Huelva

El Hospital Infanta Elena anima a los celíacos a cumplir la dieta sin gluten

  • Se estima que el 1% de la población lo padece, si bien la gran variedad de síntomas y la dificultad en el diagnóstico, cifra en un 75% el porcentaje de pacientes sin diagnosticar

Los profesionales de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Infanta Elena

Los profesionales de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Infanta Elena / H. Información (Huelva)

Los profesionales de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Infanta Elena quieren aprovechar la celebración del Día Nacional del Paciente Celíaco para recordar a las personas afectadas por esta enfermedad la importancia de seguir las recomendaciones de su médico y mantener una dieta estricta sin gluten, que evite la aparición de los síntomas más molestos y las posibles complicaciones.

Una conmemoración que surge también con el deseo de visibilizar una enfermedad que afecta al 1% de la población española y que, si no se trata, puede provocar numerosas alteraciones intestinales, en la piel, huesos, articulaciones, hígado, sistema nervioso, así como un mayor riesgo a desarrollar algunos cánceres digestivos, como el linfoma intestinal.

La celiaquía es una enfermedad de origen autoinmune, desencadenada por la exposición a un componente del gluten (la gliadina) en sujetos genéticamente predispuestos. Se caracteriza por una reacción inflamatoria que produce el adelgazamiento o atrofia en las vellosidades del intestino delgado. Dicha atrofia genera dificultad para que se absorban y pasen del intestino a la sangre determinados nutrientes, lo que conlleva la aparición de problemas derivados de esta mala absorción.

La Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Infanta Elena es la encargada de atender a estos pacientes residentes en su zona de adscripción, una vez son derivados por su médico de familia, a los que se les realizan analíticas de sangre que incluyen los estudios de determinados anticuerpos, así como una endoscopia oral con biopsias de duodeno para su diagnóstico. Una vez confirmado, el paciente se mantiene en seguimiento en la consulta hospitalaria de manera continuada, con el fin de conseguir un mayor control de la enfermedad y una buena calidad de vida.

Entre 10 y 40 años

Aunque clásicamente esta enfermedad se diagnosticaba en niños, ahora es frecuente su presentación en edades más tardías, entre los 10 y 40 años. Los síntomas típicos de la enfermedad, como el dolor abdominal, la pérdida de peso y diarrea acompañada de abundante gas, son más frecuentes en los niños. En la edad adulta los signos son más atípicos e inespecíficos, y muchas veces los pacientes pueden estar asintomáticos desde el punto de vista digestivo.

Por eso, se estima que aproximadamente un 75% de los pacientes continúa sin diagnosticar. Estos signos o síntomas extraintestinales pueden ser: anemia, déficits vitamínicos, elevación de las transaminasas, dolor de cabeza, artritis, osteoporosis, depresión, enfermedad renal, hemosiderosis pulmonar idiopática, etc.

Dado que existe una predisposición genética, los familiares de primer grado (padres, hermanos o hijos) de un paciente con enfermedad celiaca deben ser también estudiados, incluso en ausencia de síntomas, porque tienen un riesgo de entre un 10-15 % de padecer la enfermedad. Además, también se deben estudiar otros pacientes con enfermedades autoinmunes que se asocian con frecuencia a la celiaquía, como aquellos con diabetes mellitus tipo 1, dermatitis herpetiforme o tiroiditis autoinmune.

El único tratamiento para esta enfermedad es la dieta estricta y de por vida sin gluten, presente en el trigo, cebada, centeno y derivados híbridos como el tritical. Por ello, desde la Unidad de Aparato Digestivo quieren insistir en la importancia de mantener esta dieta, sobre todo teniendo en cuenta que la mejoría clínica del paciente tras el inicio de la misma se produce en apenas dos semanas en el 70% de los casos.

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