aromas y sabores

Dime lo que bebes y te diré cómo eres

  • Perfiles Vinos para cada plato, para cada estación, para cada situación... Y para cada tipo de persona ¿Por qué no?

  • Es muy importante tener en cuenta la forma de ser para recomendar

La personalidad de cada cual marca su estilo de vino preferido.

La personalidad de cada cual marca su estilo de vino preferido. / m. l..

Es muy importante tener en cuenta la forma de ser de una persona a la hora de recomendarle un vino. Y más cuando se trata de regalar y acertar. No es lo mismo un joven que empieza a curiosear con el vino y agradece esos vinos que crean un ambiente distendido donde el primer trago lleva al siguiente, que un gran aficionado que se deleita en cada sorbo en medio de un ritual. Tener un estilo determinado, unas aficiones y un tipo de vida lleva a desarrollar unos gustos concretos que encuentran fácil paralelismo en cada tipología de vinos.

Hoy hay vinos solidarios, respetuosos con la naturaleza o fieles a su terroir que apelan a personas con las mismas motivaciones. Hay vinos que son una explosión de características nada más descorcharse mientras que otros piden tiempo para expresarse y solo la paciencia de un entendido les pone en su verdadero lugar.

Por supuesto que hay también vinos simpáticos y dicharacheros y otros distantes que obligan a un esfuerzo de acercamiento. Hay vinos exquisitos, de culto, que son verdaderos personajes que inspiran respeto y admiración. Y los hay conciliadores, abiertos y generosos que terminan siendo amigos de toda la vida. ¿Le suenan los personajes?

Aunque no está bien generalizar, aquí les dejo algunos perfiles y los vinos que, seguramente, les encantarán o les conquistarían al conocerlos.

Una de las principales características del 'bohemio chic' es que se distingue por combinar lo hippie y bohemio con lo étnico, lo campestre y lo vintage; todo ello salpicado con un toque de desenfado: es la ruptura con lo sofisticado. Gusta de tintos originales, como el Habla nº19, un Vino de la Tierra de Extremadura -una región vinícola que está dando mucho que hablar-. Un Tempranillo en cuya añada 2015 se muestra cubierto en copa, con aromas de cuero, torrefactos, frambuesa, pimienta rosa y con taninos suaves, buena acidez y mucha fruta en el paso de boca.

Tenemos al sibarita y lo suyo es el estilo y la calidad más refinada. Bebe con moderación vinos considerados casi de culto, de prestigio y con mucha clase. Jean Leon, un vino de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc con una personalidad inconfundible, con una historia increíble que contar y con un equilibrio extraordinario, conocido solo por entendidos y bebedores avezados sería uno de sus vinos fetiche.

El hipster, de 30 a 35 años, es urbano y consumidor de cultura alternativa. Los vinos del hipster son los biodinámicos, ecológicos o elaborados mediante procesos que nos retrotraen a otros tiempos. La gusta la cocina internacional y de fusión que acompaña con vinos de comarcas pequeñas o de estilos particulares. Mariluna Tempranillo -Bobal es un vino orgánico amparado por la Denominación de Origen Valencia, con el sello de vino ecológico de la Comunidad Valenciana. Poco conocido y perfecto para la personalidad del hipster. Dominio de la fruta negra en compota, regaliz negro, pimienta rosa, clavo y toffee. Alejado de tópicos y muy amable en el paso de boca.

La edad que ahora se ha dado por llamar 'adultescente' (mezcla de adulto y adolescente), de 25 a 30 años, es extrovertido, divertido, bebe poco vino pero cuando lo hace busca vinos frescos, ligeros, con fruta nítida y sin excesiva madera en el paso de boca. Orígenes 2015 (Vino de la Tierra de Castilla), elaborado con Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah y con solo seis meses de crianza en barrica es un vino ideal para este perfil de consumidor. Sus aromas de higos secos, ciruelas pasas, hoja de tabaco, moras y sándalo le seducirán sin duda.

El bon vivant, de 40 a 45 años es elegante y refinado. Detesta lo vulgar y corriente. Seguro de sí mismo, en los vinos sigue la misma pauta: busca vinos exclusivos, con un toque especial y diferente a los más comerciales. Cultivare 2015 sería un vino perfecto. Un Xarel.lo cien por cien de la Denominación de Origen Penedès, fruto de las nuevas tendencias de elaboración y de recuperación de esta variedad autóctona, devolviendo a los vinos el carácter de antaño. Un vino serio, lejos de lo que conocemos del Penedès, con delicados aromas de hueso de melocotón, jara, monte bajo y membrillo.

El clásico, de 55 a 65 años, es maduro pero en absoluto antiguo, le gustan las cosas que permanecen y ganan valor con el tiempo. Gran conocedor de vinos, ha probado muchos a lo largo de su vida y ha conseguido crearse su propia bodega, lo que le convierte en más que un aficionado. Escoge bien pero selecciona mucho. Señorío de San Vicente es un vino de Bodegas Sierra Cantabria (DOCa Rioja) muestra todo el carácter y la identidad del Tempranillo de la Sonsierra riojana, un vino elaborado a partir de un único viñedo plantado íntegramente de una variedad autóctona casi extinguida, el Tempranillo peludo, de escasa productividad pero con unas propiedades y características que la hacen única. Sería un vino ideal para los clásicos-modernos.

Y si bien dicen que los viejos rockeros nunca mueren, si que evolucionan en sus gustos con el paso de los años. Cualquier vino de la colección Los 7 Pecados Capitales (que se llaman, como no podía ser de otro modo Gula, Lujuria, Ira, Envidia, Pereza, Avaricia y Soberbia') sería ideal para ellos: vinos irreverentes en su elaboración y en el diseño de sus botellas… Porque como dicen desde la propia bodega, 7Pecados, "no hay vida sin pecado"… Ni rock&roll.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios