Los vestigios de la antigua Onuba pasan desapercibidos para turistas y visitantes e incluso para muchos onubenses. Sigue sin potenciarse el valor histórico y turístico de la Fuente Vieja, el único acceso al acueducto subterráneo romano, datado en el siglo I d.C., ubicado en la ladera del cabezo del Conquero, y tampoco hay un servicio especial de conservación y limpieza del entorno.

La suciedad se acumula en distintos puntos del lugar, hay papeles, excrementos caninos, plásticos, botellas de cristal y envases diseminados, así como pintadas, y también se pueden apreciar restos de hogueras, una situación de dejadez que no invita a visitar esta construcción romana, que forma parte del patrimonio de la ciudad.

Suciedad acumulada.

El agua está estancada en el pavimento que hay debajo de la Fuente Vieja, construido a finales del siglo XIX al igual que la escalera que lleva a la zona y la construcción exterior de ladrillos de la infraestructura hidráulica, donde hay una pintada.

Durante los últimos cuatro años y medio se han llevado a cabo actuaciones de mejora, por parte del Ayuntamiento de Huelva. La Fuente Vieja fue objeto en 2014 de una intervención arqueológica puntual, consistente en la limpieza de entorno, para hacerlo accesible, y el cerramiento de la infraestructura, para impedir el acceso a la galería subterránea del acueducto. Tras lo cual se organizaron varias visitas guiadas.

Incluso un grupo de investigadores de la Universidad de Huelva realizó el pasado año un trabajo de campo para un estudio sobre el acueducto romano y la Fuente Vieja, que se enmarca en el Plan de Investigación de la Zona Arqueológica de la ciudad de Huelva, pero una vez que se ha dejado de actuar en el espacio, el abandono ha vuelto a adueñarse del mismo.

Todo ha quedado a la espera de la ejecución de un proyecto de mayor envergadura, que se desarrollará en el marco de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), que cuenta con un presupuesto de 400.000 euros y contempla intervenciones en el entorno de la Fuente Vieja, con el objetivo de poner en valor la construcción romana.

El acueducto permaneció en activo hasta prácticamente las décadas centrales del siglo XX. Se han diferenciado distintas etapas de construcción: romana, tardoantigua y época medieval, así como reformas de época moderna (siglos XVI, XVII, XVIII y la última en el XIX, en torno a la conmemoración del cuarto centenario del Descubrimiento de América).

Inscriptions, el proyecto ganador con el que se redefinirán las laderas del Conquero, incluye un centro de interpretación, en un denominado cilindro arqueológico, que permitirá el registro de parte de los tramos de la galería del acueducto romano y la creación de un camino arqueológico hasta la zona.