Detenidas en la calle Almonte dos supuestas colaboradoras de ETA

Una de ellas fue puesta ayer mismo en libertad horas después de la intervención de la Guardia Civil en su domicilio· A las mujeres se les considera componentes de la estructura de apoyo a la fuga de presos

Un agente de la Benemérita saca material del domicilio registrado.
Enrique Morán / Huelva

14 de junio 2009 - 01:00

La barriada del Rocío se movía ayer entre la estupefacción y la incredulidad, ante el despliegue que la Guardia Civil montó en la calle Almonte y que acabó con la detención de dos personas y el registro de una casa en el número 2 de dicha calle.

Testigos presenciales indicaron que el dispositivo de la Benemérita se montó en escasos minutos. De este modo, la calle Almonte quedó cortada tanto para el tráfico rodado como para los peatones entre las calles Islas Columbretes y Venezuela.

La sorpresa de los vecinos de la zona hizo que varios grupos no quisieran perderse el discurrir de los acontecimientos pese al fuerte calor que a esas horas se apoderaba de la capital. De hecho, los efectivos de la Guardia Civil llegaban a esta barriada a las 13:00, marchándose de la calle Almonte a las 16:00. Lo primero que los agentes hicieron fue bloquear la salida y entrada de vecinos del inmueble donde se efectuaría el registro, así como del bloque que se encontraba justo enfrente. La entrada del resto de los inquilinos a sus hogares fue a cuentagotas durante esas tres horas de presencia policial y en la que éstos eran acompañados a sus respectivos domicilios por los propios agentes.

Los inquilinos de los inmuebles de la calle especulaban. Comentaban que el despliegue de las fuerzas del Orden Público podría tener como causa un asunto relacionado con las drogas, o a la presencia de una probable célula de carácter islamista. Sin embargo poco a poco todo se iba aclarando. En primer lugar se trataba de la Guardia Civil y no de la Policía Nacional por lo que la gente descartaba el hecho de que fuera una operación contra el narcotráfico. Posteriormente, las noticias que estaban llegando sobre la operación policial en Huelva y diferentes puntos del país, señalaban al entorno de ETA como causante de la presencia de la Guardia Civil en este lugar de Isla Chica. Así se iban disipando las dudas y los comentarios tangenciales y antagónicos de los vecinos: "En estos últimos el barrio se ha ido deteriorando" o "este es un barrio muy tranquilo y aquí nunca pasa nada".

Durante esas tres horas, la entrada y salida de efectivos de la Benemérita del inmueble que estaba siendo registrado, fue prácticamente constante. Sin embargo sería a partir de las 14 horas cuando los agentes comenzaron a sacar material.

Lo primero en salir del edificio fue una CPU que sería acompañada posteriormente, por otras partidas de objetos guardadas en bolsas de plástico o cajas de cartón. Sin embargo, la expectación no dejaba de crecer ya que era más que previsible que la Guardia Civil se llevara o detuviera a alguna o algunas de las personas que en esos momentos se encontraran en el piso registrado.

Hubo que esperar para ello hasta las 16 horas. Ese fue el momento en el que en primer lugar, salió una mujer de apariencia joven y melena que fue introducida en uno de los coches de la Secreta -todos ellos con las matrículas tapadas- y acto seguido, otra más que fue dirigida hacia otro vehículo. Fue en ese momento cuando el dispositivo de las fuerzas del Orden abandonaron rápidamente la calle Almonte. Esto provocó cierta sorpresa ya que algunos suponían que permanecerían algunos agentes en labor de vigilancia durante algunas horas más. No fue así. Sin embargo cuando los vecinos vieron dónde habían ocurrido los hechos, es decir, en uno de los pisos bajos de ese inmueble, las exclamaciones de asombro y sorpresa comenzaron a prodigarse.

Se trataba de la casa de Juana Orta a quien todos los vecinos consultados, sin excepción alguna, tachaban como una persona maravillosa y vecina de toda la vida. Según señalaba en la tarde de ayer la edición digital del diario Gara, esta onubense era puesta en libertad a las pocas horas de su detención

Así se expresaba una de las habitantes del inmueble que quiso guardar su anonimato. Aparte de quejarse de lo sucio que habían dejado el portal los efectivos de la Guardia Civil, comentó que la inquilina de este piso era su propietaria de siempre y no una alquilada y que casi todos los fines de semana recibía a gente "que venía del Norte" aunque ahora vivía un hombre allí. La puerta del piso registrado no había quedado precintada por la Guardia Civil y tampoco se percibía signo alguno de que la entrada de los miembros de la Benemérita hubiera tenido que usar la fuerza.

Juani, una de las vecinas de la calle, señalaba que todos los hechos y la detención de Juana Orta le habían cogido por sorpresa. En términos parecidos se expresaba Ángel quien comentaba: "No nos lo esperábamos pues hemos sido vecinos de toda la vida y nos ha sorprendido mucho".

El resto de los habitantes de la calle coincidía en que no se había percibido nada raro en las últimas semanas y tenían elogios para la vecina que había sido llevada por la Guardia Civil. Indicaban además, que el hombre que estaba en su casa desde hace unas semanas era de unos 45 años.

Juana Orta de 62 años es persona sobradamente conocida en la capital por su vinculación con diferentes movimientos de reivindicación social como fue la recuperación del parque Moret y por su actividad sindical.

Desde otros ámbitos se la vincula como solidaria con los familiares de los presos etarras a quienes acogía en su casa. En todo caso y en principio, se la identifica como componente de la estructura creada por ETA para el apoyo a la ejecución de la fuga. La otra persona detenida en la calle Almonte responde a las iniciales A.C.J. Tiene 41 años de edad y se presume que es la novia del preso etarra Jorge García Sertucha, condenado por su intento de atentado al Rey y que hubiera sido uno de los protagonistas de la fuga planeada.

Hay que subrayar que la operación de la barriada del Rocío ha sido llevada a cabo por los efectivos de la Guardia Civil de Huelva, si bien la operación ha sido llevada a cabo a instancias expresas del Ministerio del Interior.

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