Deberes escolares, cuántos y por qué
Padres y docentes discrepan sobre la carga de tareas que los niños llevan a casa tras la jornada lectiva


Es un debate que no está cerrado. Tras las primeras semanas, tanto docentes como escolares toman el ritmo habitual. Es cuando las mochilas se llenan de libros -con esto hay otro debate abierto- que los alumnos cargan del colegio a sus casas. En la mayoría de los casos, este traslado de material supone que la jornada no ha terminado para los chavales sino que continuará en sus habitaciones.
De este modo surge la polémica de si son necesarios los deberes, tan odiados por los niños, y denostados también por un buen número de padres. Tal es así que en esta ocasión, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) ha hecho un llamamiento a una huelga de deberes durante los fines de semana del próximo mes de noviembre. Entre otros motivos, la confederación argumenta que el 48,5 % de los padres considera que los deberes afectan de forma negativa a su vida familiar.
Una aproximación al tema permite comprobar con extrema facilidad, que hay una confrontación entre los dos ámbitos de influencia del alumno. Esa oposición manifestada en cifras por la Ceapa, se ratifica en Huelva a través del máximo órgano representativo de los padres: la Fampa.
Desde la otra orilla, la de los docentes, hay algo más de diversidad de opiniones, pero nunca un rechazo a los deberes en el hogar. Hay que tener en cuenta que no todos los colegios aplican la misma filosofía. Iraira es una alumna de Primaria. Hay días que le da tiempo a adelantar los deberes en el colegio lo que le permite tener la tarde libre o dedicarla a otras actividades. En otras ocasiones esto no es posible. Su primo Fran ha empezado este año ESO. En Secundaria el debate es bastante menos intenso que en Primaria y a él no le mandan deberes si se excluyen las recomendaciones que sus profesores le hacen de que estudie. De lo que sí se queja en su paso a la ESO, es de los 12 kilos con los que tiene que cargar todos los días en su mochila.
La Fampa es clara y categórica con el tema. Su presidenta Mariló Duque declaró que "se les ponen muchas tareas", de manera que "no solo las familias nos vemos obligadas a conciliar la vida profesional con la familiar sino esta última también con la escolar". Junto a los deberes, las familias perciben otras 'costumbres' como poner los exámenes los lunes o tras un puente lo que siempre supone obstáculos para el desarrollo de la vida familiar. Desde la Fampa se estima que "la media de tiempo que los niños dedican cada tarde a las tareas, está entre hora y media y dos horas y los fines de semana todavía más". Mariló Duque añadió que "muchos niños se agobian con tanta presión lo que puede provocar que cojan aversión al colegio".
La presidenta de la Fampa hizo un llamamiento a una reflexión ya que "hay países que no mandan tareas y sin embargo tienen resultados académicos mucho mejores que aquí".
Desde la Asociación Andaluza de Directores de Centros de Infantil, Primaria y Residencias Escolares (Asadipre) su portavoz en Huelva, Enrique Jabares, hizo referencia al decreto 97/2015 de la Consejería de Educación en el que "se deja claro que hay que trabajar por actividad". Aunque reconoció que "este debate aún se prolongará por mucho tiempo", indicó que "las tareas han de encaminarse al desarrollo de las competencias claves" que pueden materializarse en el trabajo en común entre compañeros e iniciativas que estimulen la investigación". El también maestro no se mostró por lo tanto, contrario a las tareas aunque vio necesario un cambio de metodología que tienen que protagonizar los docentes.
A nivel personal, Jabares opta por no mandar deberes. Actualmente imparte Cultura y Práctica Digital en un colegio de Aljaraque, para los de 6º de Primaria.
El sindicato ANPE tampoco ha querido esquivar el debate. Su principal responsable en la provincia, Jesús García, manifestó su rechazo "ante propuestas como la de la huelga de la Ceapa, que incitan a la insumisión y al boicot atentando contra la actividad del profesorado y su autoridad profesional y académica".
ANPE se muestra dispuesto a participar en el debate sobre la necesidad de introducir racionalidad en los deberes escolares "reconociendo los beneficios que tienen dichas tareas como afianzar lo aprendido en el aula, inculcar hábitos de estudio o fomentar el esfuerzo personal".
Otro punto de vista fue el aportado por el director del Colegio María Inmaculada, Antonio Martín, quien reconoció que "la idea generalizada es que a los niños se les pone muchos deberes" aunque no es difícil ver que "en una misma clase algunos se quejan de que sus hijos tienen mucha tarea mientras que otros no dicen nada". Martín subrayó las partes positivas que tiene este tipo de trabajo. Se trata de "tareas complementarias o de investigación que, entre otros aspectos, permiten a los padres ver el progreso de sus hijos". Otro de los aspectos destacables es que "son trabajos en equipo".
El salto a la ESO suele ser en este sentido liberador. Aunque sigue habiendo deberes la tendencia es que éstos vayan desapareciendo aunque este fenómeno depende de cada centro en cuestión.
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