Homenaje a los veteranos

UNOS llegaban en compañía de familia y niños a disfrutar por vez primera del ambiente más adulto, otros, con más veranos que las fiestas, aparecían de la mano de sus parejas en el espacio reservado para su disfrute y diversión. El rebaño de adolescentes y no tan jóvenes que cruzaban la portada entre los cascabelescos tintineos de sus bolsas repletas de víveres etílicos avanzaban hacia su destino, el concierto junto a la ría, con la cabeza distraída, pendiente de lo que ocurría a su derecha: en la Caseta para los Mayores de las Colombinas nacía una nueva pareja de abuelos.

Miguel Muñoz Morelló, El Abuelo del Recre para la familia del Decano, y Luisa Naharro Rice, ejemplar alumna para sus compañeros de Cultura en los Barrios, fueron homenajeados en la noche de ayer con los premios a abuelos del año. Ataviados con densas bandas del emblema onubense, no podían ocultar su orgullo tras pisar durante parte de sus 85 años él y 86 ella el albero de las fiestas más célebres de la capital del descubrimiento de América.

El alcalde, Pedro Rodríguez, hizo los honores de la entrega de las placas conmemorativas a los abuelos recién nacidos. Miguel Muñoz es socio del Recreativo desde 1946, y se hizo muy conocido en los años 70 por los paseos que, a bordo de su Seiscientos engalanado, daba por la ciudad los días que jugaba su equipo en el Antiguo Colombino. El homenaje llegó en el lugar adecuado y el momento oportuno: la celebración del 125 aniversario del club de fútbol más antiguo de España.

Luisa Naharro, por su parte, es una mujer muy implicada en el programa municipal Cultura en los Barrios, en el que participa prácticamente desde su puesta en marcha como una alumna ejemplar y muy querida por todos sus compañeros.

El escenario de la caseta también acogió al Club de Pensionistas del Lazareto en un reconocimiento que el Ayutamiento les brindó por el cumplimiento de su 25 aniversario. Por el mismo motivo este centro social, que ha engrosado en este tiempo su cartera de socios hasta triplicarla, viene desarrollando desde principios de este año en colaboración con la administración local numerosas actividades para festejar esta fecha. La labor enmarcada en el programa Mayores por Mayores, en la que participan un gran número de voluntarios acompañando a los ancianos en su rutina diaria bien merece este reconocimiento.

El tradicional acto precedió a una velada repleta de jolgorio y alegría hasta bien entrada la madrugada. La Caseta de los Mayores, como todos los años, está siendo una de las más concurridas en estas fiestas, y buena fe de ello dan sus animados asistentes, bailando sin descanso ni fatiga al ritmo de la música de la Oquesta Nueva Onda.

Algo más de 2.000 metros cuadrados abrigaron a los presentes de la corriente de aire que enfríaba la noche, aunque no evitaba que ya en el ocaso del atardecer se asomaran los primeros impacientes.

No existe límite ni filtro de edad, tanto los fieles y habituales veteranos acompañados por sus respectivas parejas como los padres primerizos se acercaban, previo paso por los cacharritos en los que entretener a sus hijos y nietos, a terminar la velada con buena comida a un precio que tan solo rebasa la franja de los 20 euros. Muchos de los mayores echan de menos el anterior recinto y anhelan recuperarlo algún día, pero obvian las dificultades y continúan acudiendo desde todos los extremos de la ciudad para celebrar unas fiestas que ellos mismos aseguran "disfrutamos y nos divertimos tanto como los jóvenes", aunque lamentan de que estos hayan "perdido el señorío que había antes".

Pedro Rodríguez volvió a resaltar la importancia que tienen los mayores en nuestra sociedad, y recordó que en Huelva, este colectivo es de los más dinámicos de toda la ciudad. El alcalde reiteró su compromiso con ellos, y aseguró que seguirá trabajando con esfuerzo desde el Ayuntamiento para "garantizarles una calidad de vida adecuada, porque son los más necesitados de apoyo".

Un año más, Huelva aparca su rutina para homenajear el histórico y accidental viaje de Cristobal Colón realizando su particular viaje hasta el Tiro de Pichón. No importa lo lejos que esté, el pueblo onubense sigue siendo fiel a una de las más antigua de sus fiestas.