Huelva

Edmundo Bal, el abogado onubense que aspira a reflotar el partido Ciudadanos

Edmundo Bal.

Edmundo Bal. / Fernando Alvarado (EFE)

El jurista onubense Edmundo Bal, quien adquirió notoriedad como abogado del Estado en juicios de la trama Gürtel y del procés, ha presentado este viernes su aspiración a liderar Ciudadanos y reflotar una nave naranja que está a la deriva casi desde que él se embarcara a bordo en 2019.

Tiene 55 años, dos hijos y el rock y las motos como principales pasiones al margen del derecho y la política, según ha contado en múltiples entrevistas desde que ganó repercusión mediática por su presencia como representante de la Abogacía del Estado en el juicio a la rama valenciana de la trama de corrupción en el PP conocida como Gürtel, hace más de seis años.

Aunque nacido en Huelva, su vinculación territorial más estrecha la tiene con Madrid, donde estudió en su etapa escolar y universitaria, antes de sacar unas oposiciones como abogado del Estado y ejercer en un principio en Huesca y Zaragoza, antes de su regreso a Madrid.

Por la circunscripción de Madrid es diputado desde que el entonces líder del partido, Albert Rivera, le fichara para las elecciones de abril de 2019, y por Madrid repitió como diputado en los comicios de noviembre de ese año, tras la breve legislatura y la debacle de los naranjas, que pasaron de 57 a 10 escaños.

Como abogado del Estado, al margen de la Gürtel, estuvo al frente de otras denuncias por delito fiscal sonadas, como las que hizo a la familia de Jordi Pujol y a varias estrellas de la liga de fútbol, entre ellas Messi y Cristiano Ronaldo.

Y especialmente su nombre saltó a la palestra en el juicio al procés, el proceso independentista catalán, cuando fue destituido del caso porque prefirió no seguir una instrucción de omitir la violencia en la acusación de un delito de sedición.

Como "el cesado" le presentó Rivera al anunciar su fichaje, que pronto le convirtió en uno de los diputados más conocidos de la bancada naranja.

Más subió en el escalafón con la retirada de Rivera y la llegada de Inés Arrimadas al timón de Ciudadanos, en el que ha ejercido estos últimos años como portavoz del partido y como portavoz adjunto del grupo parlamentario.

Unos roles que le han hecho ser la cara más visible del partido en muchos momentos, en especial durante las ausencias por maternidad de Arrimadas.

En la primavera del año pasado su destino pudo haber cambiado, pues se presentó a las elecciones a la Asamblea madrileña que anticipó la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, tras romper su gobierno de coalición con Ciudadanos. Sin embargo, no llegó a buen puerto el intento, al no superar el listón electoral del 5 %, lo que le hizo no cambiar de parlamento y conservar el acta de diputado al Congreso.

En el hemiciclo se han hecho habituales ya sus ataques dialécticos a babor y estribor, pues tan pronto arremete contra el Gobierno y sus socios de investidura, en especial contra los independentistas, como lo hace contra Vox y el PP, a los que ve lejos del liberalismo, no económico, sino social.

Un espacio político liberal que está convencido de que tiene una mayor cabida en España, al igual que en otros países europeos, como demuestra la alta cota que alcanzó su partido precisamente al entrar él en política, aunque desde entonces se desliza cuesta abajo en los sondeos electorales.

Aspira a reflotar el partido estando él al mando, pero quizá tenga que compartirlo, ya que aunque su intención es competir en las primarias a la presidencia que ahora ocupa Arrimadas, de forma paralela es probable que se vote un cambio estatutario para que haya una bicefalia: una secretaría general para las cuestiones orgánicas y una candidatura electoral para la acción política.

Sea como capitán o como timonel, Bal quiere dirigir la ruta del partido refundado.

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