Huelva

Farmacéuticos hospitalarios: Héroes en el anonimato

  • Los boticarios de los centros hospitalarios de Huelva ganan cada vez más en la cercanía con el paciente

  • La farmacia tiene como misión que el medicamento prescrito sea el más eficaz, se administre del mejor modo y sea de calidad y seguro

Equipo de farmacéuticos del hospital Infanta Elena.

Equipo de farmacéuticos del hospital Infanta Elena. / M. G. (Huelva)

Sin hacer ruido y desde el anonimato, los farmacéuticos de los hospitales de la provincia de Huelva conforman un equipo de héroes decisivos. De ellos depende, en gran medida, la evolución de los pacientes, dado que velan porque el medicamento que prescribe el médico sea el más eficaz, se administre del mejor modo y sea de calidad y seguro

Las farmacias de los hospitales de Huelva –Juan Ramón Jiménez, Infanta Elena y Riotinto– mantienen sus funciones tradicionales y ganan cada vez más en la cercanía con el paciente. Tanto es así, que en los últimos tiempos cobran más fuerza la dispensación del medicamento a domicilio, la telefarmacia, la resolución de dudas o la atención a los mayores. Se trata, por tanto, de una nueva era en la que "potenciamos considerablemente la relación con el paciente", tal y como explica a esta redacción la farmacéutica del hospital Infanta Elena y vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria, Mercedes Romero.

Del mismo modo, la comunicación es también muy "estrecha" con los médicos, enfermeros y técnicos de farmacia, con los que la colaboración es "inmediata y constante" con ánimo de que "el paciente reciba el mejor tratamiento posible".

Uno de los principales cometidos de los boticarios es la revisión y validación de la medicación prescrita por los médicos. "Indicamos el medicamento más adecuado, la dosis y la frecuenta correctas en función de la situación clínica del paciente, vigilamos que no haya interacción con otro tipo de medicamento y evaluamos los posibles riesgos de efectos secundarios según la persona", explica Romero.

En este punto, tal y como se expresa con anterioridad, la comunicación con los profesionales sanitarios y la resolución de dudas se presumen "fundamentales". Tanto es así, que la interacción entre ellos es "permanente", dada la importancia de conocer "la forma de administración más adecuada (oral, intravenosa, intramuscular, subcutánea...), las posibles reacciones a un fármaco, la alimentación del paciente o el historial médico del mismo, entre otras cuestiones".

Otra de las funciones más destacadas es la gestión de los medicamentos, un cometido que le atribuye el Real Decreto Legislativo 1/2015 de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. De este modo, los farmacéuticos hospitalarios realizan una tarea logística de adquisición, conservación y revisión continua del estado del medicamento, además de encargarse de su distribución por el hospital y su control, con el objetivo de que haya existencias en todo momento. "Todo ello se realiza a través de un sistema informático, el cual nos permite tener todos los tratamientos necesarios disponibles", resume Mercedes Romero.

La farmacéutica del hospital Infanta Elena y vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria, Mercedes Romero. La farmacéutica del hospital Infanta Elena y vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria, Mercedes Romero.

La farmacéutica del hospital Infanta Elena y vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria, Mercedes Romero. / M. G. (Huelva)

De otro lado, los farmacéuticos hospitalarios integran las comisiones que se crean en los hospitales para el análisis de pacientes a los que se les prescribe una medicación de alto impacto. Dichos grupos se crean para enfermedades muy concretas, véase la esclerosis múltiple o las de carácter oncológico, y tienen como misión el asesoramiento, el uso racional de la medicación y la coordinación entre todos los actores que trabajan para lograr la evolución favorable del paciente.

Del mismo modo, el farmacéutico hospitalario, tal y como añade Mercedes Romero, se encarga también de la realización de fórmulas magistrales, las cuales se definen como un medicamento "hecho a la medida del paciente", pues el mismo se ajusta a las necesidades terapéuticas de la persona en cuestión. De este modo, se mejora el uso del fármaco, en tanto que se facilita la adherencia de un paciente al tratamiento que se le pone.

La mencionada tarea se realiza en las llamadas salas blancas, salas limpias en las que la calidad del aire está controlada exhaustivamente. En las mismas también elaboran nutriciones parenterales y enterales para niños y adultos, es decir, cuando un paciente no puede, no debe o no quiere comer, se les prepara la nutrición por vía intravenosa para que tengan el aporte de nutrientes adecuado.

En lo que se refiere a la parte ambulatoria, los boticarios de los centros hospitalarios centran también sus esfuerzos en la realización de los ensayos clínicos, "una de las partes más auditadas e inspeccionadas". En ellos se evalúa la eficacia y seguridad de un tratamiento o intervención en seres humanos y, de este modo, se trata de buscar las mejores formas de tratar a un paciente que tiene una enfermedad. En este sentido, Mercedes Romero agrega que "para ello se requiere una documentación exhaustiva y completa, aprobada por los diferentes entes competentes".

Farmacia del hospital de Riotinto. Farmacia del hospital de Riotinto.

Farmacia del hospital de Riotinto. / M. G. (Riotinto)

Por otro lado, ofrecen un servicio a los pacientes ambulatorios, es decir, aquellos que no están hospitalizados, pero que tienen una patología de alto impacto, como el VIH, la prediálisis o la urticaria crónica, entre otras. Los farmacéuticos se dedican plenamente a ellos para que "ganen en autonomía". Estos acuden al Hospital de Día y son atendidos en la farmacia, donde se proporciona la medicación prescrita por el médico bajo acondicionamiento individual".

La farmacia hospitalaria se implica también en la investigación de nuevos medicamentos y fármacos que aún no han sido aprobados por la Agencia Europea del Medicamento o por la Agencia Española del Medicamento. Es una labor que conlleva la "coordinación y estrecha colaboración" entre profesionales y centros hospitalarias, según señala la vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria.
Por otro lado, la farmacocinética es una de las ramas de la farmacología que se tratan en un hospital. De este modo, el boticario estudia los procesos a los que un fármaco es sometido cuando pasa por el organismo, es decir, en su curso temporal de absorción, biodisponibilidad, distribución, metabolismo y excreción. Tales conocimientos permiten ajustar las dosis de manera más exacta y rápida.
Las farmacias de los hospitales están compuestas por un equipo integrado por farmacéuticos, enfermeros, técnicos, celadores y administrativos. Todos ellos conforman una “gran familia que se desviven por la evolución favorable de todos los pacientes”, finaliza la farmacéutica del hospital Infanta Elena y vocal de la Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria, Mercedes Romero.

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