Todos han sido una piña en los momentos más duros de la pandemia, cuando había que enfrentarse a lo desconocido. El Servicio de Limpieza del Hospital Juan Ramón Jiménez. Entre ellos y con el resto de la plantilla del centro sanitario han afrontado unas semanas que nunca olvidarán; un auténtico desafío profesional y humano llevado a cabo por 155 operarios que son los que se encargan de la limpieza hospitalaria.

Manuel Manota es uno de los trabajadores de este servicio y miembro del comité de empresa del sindicato UGT. Confiesa que “durante las primeras semanas pasamos miedo, debido principalmente por la escasez de material preventivo”. Reconoce que para aquellas compañeras que tenían que realizar su labor en las plantas donde se encontraban los enfermos de Covid-19, nunca faltó ese material pero eso no quita a que en los primeros días hubiera una gran escasez que se juntó a algunas jornadas “en las que Urgencias se colapsó”. Esos fueron los días más críticos en la provisión de material que se distribuía a cuentagotas. La plantilla asimismo, se vio mermada porque algunas operarias con factores de riesgo se tuvieron que coger la baja.

Cuando las limpiadoras tenían que entrar en la UCI, se las dotaba del material que ha estado empleando el personal sanitario. Manuel Manota recuerda la entrega de unas y de otros ya que “los que estaban trabajando en la UCI no salían en ningún momento de allí y si les apetecía tomarse un café, no se iban a ningún lado sino que se los traían”.Con el transcurso de los días, esa escasez dio paso a la llegada de material preventivo suficiente. Manota reconoce la actitud de las supervisoras de planta y de Medicina Preventiva, “que siempre han estado pendientes de las necesidades que les llevábamos”.

Respecto al material de limpieza tampoco ha escaseado en ningún momento. Incluso se ha adaptado a las nuevas necesidades. Una de las novedades ha sido la utilización de hipoclorito en vez de lejía con detergente. Los limpiadores han estado recibiendo garrafas de 25 litros de es líquido con el que, a través de dos máquinas, se han estado limpiando todas las paredes del hospital. Especial interés se ha puesto en las alas que han estado albergando a los pacientes de Covid-19.

Tampoco se puede olvidar que la pandemia ha tenido sus víctimas entre el sector de la limpieza. En el Juan Ramón Jiménez, una de ellas dio positiva aunque afortunadamente la enfermedad la pasó en su domicilio de manera casi asintomática. Asimismo, y aunque estos trabajadores no son plantilla directa del hospital, sino pertenecientes a una empresa que se adjudica el servicio, a todos ellos se les ha hecho el test rápido de detección de anticuerpos y pasaron posteriormente, por el test Elisa que cuenta con una mayor fiabilidad. Manuel Manota insistió en elogiar la disponibilidad de los responsables del hospital que “hasta hace un mes o así nos proveían de mascarillas todos los días hasta que ahora nos las proporciona la empresa”.Se trata por lo tanto, de un colectivo que también ha resultado imprescindible y que se ha visto asimismo, afectado por la pandemia ya que no solo en el Juan Ramón hay que contar con limpiadoras contagiadas. Lo mismo ha sucedido en el personal del Infanta Elena y en el del Hospital de Riotinto.