Experto en cambio climático de WWF (antes Adena), Heikki Wilsted abogó ayer por una movilidad sostenible como arma fundamental para luchar contra el cambio climático.

-La reducción de emisiones marcada para 2020, ¿es suficiente para lograr los objetivos perseguidos?

-No podemos mirar el cambio climático desde una consideración geopolítica, si la UE hace esto entonces los demás harán otra cosa. Ahora mismo la actuación debería estar basada en la ciencia, qué reducción es necesaria para que en 2050 no se sobrepasen las 400 partes de carbono por millón en la atmósfera. En España especialmente no nos podemos permitir el lujo de sobrepasar ese límite, que supondrá un aumento de las temperaturas general de 2 grados que aquí serían 4 o 5 grados en muchas zonas del país.

-¿Por qué no se han establecido aún límites para las emisiones difusas?

-El paso más fácil de dar en principio era reducir las emisiones industriales, porque son más fáciles de medir, y se han logrado disminuciones muy importantes. Pero en los sectores difusos estamos todos como consumidores de energía, transporte, servicios o comida y eso es más difícil de regular desde el punto de vista político, electoral.

-¿Y cómo puede hacerse?

-Hay que llegar a un acuerdo internacional, no podemos tirar los europeos siempre. Y aplicar una política de información y educación, que es a largo plazo; la zanahoria, que se den facilidades a los ciudadanos para disminuir el consumo, y el palo. Ésta es la parte que menos gusta, en realidad, el comercio de emisiones ya es un impuesto que grava la electricidad. Lo siguiente es un gravamen sobre todo tipo de energía, medidas coercitivas para regular el consumo. Pero hay que transmitir que actuar no es un castigo, lo hacemos para vivir mejor.

-¿Qué papel desempeñan las administraciones locales en ese cambio?

-Son fundamentales, porque el primer contacto de cualquier ciudadano con la administración es el ayuntamiento. Son los gestores de residuos, los que conceden las licencias... El primer ámbito de actuación es la ciudad. Los ayuntamientos son los que pueden llevar a la vida cotidiana del ciudadano todas las herramientas que se aprueban a nivel internacional y pueden hacer su parte del trabajo facilitando, por ejemplo, la instalación de placas solares.