Huelva

La Comisión de Obesidad del Hospital Infanta Elena trata a 120 nuevas personas cada año

  • El sobrepeso multiplica la gravedad del contagio por coronavirus

  • El centro hospitalario cuenta con una comisión para encauzar el estilo de vida de la población con un peso elevado

Los integrantes de la Comisión de Obesidad del Hospital Infanta Elena, David Molina y Manuel Martín.

Los integrantes de la Comisión de Obesidad del Hospital Infanta Elena, David Molina y Manuel Martín. / M. G. (Huelva)

La obesidad es la otra gran pandemia. En la población adulta española (25-60 años) la prevalencia de la citada enfermedad es, aproximadamente, del 16% y su desescalada parece no comenzar, dado que este porcentaje ha aumentado en ocho puntos en los últimos 35 años. 

El Hospital Infanta Elena, pionero en Huelva desde hace más de 20 años en el tratamiento de la obesidad, cuenta con una comisión compuesta por especialistas de diversas áreas -Cirugía, Endocrinología y Nutrición, UCI, Anestesia y Psiquiatría- para contrarrestar "un padecimiento que hay que entender como enfermedad y no como un atributo estético o emocional", relata a este diario el médico especialista en Endocrinología y Nutrición de la Comisión de Obesidad y facultativo del Hospital Juan Ramón Jiménez, Manuel Martín. En este sentido, añade que "más allá del aspecto físico y de los riesgos que entraña a nivel de salud, la obesidad está asociada a otros procesos, como la depresión, un bajo nivel de autoestima o trastornos de ansiedad".

La mencionada comisión dispone de una hoja de ruta con la que encauza el estilo de vida de las personas obesas atendidas. El proceso, en palabras de Martín, es "complejo", a la par que "fructífero", dado que "acompañamos al paciente en todo el proceso de cambio, incluso años después de finalizar el tratamiento, puesto que siempre existe la posibilidad de que la persona experimente una recaída". De hecho, en el protocolo de actuación no solo figura la aplicación del tratamiento, sino que intervienen otros aspectos como la motivación, el apoyo psicológico, la eliminación de las leyendas urbanas sobre alimentación y nutrición, el trabajo con las familias y la formación en estilos saludables de vida. Todo ello hace un "cóctel" de acciones que "requieren mucho conocimiento, práctica y aprendizaje" y que contribuyen a evitar complicaciones posteriores.

Respecto al protocolo de actuación, el cirujano del Hospital Infanta Elena y coordinador de la Comisión de Obesidad, David Molina García, resalta que el requisito para ingresar en el programa es superar los 40 kilogramos por metro cuadrado o los 35, si este peso está asociado a problemas de morbilidad (hipertensión, colesterol alto, artropatía, diabetes tipo dos o síndrome de apnea del sueño). Así, desde el centro hospitalario resaltan que "es tan alta la cifra de personas obesas que no podemos abarcarlas a todas, por lo que priorizamos a aquellos que tienen más complicaciones". El perfil de las mismas "suele coincidir, pues son personas con malas pautas de alimentación y con complicadas situaciones familiares y sociales".

Equipo de Cirugía y Anestesia del Hospital Infanta Elena. Equipo de Cirugía y Anestesia del Hospital Infanta Elena.

Equipo de Cirugía y Anestesia del Hospital Infanta Elena. / M. G. (Huelva)

El programa acoge a pacientes que proceden de Atención Primaria. En la primera consulta, según Molina, los especialistas realizan la primera valoración "para confirmar la adaptación de la persona a los cambios de hábitos alimenticios y emocionales". Del mismo modo, evalúan si el paciente es candidato a someterse a una cirugía bariátrica, la cual busca la disminución del peso corporal con una restricción de la cantidad de comida que se puede ingerir, así como una reducción del apetito. En total, por el circuito pasan unas 120 personas al año, aunque solo medio centenar requiere de operación.

Paralelamente a estas valoraciones, los profesionales de psiquiatría realizan observaciones a la persona en cuestión al objeto de cerciorarse de que "comprenden bien el proceso al que se someten, así como el cambio de vida que les espera". A su vez, descartan la existencia de otras psicopatologías, véase trastornos como la bulimia o la esquizofrenia, entre otros, pues "suponen un perjuicio para el tratamiento", explica Diego Molina.

Equipo de Endocrinología del Hospital Infanta Elena. Equipo de Endocrinología del Hospital Infanta Elena.

Equipo de Endocrinología del Hospital Infanta Elena. / M. G. (Huelva)

En relación a la citada cirugía, cabe resaltar que "será la adaptación de la persona a las pautas marcadas por los especialistas la que determine si finalmente se lleva a cabo este procedimiento". Asimismo, según resaltan Molina y Martín "valoramos también otras cuestiones, como el deseo del paciente a la intervención o la efectividad que tendrá en la persona". Con todo ello se estima "cuál es la que mejor le viene al paciente". En este contexto, es reseñable el hecho de que el Hospital Infanta Elena tiene capacidad para emplear todas las técnicas existentes.

En este punto, también es preciso apuntar que hay casos en los que la intervención es "urgente", puesto que hay personas cuya vida peligra, así como también hay pacientes que necesitan reconducir su peso en vista a una operación de diversa índole a la que deben someterse y, para la cual, "es necesario un peso determinado para que los resultados sean positivos".

Del mismo modo, antes de la cirugía interviene otro de los equipos de la Comisión de Obesidad, el de los anestesistas. Estos profesionales, una vez conocen la técnica que aplicarán los cirujanos, realizan pruebas a los pacientes para determinar su funcionamiento pulmonar y establecen el riesgo de la operación -en las personas obesas suele existir un riesgo de tipo 2 o tipo 3-. Estas personas son, además, "más difíciles de anestesiar e intubar por el mayor volumen cervical".

La obesidad es una enfermedad que, en palabras de David Molina y Manuel Martín, "ha sufrido complicaciones" a raíz de la pandemia de coronavirus. Por un lado, la limitación de la movilidad ha traído consigo que "las personas dejasen de hacer ejercicio, así como que cambiasen sus hábitos alimenticios a peor por el confinamiento". A su vez, la Covid-19 es un factor de riesgo, dado que las personas obesas que se contagian ingresan con un peor pronóstico y con una mayor probabilidad de mortalidad. Tanto es así que "la Covid-19 asociada a la obesidad ha supuesto una pandemia dentro de una pandemia", resaltan ambos especialistas. 

El hecho de que la obesidad haya adquirido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "proporciones epidémicas a nivel mundial", refuerza, aún más si cabe el mensaje de concienciación que lanza el Hospital Infanta Elena. Tanto David Molina como Manuel Martín consideran fundamental "la educación del paladar", así como la "actividad física" e insisten en que "la población debe ser consciente de que la obesidad, más allá de ser un aspecto físico, es una enfermedad crónica con múltiples consecuencias negativas".

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