Entrevista | Francisco Navarro Lara

“Huelva no tiene espacios para la música clásica”

  • Defiende que dirige una de las pocas instituciones culturales de la ciudad “que llena” en sus actividades

  • Comparte sus conocimientos con seguidores de todo el mundo través de Youtube

El director de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, Francisco Navarro Lara.

El director de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, Francisco Navarro Lara. / Alberto Domínguez

Es un referente a nivel internacional y los onubenses disfrutan de su dirección en la Banda Sinfónica Municipal. Francisco Navarro Lara es músico por vocación y sus estudios le llevaron hasta Viena para formarse. Desde 2006 comparte su conocimiento a través de Youtube, donde cuenta con suscriptores de todos los rincones del mundo.

–Solo hay que buscar su nombre en internet para comprobar que es un referente en la dirección de orquesta y el trabajo que cuesta llegar a serlo. ¿Es más difícil llegar o mantenerse?

–Siempre pienso que es más difícil llegar. Creo que es la máxima recompensa. La vida te regala la oportunidad de llegar a la cima en tu pasión y creo que cuando uno se siente así es la máxima recompensa.

–No solo le vemos como director en la Sinfónica sino que en Youtube tiene más de 1.000 vídeos y más de 15.000 suscriptores; interactúa con ellos y realiza explicaciones tanto de dirección de orquesta como de educación en el mundo musical y cómo seguir avanzando. ¿Qué consigue con todo esto?

–Todo esto surge como una necesidad. Soy director de orquesta de vocación. Eso me llevó a estudiar dirección de orquesta en Viena viniendo de una familia humilde. Allí pude estudiar porque hubo un empresario que me apoyó económicamente. Siempre he tenido una gran pasión por la música y en el año 2006, cuando Youtube estaba prácticamente comenzando, sentí la necesidad de compartir lo que había aprendido en Viena. Esta persona que me ayudó a estudiar, la única condición que me puso fue que de la misma forma que él me había ayudado a mí, que cuando yo pudiera también ayudara a otras personas. Lo que aprendí en Viena, que era el olimpo de la música, digamos que eran unas enseñanzas que en España no eran conocidas y me vi con la necesidad de compartir todo ese conocimiento. Y en aquel momento tuve quizá la suerte de ver en Youtube una herramienta donde podía poner mi conocimiento a disposición de otras personas. Y comencé con esa finalidad. Y en este momento en nuestro canal hay 18,5 millones de minutos de visualización, lo cual es una auténtica barbaridad teniendo en cuenta que es un canal de música clásica y específicamente de dirección de orquesta. En 2006 comencé y hoy sigo y es una de mis pasiones.

–¿Se puede formar una persona a través de internet?

–La verdad es que sí. Yo haría la pregunta contraria, si se puede hoy en día formar una persona fuera de internet. Todo el mundo, incluso los estudiosos de la educación, creo que ya saben realmente que hoy en día, uno en internet tiene todo lo que necesita. Posiblemente es la mayor universidad del mundo. Internet es una fuente de conocimiento. Como anécdota, tengo dos hijos y no van a un colegio convencional. Estudian en casa por medio de un sistema del Gobierno donde ellos son los protagonistas también de su educación, con unos tutores que les orientan. Pienso que internet no es el futuro, es la realidad. De hecho, hay problemas en el sistema actual. Hay gente que estudia carreras y al final no acaba de tener una salida profesional en el ámbito que estudiaron, e incluso si cuentan con la suerte de tenerlo, a lo mejor los ingresos mensuales en comparación con nuestros padres son prácticamente pobres. Esto simplemente es una señal muy clara de que la vida va por otro lado, el mercado laboral va por otro lado y hoy son fundamentales dos cosas: una formación de por vida y una formación diferente a la convencional. No significa que la gente no deba estudiar una carrera, que sí debe hacerlo, mejor hacerlo que no. Pero para estar hoy inmerso en la nueva era necesariamente tiene que autoformarse y en internet está realmente todo el conocimiento que uno puedo necesitar para llegar a lo máximo en cualquier actividad.

–Hace poco vino el tour de Mentes Expertas a Huelva de la mano del motivador Víctor Küppers. ¿Se considera un motivador para los demás?

–Es algo que nunca he pretendido. Pero es cierto que, como en mi caso que llevo casi 13 años utilizando internet para compartir mi conocimiento y tienes personas que te siguen de todo el mundo (Australia, Estados Unidos, África..), de alguna forma se produce por internet algo un poco mágico. Los demás no te conocen personalmente pero mantienen un contacto contigo y eso hace que uno idealice y que todo lo que dices, de alguna forma, influye en los demás. Entonces me he convertido involuntariamente en un gurú para algunas personas, cosa que como digo no pretendo ni muchísimo menos, pero sí que es cierto que hay muchos que se apoyan en otras personas que lse envían un mensaje que resuena en su interior. Que tú puedas influir o ayudar a otras personas que están a miles de kilómetros es algo muy bonito.

–También imparte un entrenamiento a empresarios sobre cómo llevar el negocio a internet y multiplicar los clientes y beneficios. Esto redunda en la eficiencia, que es lo que define a la economía azul.

–Sí, bueno, realmente lo que estamos haciendo más que la economía azul es la economía naranja. En la era industrial lo que se vendía eran productos. De hecho, nosotros, los que hemos estudiado y hemos hecho una carrera, somos consecuencia de la era industrial, donde se buscaba la especialización. En el sentido de que tenemos que aprender, ir al colegio, a la Universidad.. y luego ponernos a trabajar en una empresa, se supone, para toda la vida. Eso ya es ciencia ficción, ya no existe, no sé si todavía hay alguien que no se ha dado cuenta. Ahora digamos que la materia prima, el oro del siglo XXI, es el conocimiento intelectual en bytes (digitalmente). Todo el que sepa vender conocimiento por internet lógicamente tiene una mina de oro. El conocimiento que estás vendiendo no son horas por dinero, y el formato, como lo tienes empaquetado por internet, te lo puede comprar tanto una persona como cien, mil o un millón. No depende de tu tiempo. Igual hay personas que están leyendo esto y están diciendo ¿qué puedo compartir yo por internet? Todos tenemos un conocimiento que pueda ser interesante para otras personas. Por ejemplo, hay muchas personas que a lo mejor no tienen ni idea de cómo escribir un libro, de cómo redactarlo, o publicarlo. Pues una persona que sea a lo mejor de formación periodística, puede compartir este conocimiento por internet. A lo mejor hay muchas personas que te quieren comprar ese conocimiento.

–Cambiando de tema, ha dirigido en numerosos países y ha participado en grandes eventos internacionales, ¿qué le queda por hacer?

–No, no. Siempre estoy aprendiendo y me considero un principiante, cometiendo muchísimos errores e intentando aprender de la vida. Al final, creo que lo importante, ahora voy a cumplir 50 años, es ser feliz. Se puede ser feliz de muchas formas. Lo importante es encontrar el camino que te da la felicidad. Y no siempre la felicidad es hacer cosas más grandes o que tengan mayor impacto o prestigio. Estoy aprendiendo últimamente que realmente son las cosas más sencillas. Si no son tus hijos, son tus amigos... o vivir en una ciudad, que aunque yo no soy de Huelva, me considero un onubense más y también tengo la suerte de poder vivir en un entorno que amo.

Francisco Navarro Lara. Francisco Navarro Lara.

Francisco Navarro Lara. / Alberto Domínguez

–Si tuviera que elegir una pieza para definir a Huelva, ¿cuál sería y por qué?

–Yo recién llegado a Huelva en 2006 lo primero que hice fue dedicarme a componer una obra que se llama Versus Onuba, que tiene cuatro movimientos. Y tiene un cuarto movimiento que es espectacular y que, a pesar de que lo he compuesto, soy de los que piensa que un autor no es el creador de su obra. Yo lo que hago es simplemente recoger algo que hay por ahí y lo plasmo en un papel, pero realmente lo podía haber escrito cualquier otra persona. Versus Onuba es una obra sinfónica que pienso que resume muy bien lo que es Huelva. Está contenido un poco todo, desde el fandango, salve rociera, lo que es la luz y la idiosincrasia de la gente de Huelva. Intenté recoger en esa obra todo lo que aprecié desde el primer momento que llegué. Por ejemplo, cuando la dirigí en Colombia y suena una parte que es emulando la salve rociera, te puedo garantizar, que aunque no haya nacido en Huelva, yo estaba dirigiendo llorando.

–¿Cree que la música es esencial para la educación?

–Para mí educar no significa quizá lo mismo para otras personas. Para mí educar es simplemente sacar lo que una persona tiene dentro. Es decir, educar no significa que una persona tiene que aprender necesariamente matemáticas, lengua, música y 40.000 cosas más. Todos nacemos con un talento. Educar es encontrar a una persona que sepa encontrar cuáles son tus dones, talentos y que te ayude a desarrollarlos.

–Ahora que estamos en campaña electoral, ¿sabría definir a cada partido con una nota musical o partitura?

–Eso depende sobre la creencia que cada uno tenga sobre un partido político. Como dato te digo que llevo 25 años sin votar. La música que yo le aplicaría a la política en general sería la sinfonía del Nuevo Mundo de Antonín Dvorák, en el sentido de que quiero creer que las personas que están en política tienen en el fondo ese sentimiento de querer hacer un nuevo mundo, de querer ayudar a los demás.

–Entre otras líneas de trabajo actualmente dirige la Banda Municipal Sinfónica de Huelva, ¿se puede decir que Huelva tiene un tesoro en esta rama de la música?

–Tenemos un gran tesoro porque tenemos una banda centenaria. Desde esa perspectiva nos corresponde a todos cuidarlo al máximo. Quizá en este momento, como leí en unas declaraciones del propio alcalde, la banda no está pasando por los mejores momentos. No me cabe la menor duda de que desde el propio Ayuntamiento son los primeros que tienen el deseo de solucionar esas dificultades por las que estamos atravesando, porque ciertamente la banda está integrada por grandes músicos, músicos vocacionales, que quieren dar lo mejor para Huelva y estoy totalmente seguro, muy pronto creo que vamos a poder sortear esas dificultades.

–¿Cuáles son esas dificultades?

–Se han ido jubilando músicos en los últimos años. La banda de hecho es muy pequeña. Como mínimo debe tener unos 42 músicos y nosotros nos vamos a quedar con 28. Estamos prácticamente a la mitad de lo que sería una banda mínima. Esa situación se ha ido compensando por la buena voluntad de los músicos, que en muchas ocasiones han puesto sus propios instrumentos. Pero afortunadamente el Ayuntamiento está volcado con nosotros y va a hacer todo lo posible para que esta circunstancia se pueda mejorar.

–¿Sabe valorar la ciudadanía a la Sinfónica?

–Sí. Cada mes hacemos una media de dos conciertos en la Casa Colón aparte de las demás actuaciones. Podemos decir, y lo decimos con la boca muy grande, que quizá somos de las pocas instituciones culturales que llenan en Huelva. De los últimos siete años para acá llenamos prácticamente todos los conciertos. Es absolutamente un éxito. La gente nos sigue, nos quiere y eso nos anima muchísimo más para intentar sortear las dificultades porque hay que satisfacer a ese respaldo.

–¿Cómo valora los espacios escénicos existentes en Huelva?

–Para la música no son buenos. En la Casa Colón, que es el que tiene mejor acústica, es un Palacio de Congresos, es decir, no está pensado como un lugar de conciertos propiamente y por lo tanto podemos decir que Huelva no tiene espacios acondicionados para la música clásica. Por ejemplo vas a Viena y hay miles de sitios donde lo primero en lo que se piensa es en la acústica, porque Viena ha sido la ciudad por excelencia del desarrollo de la música clásica. Huelva no tiene esto. Y en mi caso vengo luchando muchísimo por que podamos también disfrutar de la música. Echamos un poco en falta un lugar para la música que en Huelva no existe y que ojalá alguien recoja esta iniciativa porque todas las grandes ciudades son grandes precisamente porque hay una sensibilidad especial para lo que no se ve. Huelva necesita un espacio donde podamos disfrutar con las máximas sensaciones de acústica.

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