Diario de un soldado español

Nació en Nerva el 31 de marzo de 1920 y desde hace varias décadas es vecino de Minas de Riotinto. Hizo el obligado Servicio Militar durante la Guerra Civil española entre el 26 de agosto de 1938 al 31 de diciembre de 1939 en el bando franquista, de cuyo enfrentamiento fratricida ha elaborado un relato del día a día, bajo su punto de vista y desde su experiencia personal, volcado todo en un diario. En el se desprende que estuvo en el bando equivocado según su ideología por no perjudicar a su familia, dadas a las duras represalias que él pudo observar en su pueblo al ser tomado por las tropas franquistas en agosto de 1936; dice que ha sufrido enormemente por las muchas situaciones que vivió en la guerra y en la post-guerra.

Al principio y durante todo su servicio castrense escribió día a día sus memorias ocurridas en la época que le tocó estar militarizado, haciéndolas sobre cualquier papel que le caía en sus manos, ya que no era fácil conseguir tener donde escribir. Muchas de las veces utilizando palabras claves que solo él las entendía, para no infundir sospechas a sus superiores al poderle en cualquier momento observar sus opiniones sobre la guerra y post-guerra, de forma que sobre él y su familia recayeran consecuencias no gratas.

Guardó consigo esos papeles celosamente hasta que una vez acabada su vida militar, los organizó y los transcribió en su casa con sumo cuidado en palabras y frases normalmente legibles e interpretadas. Una vez pasado el tiempo, tuvo la paciencia de trasladar sus memorias de guerra a cuadernos 'en limpio' como si de un libro se tratara. Escrito con una letra clara, uniformada y preciosista, usando palabras poco frecuentes en el vocabulario diario, pues otra de sus facetas es que sabe escribir en varios tipos de letras, él mismo se considera como un pendolista. Pero no contento con ello, hizo de su puño y letra seis copias más de ese diario, entregándoselos a cada uno de sus dos hijos y demás familiares suyos. Una historia real que no por rutinaria que sea, deja de ser interesante en el conocimiento de esa guerra vivida en su interior, donde existió de todo en su crudeza: el hambre, el rudo clima, la muerte, la ausencia del hogar, la incertidumbre, la sensibilidad y hasta el amor.

Juan desde pequeño ha tenido siempre mucha apetencia de leer, dibujar y escribir. Su tiempo de juego o de ocio lo dedicaba a la lectura, dibujaba en pizarras y papeles, por lo que su madre siempre le llamaba 'come libros'. Para satisfacer sus ansiados deseos recurría a la biblioteca municipal y a las de los casinos locales nervenses, así como a periódicos y revistas que pudiera conseguir. Sus lecturas preferidas eran de literatura por Vargas Vilas y Víctor Hugo, entre otros, de historia internacional y la poesía de Juan Ramón Jiménez, Machado o García Lorca.

Comenzó a trabajar en la compañía británica The Rio Tinto Company Limited (RTCL) desde bien joven, como casi todos los de su edad en aquellos tiempos, cuando entonces no se podía cursar más allá de los estudios primarios, ya que en la familia eran muchos hermanos. En 1941 marchó como tantos otros en una de las expediciones que salieron para Alemania, trabajando duramente en las minas de carbón de Hirschbach, en Sarr. Sin embargo, el desarrollo y las características que iba tomando la II Guerra Mundial le hizo volver a su tierra y de nuevo trabajar en la RTCL. Pero en 1947 se marchó otra vez para trabajar en los Astilleros de Sevilla de controlador de materiales, no obstante al casarse en 1951 y venir pronto su primera hija regresó nuevamente a la Cuenca Minera permaneciendo trabajando en las compañías mineras hasta que lo pensionaron en abril de 1980.

Este hombre singular, sencillo, modesto, sensible y amante de la naturaleza y del medio ambiente, al que le gusta la pesca con red, es una persona como tantas otras desconocidas culturalmente en nuestra comarca. No sólo ha escrito esas memorias Diario de un Soldado Español, (contenido en dos cuadernos de 198 y 135 páginas, subtitulados 'Nerva - Sagunto' y 'Sagunto - Nerva', respectivamente, que recientemente se han puesto por períodos de fechas en el Foro de Riotinto y prontamente estarán publicadas en librerías de Internet, además, tiene un libro manuscrito con sus comentarios de la Batalla del Ebro dónde él estuvo "a su pesar", un diccionario propio con anexos, versos, poesías y variados escritos dedicados a famosos del arte y del conocimiento.

Es también buen dibujante, muestra son sus magníficos trabajos a carbón, cera y plumilla; no ha utilizado el color por alergia a la pintura. Destacan el desnudo femenino con unas bellas figuras de impecable factura en sus siluetas y facciones. Algunos han sido expuestos en Nerva durante sus fiestas patronales de 1983 y posteriormente en el Centro de Día para Personas Mayores de Minas de Riotinto de forma colectiva, así como en diciembre de 2007 en el salón de actos del Ayuntamiento de Minas de Riotinto de forma individual.

Nunca los ha puesto en venta, porque sus deseos siempre han sido el no venderlos, solo se ha limitado a regalárselos a familiares y amigos, el resto los tiene colgados en las paredes de su domicilio.

Es coleccionista de varios objetos como sellos de correos, monedas, vitolas de puros, tarjetas postales, programas de cine y cupones de la Once, destacando su colección del año 1935 de diez céntimos dedicado a deportistas, actores, edificios, toreros y lugares. Pero actualmente y debido a su avanzada edad ha abandonado en gran parte la continuidad de esta afición.

Su memoria es tan interesante como prodigiosa. A pesar de la edad que tiene no ha olvidado las distintas penurias que ha pasado y la suerte que en ocasiones le acompañó al sobrevivir a la guerra y a la búsqueda de alimentos para sus hermanos. Juan Miguel Fernández asegura que "el aburrimiento es la enfermedad de los que tienen el alma vacía y la inteligencia sin recursos".