Los barrios de Cardeñas, Marismas del Odiel, Pérez Cubillas y Los Rosales fueron los más afectados por las lluvias torrenciales caídas el 27 de septiembre de 1997 en la capital onubense. No era la primera vez que estas barriadas se inundaban. Fue de madrugada, el agua llegó en algunas viviendas a una altura de treinta centímetros, ascendiendo hasta medio metro en otras.

Desde las cinco de la mañana, pequeños y mayores se dedicaron a achicar agua de sus casas para después limpiar el barro que el agua dejó a su paso, la actividad fue incesante. En Cardeñas, las estaciones de bombeo, construidas para evitar estas situaciones, no funcionaron. La versión del Ayuntamiento fue que un rayo bloqueó el sistema. Fue a las seis de la mañana cuando empezaron a funcionar pero ya para entonces el barrio estaba anegado.

Una situación parecida se vivió en distintos puntos de la ciudad, entre ellos el barrio del Matadero y de La Navidad. Trece vecinos de Pérez Cubillas, cuatro de ellos niños, tuvieron que ser alojados en el albergue municipal. Además de los graves daños ocasionados en las viviendas se inundó un gran número de garajes.