Cuarenta propuestas gastronómicas conforman la carta de la Feria de la Tapa, que se inauguró oficialmente este jueves en la céntrica Plaza de las Monjas de la capital onubense y que se desarrollará hasta el domingo. Participan establecimientos hosteleros de Huelva, Punta Umbría, Aracena, Nerva, Rociana del Condado y Bellavista, una edición en la que se prevé que pasen por la muestra 50.000 personas. Así lo indicó Rafael Acevedo, presidente de la Asociación Provincial de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Huelva (Bareca), organizadora de la muestra.

Acevedo llevó a cabo el tradicional corte de la cinta junto al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, un acto que contó con la presencia de parte del equipo municipal y representantes de grupos de la oposición, así como del presidente de la Federación Onubense de Empresarios (FOE) y presidente de la Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios; del vicepresidente de la Diputación Provincial, José Fernández, y del presidente de la Denominación de Origen Condado de Huelva, Manuel Infante.

El alcalde de Huelva subrayó que se cumple el tercer año del regreso de la Feria de la Tapa a la Plaza de las Monjas, “el alma” de la muestra, “es una cita en el calendario importante para la ciudad de Huelva desde el punto de vista de la promoción, del turismo y la economía”. Cruz agradeció a la FOE y a Bareca la apuesta por la gastronomía y costumbres de Huelva, “un lugar excelente para vivir, disfrutarlo y conocer, y hacerlo de mano de las tapas, y tomarlas en compañía”.

Resaltó la labor de los empresarios de la restauración por dinamizar y poner en valor el centro de la ciudad e indicó que desde el Ayuntamiento “vamos a mantenernos firmes en nuestra apuesta por la ciudad, la economía, los comerciantes y los empresarios”.

Se trata de una feria accesible y con carácter solidario, Bareca hará una aportación económica para los proyectos de Bomberos Unidos sin Fronteras, que estará al frente estos días de la taquilla de tickets, y además se prepararán 1.000 tapas solidarias, que se repartirán entre la Fundación Cepaim, las asociaciones Arrabales y AFA y la Ciudad de los Niños.

Cruz señaló que este carácter solidario de la muestra es “fundamental”. Comentó que “todo lo que hacemos en la ciudad aspiramos a que tenga una proyección sobre toda la ciudad”. Subrayó que “hacemos la Feria de la Tapa para toda Huelva”.

Apuntó que “cuando vemos la Feria de la Tapa desde la óptica de la superación de barreras arquitectónicas, desde la óptica de la solidaridad y desde la óptica de la calidad y el disfrute nos sentimos mucho más orgullosos de la feria y de nuestros empresarios”.

El presidente de Bareca, que tuvo un recuerdo para los “primeros restauradores que estuvieron luchando por la Feria de la Tapa”, destacó el incremento de visitantes registrado con el regreso de la muestra a la plaza de las Monjas. Recordó que en 2018 pasaron por la feria 45.000 personas y “este año pueden llegar a las 50.000”.

Acevedo manifestó que esta edición cuenta con “diez restauradores de primera línea”, que ofrece cada uno cuatro tapas diferentes. Aparte, comentó que todos los días habrá actuaciones musicales en directo, y el domingo se celebrará el Concurso a la Mejor Tapa y habrá un showcooking a cargo del Instituto Superior de Gastronomía.

El presidente de la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) en Huelva, Antonio Nogales, recalcó que “para nosotros es importante que cuenten con nosotros, son muchas las actividades que realizamos en Huelva y ésta es una más que nos permite seguir llevando a cabo todos los proyectos que tenemos”.

La Feria de la Tapa coincide este fin de semana con la carrera solidaria de Bomberos Unidos sin Fronteras, que tendrá lugar este sábado en la avenida de Andalucía, “por lo que nos hemos tenido que duplicar para poder estar aquí pero es necesario y estamos agradecidos de que se cuente con nosotros”.

Explicó que siguen potabilizando agua en el Amazonas peruano; realizando donaciones de material a cuerpos de bomberos en Ecuador y Nicaragua; van a iniciar un proyecto de formación en Ecuador y están reconstruyendo casas en la región de Esmeralda, en Ecuador, tras el terremoto de 2016.