Antonio Ponce Fernández nació en 1944 en Puebla de Guzmán y se tuvo que trasladar a Huelva por las razones lógicas de la emigración del campo a la ciudad. De niño ganaba una peseta al día por cuidar de los caballos de los que subían a la romería de la Virgen de la Peña. EnHuelva empezó a trabajar con 14 años en Proasa, dedicada al asesoramiento de empresas, entrando de botones, lo que compaginaba con sus estudios, llegando a ser jefe de personal en esta empresa con 18 años. Comenzó ganando unas 600 pesetas hasta alcanzar las 24.000. En la actualidad su actividad empresarial está relacionada con diversos sectores económicos tales como la pesca, automoción, promoción y construcción inmobiliaria, agencias de viajes, industrias auxiliares o seguros.

Los inicios fueron duros, tiempo en los que estudia y trabaja, consigue su titulación de Graduado Social. La suya es una Huelva en la que salen grandes profesionales economistas que son sus amigos, muchos de la Inspección de Trabajo y se vivía la amistad sabiendo separar lo profesional. "Aquellos eran tiempos maravillosos, en los que dabas la palabra y se resolvían los problemas y era época de sindicatos fuertes".

Una época también floreciente de Astilleros, del Polo, asesoraba a empresas importantes, vivía apasionadamente el mundo laboral. En lo Social lleva el primer caso de cesión ilegal de trabajadores, "lo que al final se arregló con el diálogo". Más tarde llevó una cesión ilegal de Riotinto Minera y al cabo del tiempo le tocó firmar la cesión de la mina a los trabajadores.

Era una época dura cuando se va a meter en otros grandes negocios, en una sociedad con un grupo alemán. Estamos en los setenta y entonces el turismo podía haber cambiado de haberse hecho el proyecto de 2.500 plazas hoteleras en primera línea de playa en Punta Umbría. Aquella parcela que llegaba hasta los Enebrales salió a subasta y por políticas municipales, "de rencillas entre unos y otros", se pierde esa inversión de 150 millones de pesetas. Todo quedó ahí y hoy lo que existe son unos chalet y una zona de discoteca. Antonio Ponce entiende que Punta Umbría "perdió el tren del que está despertando hoy, con 25 años de retraso, ha sido una sociedad muy cerrada, en Huelva había esos grandes inconvenientes para despegar".

Antonio Ponce llegó a la Federación Onubense de Empresarios como asesor para negociar los convenios colectivos, de ahí su vinculación con los sindicatos CC OO y UGT y con el PSOE, PCE y UCD. Recuerda con satisfacción su participación en la liquidación de la mina Cueva de la Mora, hizo el expediente y mil reuniones que llevaron consigo las jubilaciones anticipadas o el traslado a Asturias, "se hizo sin traumas".

De ese tiempo es también el despacho laboralista de Carlos Navarrete y José Antonio Marín. Ponce dice que era muy duro, pero con una visión de futuro que hoy no se da, "ellos defendían a los trabajadores y yo a las empresas". Un tiempo difícil para ser empresario, estaba hasta mal visto, como un especulador, hasta que sale el Estatuto de los Trabajadores, lo anterior eran ordenanzas rígidas, que ofrecían poca flexibilidad para una resolución. A partir de entonces estaba todo por hacer, había gente preparada y la suya era una pasión por el tema laboral. Así que fueron muchos los convenios en los que está presente.

Una primera época con salarios muy bajos, y no es hasta la llegada del Polo de Promoción Industrial en el 64 cuando empieza todo a cambiar, nacen empresas de servicios y comienza a elevarse el nivel de vida de todos, los sueldos son superiores. Reconoce que los salarios mayores eran los de la pesca, hasta que en 1982 la flota empieza a decaer, por los problemas con el gasoil y los convenios. El Gobierno entonces entendía que había que apoyar a la industria y no a la pesca, hasta que con la entrada en la Unión Europea.

Su experiencia empresarial dará un salto con la adquisición junto a otros socios de la compañía de Seguros Amaya, lo que le da una visión de los mercados de Londres e internacionales. Lo mismo que más tarde en los convenios de pesca de Angola, Mozambique o Marruecos.

En la FOE llegó a ocupar la presidencia cuando surge la Mesa de la Ría. Para él era "como un pequeño parlamento", estaban Navarrete, Valderas, Genaro García-Arreciado… Origina reuniones que comenzaban a las nueve de la mañana y acababan al día siguiente, "fue apasionante, pero hubo unión para la defensa de los intereses de las empresas, las industrias y Huelva, fueron acuerdos por unanimidad; entonces sí se dio seguridad jurídica a las empresas del Polo Industrial de Huelva".

Junto a esto también ha sido testigo y partícipe desde la presidencia de la FOE de otras apuestas de la provincia como fue la reivindicación y puesta en marcha de la Universidad Huelva.

Una gestión que reconoce tiene también los méritos compartidos con anteriores presidentes como Constantino Menéndez, José María Tejero, Carlos Hirimia e Isabel Arcos, todos pusieron la semilla en la FOE para luego levantar un proyecto tan importante como el Centro de Cooperación Empresarial Andalucía Algarve, que inaugura Antonio Ponce en la nueva barriada de Pescadería, en una parcela cedida por el Ayuntamiento y con la financiación de El Monte. Colaboraron en el programa interreg los portugueses y desde aquí también se colaboraron ellos para a puesta en marcha de su proyecto, gestiones que llevan a que le concedan la medalla de oro de Faro. La vicepresidencia de la CEA le ha dado la oportunidad de conocer los problemas de Andalucía y en el Consejo de Cámaras Andaluzas, donde se ha apostado por la formación.