Huelva

Gran afluencia de personas en el cementerio de La Soledad de Huelva en el Día de Todos los Santos

Personas limpian tumbas en el  cementerio de La Soledad.

Personas limpian tumbas en el cementerio de La Soledad. / Josué Correa (Huelva)

Continuo ir y venir de ciudadanos desde las ocho de la mañana, hora de apertura del recinto, en el Cementerio de La Soledad de Huelva en el Día de Todos los Santos. Siguiendo la tradición, los onubenses acuden al camposanto para visitar las tumbas de sus seres queridos fallecidos, una jornada de recogimiento interior, de oración y de recuerdo de los familiares y amigos difuntos, así como también de despedida.

Un año más, no faltan las kilométricas filas de vehículos en la carretera de acceso al cementerio, retenciones que llegan en momentos del día hasta la rotonda de los tanatorios debido a la escasez de aparcamientos en la zona habilitada para ello. Aunque onubenses optaron por los servicios públicos, taxis y autobuses de la Empresa de Transportes Urbanos (Emtusa), que ha puesto en marcha un servicio especial hasta el 2 de noviembre, la mayoría se desplazó en su propio vehículo.

Acuden al cementerio personas de todas las edades y familias enteras, que no faltan a la cita con sus familiares difuntos. En el interior del camposanto, ciudadanos limpiando tumbas, retirando las flores secas y colocando en su lugar unas frescas, subiendo para ello, en el caso de nichos, por una escalera para poder llegar a ellos, una tarea que es observada por los más pequeños de la casa, que también quieren colaborar. Gran parte de los ciudadanos van preparados, llevan cubos, escobas, brochas y recogedores, así como paños y productos para acometer los trabajos de limpieza en tumbas y nichos, aunque la mayoría ya realizaron esta tarea días antes.

A la entrada del cementerio se registra una gran actividad en los puestos de flores. Personas comprando ramos y centros para depositar en las tumbas de amigos y familiares, colas de ciudadanos aguardando su turno y aprovechando al mismo tiempo para elegir las flores entre la variedad expuesta, mientras otras, que ya las habían adquirido con anterior en otros establecimientos de la ciudad, entran directamente al recinto.

Gloria Ferreira, de Floristería El Acebuche, uno de los puestos de flores que hay en la entrada del cementerio, comentó que durante la mañana se registró más clientela que en la víspera de Todos los Santos, "el martes por la tarde estuvo más relajado". Explicó que este miércoles desde las ocho de la mañana ha empezado a llegar gente para adquirir flores. Señaló que demandan de todo tipo, pero fundamentalmente claveles, clavellinas, margaritas y rosas. En cuanto al color, las más solicitadas son las clavellinas rosas y las margaritas blancas.

Ferreira apuntó que hay personas que previamente han encargado el ramo o centro y pasan a recogerlos, otras prefieren llevarse los ramos que se venden ya elaborados, y hay quien opta por elegir en el puesto las flores con las que quiere que se realicen las elaboraciones florales. Indicó que los días de más demanda "son el 31 de octubre y el 1 de noviembre". En cuanto a los precios, aseguró que no han variado respecto al año anterior.

En la entrada del recinto, un vendedor de la Once, al que acuden algunos de los visitantes para adquirir un cupón. En los bancos de azulejos de la Plaza de la Soledad, personas sentadas, recordando anécdotas de sus familiares. Preside este espacio una imagen de la Virgen que presenta un gran deterioro. También es uno de sus atractivos la fuente ornamental con los esculturales peces de la desaparecida Fuente Magna. Frente a la plaza, en la capilla se celebró, a las once de la mañana, una misa por el Día de Todos los Santos, oficiada por Sebastián Martín, el párroco de la Iglesia Santa Teresa de Jesús, de La Orden. Este jueves, Día de los Difuntos, oficiará otra misa, a las cinco de la tarde.

Durante el recorrido por el cementerio se pueden apreciar lápidas destrozadas por la caída de árboles como consecuencia del paso de la borrasca Bernard. Son enterramientos en tierra los que han resultado afectados. También hay otros que tienen un gran deterioro debido a su abandono y falta de conservación. Sobre la tumba de William Martin, el hombre que nunca existió, aún permanecen las ofrendas de flores y las cruces de madera depositados el pasado mes de mayo en el emotivo homenaje realizado con honores militares con motivo de la conmemoración del ochenta aniversario de la aparición de su cuerpo flotando en aguas puntaumbrieñas. Junto a ellas una foto en memoria de Charles Warrender (14 de noviembre de 1992-30 de mayo de 2015)

Un año más los onubenses cumplen con la tradición y acuden al camposanto a poner flores, encender velas y rezar ante las tumbas de sus familiares y amigos, en una jornada, en la que acompaña el buen tiempocon temperaturas más primaverales que otoñales.

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