Diplomados en solidaridad

Mercadillo

Alumnos de Ciencias de la Educación dan a conocer la cruda realidad de los campamentos de Tindouf

María, estudiante de Educación Social, anima a sus compañeros universitarios a participar en el mercadillo.
María, estudiante de Educación Social, anima a sus compañeros universitarios a participar en el mercadillo.
Vicente Ponce / Huelva

29 de mayo 2008 - 01:00

Por unas máquinas de coser. El mercadillo solidario de productos de comercio justo elaborados por saharauis que se inauguró ayer, y se clausura hoy, en el pabellón 2 de la Facultad de Ciencias de la Educación, se ha organizado para recaudar fondos para comprar y, posteriormente, poder mandar a los campos de refugiados de Tindouf dos o tres máquinas de coser. Aunque esta noble causa dé una sensación trivial o frívola, no lo es en absoluto. Estos aparatos mecánicos, habituales en los hogares onubenses y que, en la mayoría de ellos, ya solamente cumplen una función decorativa, se antojan como una herramienta fundamental para un importante número de mujeres de estos campos que, gracias a estas máquina de coser, pueden subsistir y sacar para adelante a sus familias en ese improductivo lugar, levantado en medio de un desierto en Argel.

Entre alfombras, chalecos, blusas, trajes para niñas, fotografías de los campamentos... se levanta este mercadillo cuyo segundo objetivo no es otro que sensibilizar a la comunidad educativa de la cruda realidad que viven, desde hace ya más de 30 años, cerca de 60 mil personas que fueron un buen día obligadas a abandonar su tierra.

Una cruda realidad que intentan paliar, en lo que pueden, los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Huelva. Desde hace tres años, las inquietudes de varios estudiantes de esta facultad pusieron la semilla de una iniciativa educativa y social que ayer fue presentada, bajo el marco de este mercadillo que ensalza el comercio justo.

'Angeles sin cielo', como han denominado dicha propuesta, es un proyecto de intervención en materia de Educación Especial que la Universidad de Huelva está llevando a cabo en Tindouf desde 2006.

Dejando claro que la iniciativa partió de los alumnos, y que es una realidad gracias a la colaboración del Rectorado, el Vicerrectorado de Estudiantes de dicha facultad, la Diputación de Huelva y Fundación Cajasol, los profesores María José Carrasco y Ramón Ignacio Correa desvelaron las principales líneas de actuación de este proyecto. "Intentamos con él asentar las bases de un permanente taller de animación sociocultural; realizar donaciones de material educativo a las centros de Educación Especial, así como formar a su profesorado", explica María José Carrasco, quien añade que están esperando la visita de cuatro profesoras que recibirán un curso sobre esta especialidad educativa.

Dice Correa que existen cuatro centro de Educación Especial en los campamentos, pero que no todos los niños, jóvenes y adultos que presentan un tipo de discapacidad física o psíquica están escolarizados en ellos. "Las escuelas de Primaria y Secundaria soportan un número importante de este tipo de alumnado, con el inconveniente del inexistente material escolar para ellos y de la nula preparación del profesorado". No obstante, estas personas discapacitadas se enfrentan a un problema mayor. "Allí se cree que la discapacidad es un castigo de Dios, con lo que cual a esas personas se les prohibe una serie de ventajas, como la de ir a las escuelas". Otra de las líneas de actuación de 'Angeles sin cielo' gira alrededor de talleres de animación sociocultural, es decir mostrarles las herramientas necesarias para que los niños puedan jugar y desarrollarse con una serie de juegos y actividades.

Y aunque parezca trivial y frívola esta parte de proyecto, no lo es, en absoluto. "Las tardes son muy largas en los campamentos, por lo que es muy importante ofrecerles sencillas alternativas para aprovechar tan extenso tiempo libre".

Además, fue lo que más demandaron a este grupo de estudiantes en su segunda visita a Tindouf, en 2007. "Trabajamos según sus necesidades. Este año, nos han pedido realizar un proyecto de microhuertos donde jóvenes y adultos discapacitados puedan trabajar. Es un proyecto muy ambicioso en el que pretendemos involucrar a toda la Universidad de Huelva", apostilla Carrasco.

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