Formación a docentes en Huelva a pie de centro
La provincia cuenta con tres Centros del Profesorado, Huelva-Isla Cristina, Aracena y Bollullos-Valverde, para dotar a los colegios e institutos de las herramientas pedagógicas que precisen
Llegan las clases del futuro
La formación permanente de los docentes para que la apliquen en sus centros educativos es el objetivo de los Centros de Profesorado (CEP). Sus asesores los visitan uno a uno porque no todos tienen las mismas necesidades, de manera que la adaptación a cada contexto resulta también fundamental. La provincia de Huelva cuenta con tres, Huelva-Isla Cristina, Bollullos-Valverde y Aracena, que, como todos los que existen en la comunidad autónoma, se atienen a las líneas que marca la Consejería de Educación, aunque cuentan con su impronta marcada por las características del ámbito en el que actúan.
Ana Gómez dirige el CEP Huelva-Isla Cristina y explica que “no sacamos formación en el vacío”, sino que responde a las necesidades en los centros, tanto públicos como concertados, que visitan uno a uno al comienzo de cada curso.
Junto a la dirección trabajan asesores de Infantil, Primaria, Educación Permanente, de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE), Formación Profesional y Secundaria, estos últimos divididos en los ámbitos Cívico-social, Artístico-deportivo, Científico-tecnológico y Lingüístico.
Dan cobertura a aproximadamente a 150 centros con aproximadamente 5.500 profesores y cada asesor trabaja con nueve o diez centros, en ESO tienen como interlocutor al jefe de departamento de Formación, Evaluación e Innovación Educativa y en el caso de Primaria, a los componentes del equipo técnico de coordinación pedagógica.
“A partir de ahí el asesor aconseja”, explica Ana Gómez, qué formación se puede desarrollar atendiendo a varias modalidades. Una es la que se da en el centro, que requiere al menos al 50% del claustro para que salga adelante y preferiblemente impartida por sus mismos profesores. Otra es la de los grupos de trabajo, con un máximo de diez personas con temáticas de su interés, “una de las más demandadas ha sido sobre las impresoras 3D”, apunta la directora.
En tercer lugar, “si vemos otras temáticas no de tanto interés pero que se repiten en varios centros, bajo la modalidad del curso vienen al CEP a formarse”.
Cada año se concretan a nivel autonómico los asuntos más emergentes y además de ellos, el CEP Huelva-Isla Cristina prioriza cuatro líneas: el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje basado en números, el aprendizaje cooperativo y la inteligencia emocional. Además, “estamos orgullosos de otro proceso”, el fomento de las buenas prácticas a través de unas jornadas que celebran cada dos años. Para descubrirlas envían formularios a los colegios e institutos de manera que les puedan explicar esa docencia que les distinga, fundamentada en experiencias pedagógicas innovadoras y que es “importante que salga a la luz”.
Tras la pandemia, “la formación ha dado un giro”, señala la directora del CEP Huelva-Isla Cristina. Durante ese periodo, para ayudar a los docentes a suplir las carencias en herramientas digitales, únicas posibles entonces. Después, porque la digitalización “ha llegado para quedarse”, asegura, y les permite llegar a profesionales que “antes no asistían a cursos por la lejanía” y ahora cuentan con esa ventana virtual a través de formaciones híbridas con la posibilidad también de presencia en el aula de manera síncrona.
“Tenemos mucho trabajo si se toma con responsabilidad, visitar los centros, un proceso reflexivo posterior para conocer lo que de verdad necesitan y confeccionar un plan potente que tenga reflejo en las aulas”, concluye Ana Gómez. En positivo, la directora apunta que cuentan con un presupuesto “considerable”. La cruz de la moneda es que la plantilla es inestable por el modelo de convocatorias al que están sujetos los asesores y el horario de trabajo es irregular, no tan sistematizado como en un centro educativo. El principal CEP de Huelva estrenará nueva sede el curso próximo. Hasta ahora compartía instalaciones con el Instituto Provincial de Educación Permanente (IPEP), pero tras el reciente acuerdo alcanzado entre la Delegación de Educación y el Ayuntamiento de Huelva, se trasladan al edificio que ha albergado hasta este curso el CEIP Tres Carabelas, que cierra sus puertas para tal fin.
El CEP de Bollullos Valverde trabaja con un ámbito constituido por alrededor de un centenar de centros y entre 2.500 y 2.600 profesores. Dirigido por Inmaculada Luque, el número total de plazas de este Centro de Profesorado alcanza la decena, sin embargo no todas están cubiertas, de manera que en este curso contaban con tres personas menos. En concreto, la dirección cubre la asesoría de FP, y cuentan con asesores de Infantil, Primaria y ESO.
En este CEP, la detección de las necesidades la adelantan a junio “para tener los planes preparados en septiembre”, explica Luque. Antes, en mayo, culmina la autoformación, los grupos de trabajo mediante los que “se forman ellos mismos de una manera totalmente contextualizada, es como cortar un traje a medida”.
Las necesidades de los colegios e institutos, las líneas estratégicas que establece la Consejería de Educación en septiembre y lo que el propio CEP percibe que la comunidad educativa requiere son los ingredientes que conforman algunas de las recetas. Este curso, el Centro de Bollullos Valverde ha realizado una decidida apuesta por la educación emocional porque debido a la pandemia, “los niños sufrían una parte emocional, no tenían el mismo contacto y eso mermaba el rendimiento, es algo que no demandaron los centros pero que lo detectamos”.
En relación a esta temática han diseñado actividades específicas para los centros adaptadas a cada etapa educativa a través de talleres y también de formaciones abiertas en el CEP. Todo este proceso culminó en el Congreso Neurociencia y Educación los días 6 y 7 de mayo en Matalascañas con diferentes propuestas en torno a esta temática que fue clausurado por Elsa Punset.
El Centro ha recibido este año la acreditación de Erasmus para adultos y su directora coincide en que “la teleformación ha llegado para quedarse” en unos casos, aunque otros “deben ser presenciales”. Forman a diferentes colectivos, entre ellos los profesores noveles, “cuidamos con mimo esa formación para mostrar que no hay que enseñar como ellos aprendieron, los niños son diferentes; hay que fomentar el uso de metodologías activas porque se pueden hacer muchas cosas aunque no haya dotación”.
Convencida de que “la forma de enseñar debe cambiar”, pone la vista en el Aula del Futuro de la que dispondrá el CEP, “otra perspectiva” a través de la disposición de espacios, que los configura de una manera distinta para que la información a la que se acceda sea mayor.
Esta novedosa herramienta está ya implantada en el Centro del Profesorado de Aracena, allí cuentan con la tercera que se creó en toda Andalucía y la primera de la provincia (el de Huelva-Isla Cristina ya lleva meses desarrollando su proyecto). Se lleva a cabo bajo un diseño muy tasado para crear un espacio dividido en diferentes zonas: Crea, Investiga, Piensa, Construye y Comunica. Cada una de ellas requiere una tecnología diferente, lo que lo convierte en un ámbito multidisciplinar. Esta herramienta puede servir como formación a docentes para que la implanten en su propio centro, o bien estos pueden llevar a los alumnos a que aprovechen la del propio CEP.
“El Aula del Futuro es una ayuda fundamental al cambio metodológico”, señala Esperanza Guerrero, directora del centro. Trabajan por tanto para que “los centros las vayan implantando y que cada uno cuente con la suya”.
El CEP de Aracena es el más pequeño de los tres que hay en Huelva, su ámbito de actuación está formado por más de cincuenta centros y en torno a 1.100 docentes. Cuentan con asesorías en ESO de los ámbitos lingüístico y científico-tecnológico y Primaria más la dirección para atender a poblaciones en ocasiones muy distantes entre sí, algunas “a cerca de dos horas de aquí”, con la particularidad también de que los centros que cubre tienen varias sedes, seis de los ocho colegios rurales de la provincia están en su radio de acción.
Por todas estas características propias, la directora defiende que este centro “es pequeño, pero necesario para cubrir una zona amplia de la provincia”. Emplean también el modelo híbrido y triplican la formación en distintas zonas cuando se requiere la presencialidad para dar la mayor cobertura posible.
Junto a la Caja Rural conforman un consorcio Erasmus + que incluye a los ocho colegios rurales de la provincia aunque no todos sean de su ámbito. En dos años han realizado cuarenta movilidades por países como Croacia, Eslovenia, Italia, Dinamarca y Holanda.
Como ocurre en Bollullos-Valverde, en Aracena comienzan a analizar las necesidades del curso en junio del anterior para después revisarlo en septiembre y reafirmar el plan de formación o modificar lo que sea necesario. Con ese conocimiento, diseñan la formación en los centros y los grupos de trabajo, modalidades “que tengan repercusión después en el aula”. Son las denominadas autoformaciones, por “las que apostamos”, afirma la directora, y que se complementan con cursos abiertos para profesorado aislado que “no tienen el mismo calado en el centro”.
En la educación emocional llevan “más de cinco años trabajando, es una de las distintas ramas que nos caracteriza”, explica Esperanza Guerrero. Otras son la atención a la diversidad y la mencionada Aula del Futuro.
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