La Fuente Magna, aquella que tenía el agua cristalina

La Fuente Magna, aquella que tenía el agua cristalina
La Fuente Magna, aquella que tenía el agua cristalina

Aquella Plaza de las Monjas donde se levantara en 1943 la augusta Fuente Magna, con su demolición, trece años más tarde, ya no era la misma. Aquel lugar tan bello, de tan abierto celaje, no ofrecería más la visión del agua cristalina de su fuente. En su derredor ya no correrían alegres los niños, ni las musas románticas y un tanto picaronas continuarían los sabrosos comentarios mediante los cuales daban, tomados de personajes populares de nuestra ciudad, nombre y apellidos a los cetáceos que en ella había.

La Fuente Magna tuvo sus defensores y sus detractores. Entre los últimos, tenemos que citar al periodista que firmaba a diario sus artículos en Odiel con el seudónimo de El Duende de la Placeta, y que cada vez que no tenía tema para su columna periodística arremetía contra ella, creando un ambiente tan desfavorable hacia la misma que hizo que, en 1956, se derribara y quedara convertida en recuerdo enamorado.

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