Fallece Enrique Seijas Muñoz, todo un profesional
La noticia me ha cogido de sorpresa. Un amigo del alma, un compañero de toda la vida, un gran profesional del periodismo y enamorado de Huelva se ha ido para siempre, dejándonos ese vacío que sólo el recuerdo de tantos días vividos en la intensidad del periodismo, puede paliar un poco manteniendo vivo el recuerdo entrañable y lleno de afecto hacia su persona.
Enrique Seijas Muñoz, nuestro querido Ike, ha volado a la eternidad desde tierras granadinas, donde al marchar de Huelva había desarrollado una carrera de periodismo realmente magnífica, alabada por todos sus compañeros y premiada en numerosas ocasiones en diversos certámenes.
Entablé con Ike una sincera amistad en nuestro viejo Odiel, cuando ambos compartíamos labores de redacción, ejerciendo una profesión llena de entusiasmo, vocación profesional y amor a Huelva.
Enrique era un todo terreno en el periódico: crítica deportiva, de cine, seguimiento de la Semana Santa, del Rocío, de las Colombinas y de todo cuanto era la columna vertebral de la información onubense.
Su pasión recreativista, su amor a la Virgen de la Cinta, a la que cantó en el santuario con tan bellas palabras, sus conocimiento y entrega a las cofradías y hermandades de la Semana Santa, que le hizo ser nombrado un año Pregonero de la Semana Mayor, desgranando una preciosa pieza oratoria en el Gran Teatro que siempre recordaremos.
Ike fue un profesional de los buenos, de esos que se hacen sólo, con tesón, disciplina y nobleza. Empezando desde abajo para alcanzar altas responsabilidades en el mundo del periodismo como lo demostró en Almería y Granada.
Hoy, cuando los recuerdos se me agolpan y mi corazón llora de dolor en la ausencia del amigo, leo las cartas que casi semanalmente nos dirigíamos en los correos electrónicos.
Su mujer, Beatriz y sus hijos, su hermano Ernesto y Paqui, su familia toda, están presentes en mis sentimiento más queridos. Enrique Seijas fue un hombre de bien, un esposo siempre enamorado de Triz, como él llamaba a su esposa, un padre entregado y un profesional de esos que dan brillo al periodismo.
Sus horas de sacrificio en el periódico, de las que yo fui testigo, su obediencia a los jefes y su amistad profunda a los trabajadores de los talleres, le hace ahora cobrar más realidad de un auténtico amigo y sin igual profesional.
Enrique, sé que eras un hombre de fe. Sé que para ti la Virgen de la Cinta fue siempre un noray de amor maternal. Todo ello te ata ya para siempre a felicidad de la gloria eterna, donde descansas en paz, velando desde el azul del cielo por tu familia y por tus amigos.
No trabajaste en balde. En aquel Odiel nuestro de la calle Marina pusiste la semilla de un árbol profesional que hoy, mañana y siempre será la sombra de un orgullo para tus hijos. Ha muerto un gran periodista. Y siempre Huelva estuvo en su corazón.
No hay comentarios