El sacerdote Antonio Salas Delgado falleció ayer en Sevilla a la edad de 80 años tras una larga enfermedad. La misa funeral será presidida hoy por el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, a las 12:30, en la parroquia de San Antonio Abad de Trigueros, localidad en la que nació el 16 de agosto de 1935. Durante sus largos años de sacerdocio destacó por ser un sacerdote cercano, entregado a su ministerio, muy activo con las hermandades y del Rocío.

Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Sevilla y fue ordenado presbítero el 19 de junio de 1960 en la capital hispalense. Once años más tarde, se licenció en Teología por la Universidad de Navarra. Muy vinculado siempre a la formación de niños y a la pastoral juvenil en la Diócesis, a través de la Acción Católica, la docencia de la Religión y la catequesis, fue además responsable de vocaciones de menores. En 1980 fue nombrado párroco de Almonte, donde estuvo hasta 1992, periodo en el que fue también coordinador adjunto de los preparativos a los congresos Mariológico y Mariano Internacional y a la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América en Huelva, que culminó con la Visita Apostólica de San Juan Pablo II. Cabe señalar, además, su responsabilidad en el apartado de Religiosidad Popular o de la comisión que preparó el Cincuentenario de la Diócesis de Huelva en 2004.

Ejercicio otros cargos de relevancia pastoral, como la vicesecretaría de Liturgia (1965), la dirección del Secretariado Diocesano de Misiones (1971) o sus nombramientos como delegado diocesano de Hermandades y Cofradías (1979) y delegado de Medios de Comunicación Social (2007). En lo que se refiere a esta última faceta, cabe recordar sus numerosas colaboraciones en los medios de comunicación, entre ellos Huelva Información, además de ostentar la corresponsalía onubense de Odisur, órgano de los obispos del Sur. Uno de los redactores del documento Directorio de las Delegaciones de Medios de Comunicación Social de las Provincias Eclesiásticas de Sevilla y Granada. Antonio Salas era canónigo de la Santa Iglesia Catedral desde 1984, en el oficio de maestro de Liturgia, y profesor de Derecho Canónico en el Seminario Diocesano hasta que, por motivos de enfermedad tuvo que retirarse. Secretario particular del obispo Ignacio Noguer, desde 1998 hasta 2002.

En su última etapa como sacerdote en activo desarrolló una importante labor como vicario judicial adjunto en el Tribunal Interdiocesano de Sevilla, en su sede instructora de Huelva. Párroco de los Santos Mártires Walabonso y María y Cristo Sacerdote de Huelva, junto a otras labores pastorales como consiliario del Patronato Provincial de la Mujer, del movimiento de renovación carismática o capellán de la iglesia de la Hermandad de la Misericordia, a la que le unía un especial afecto.

Residió durante numerosos años en el Colegio Mayor San Pablo de Huelva, donde dejó una huella imborrable, al igual que entre el personal que trabaja en la Curia Diocesana, con el que compartió innumerables experiencias y años de trabajo. Un ictus le afectó gravemente y lo retiró de su actividad pastoral, viviendo sus últimos años desde la cruz y la oración en la Residencia Santa Teresa de Jornet de Huelva y, posteriormente, en la Casa Sacerdotal de Sevilla. Descanse en paz.