fines del XIX también supo elegir esta elevación pero por motivos bien distintos, contrarios por mejor decir. Las que se llamaron piscinas de los ingleses estaban aquí, lejos de miradas indiscretas, sin elevaciones desde que los indígenas pudieran alterar la intimidad y relax de los ilustres visitantes foráneos. Hoy continúa siendo un espacio poco transitado y alejado de la vida diaria de los onubenses.
O.Cabezo del Castillo. Está situado justo a la izquierda de la iglesia de San Pedro. El castillo ya había casi desaparecido por completo cuando se pinta Huelva desde la Ría, pues sus materiales habían sido aprovechados para otras construcciones desde al menos dos siglos atrás, como ocurriera con el convento de la Merced Descalza, cuyos miembros solicitan al cabildo onubense permiso para aprovechar los materiales del abandonado castillo de Huelva. En tiempos posteriores serían comúnmente reutilizadas las pocas piedras que quedaron en pie del castillo.
P.Cabezos del Conquero. En la perspectiva ideal, que no real, del cuadro, aparecen tras el convento de la Merced. Son una zona algo alejada de la ciudad, lugar de esparcimiento para muchos onubenses, y en ellos se alternaban parajes naturales con zonas de huerta y cultivos varios.
Q.Cabezo de la Hoya o la Joya. El artista dibuja una sucesión de montículos a continuación del cabezo del Molino de Viento. Estos cabezos, que incluyen también el de Roma y otros, fueron recortados a lo largo de todo el siglo XX. En el de la Joya, Juan Pedro Garrido Roig excavó en los años sesenta y setenta algunas importantes tumbas tartesias, de ahí que La Joya de nombre también -en el ámbito arqueológico- a otros cabezos más alejados, como los del parque Moret, que aún guardan tumbas de ese tiempo, ocultas al común, pero visibles a los ojos del buen observador.
R.Salinas. Tras el molino mareal y al otro lado del estero del Puerto Viejo, la actual industria salinera onubense tiene un referente en la montaña de sal que, como hoy en Bacuta, ayer veían los onubenses desde el otro lado del estero del Puerto Viejo.
1-2.Fragatas de guerra. Situadas en primer término dada la importancia de su presencia en el puerto de Huelva. Son barcos de tres palos, ligeros y artillados, a veces con dos cubiertas. El situado más a la derecha tiene desplegadas las tres gavias y enfila el canal ubicado entre la línea de tierra y las islas de Saltés y Bacuta para alcanzar la mar abierta. Los barcos muestran la enseña nacional señoreando en su popa.
3-8.Faluchos. Llamados laúdes en el Mediterráneo. Se caracterizan por tener los mástiles y las entenas inclinados. Tienen vela latina y a veces dos palos, como las embarcaciones numeradas con el 3, 4 y 5. Faluchos como los dedicados a la pesca, solían tener un solo palo y por lo tanto carecían de foque y mesana. Cuando un falucho pertenecía a la Armada, su misión solía ser la de guardacosta. Puede que alguno de estos de dos palos tuviera esa misión, aunque también se usaban para el transporte de mercancías.
9.Jábega. A diferencia de los faluchos, tienen el mástil vertical y las entenas horizontales. Es el barco pesquero por excelencia a fines del siglo XVIII y a lo largo de todo el siglo XIX en el litoral onubense. El nombre se deriva del tipo de arte de pesca, de copo y tiro, que utilizaban estas embarcaciones. Se dedicaban fundamentalmente a la pesca de la sardina, el boquerón y la caballa.
10-11.Esquifes. Son pequeños botes utilizados para los desplazamientos por el río, para llevar a las tripulaciones o abastecer a los barcos fondeados en el puerto. Reciben muchos otros nombres, como chinchorros, chalanas o simplemente botes. En la época que fue pintado este óleo, el nombre más frecuente es esquife. El que aparece en primer plano nos ayuda a distinguir el cuadro original de la copia que se realizó a partir de él, pues el esquife aparece paralelo al observador y en la copia ha virado y parece dirigirse a la isla de Bacuta.
Otro detalle importante de este pequeño esquife situado en primer plano y en el centro, es el ya citado de que los tipos y sus chambergos nos llevan a finales del siglo XVIII, un inesperado guiño, además, a la pintura picassiana.
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