Dando color a los nazarenos

Paso a paso, la Semana Santa se va inmiscuyendo en la vida de los onubenses. Si cultos, ensayos, y papeletas de sitios van recordando su inminente proximidad, sobre todo en el mundo cofrade, las manualidades se antojan como el mejor medio para dar a conocer a los niños, de una manera plástica y práctica, una de las celebraciones cristianas que por su alto contenido simbólico es algo más que unos simples siete días de vacaciones.

Entre pinceles, pinturas, vasos de agua, y papeles de periódico, los alumnos de 6º de Primaria del colegio Francés de la capital ya han comenzado a vivir en su particular Semana de Pasión. Desde el Miércoles de Ceniza, las horas de Artes Plásticas las dedican a 'convertir' en nazarenos de las distintas hermandades de Huelva a penitentes de escayolas, pintando sus capas y túnicas con los mismos colores de la cofradía elegida.

"Paralelamente a las clases de la Religión, también damos a conocer otros detalles de la Semana Santa a través de esta asignatura", apunta Antonio Frochoso, profesor de este centro docente, a la vez que les aclara a sus alumnos qué no en todas las hermandades, sus nazarenos llevan capas.

"Es una característica de las hermandades de los barrios periféricos de la capital. A excepción de la Esperanza, las túnicas de los penitentes de las cofradías del centro de Huelva no van acompañadas de capa, por tal motivo hay penitentes de escayolas con capa o sin ella".

Entre solapadas manos de pintura, Frochoso les explica que los colores que las diferentes hermandades eligen para vestir a sus nazarenos también guarda una carga simbólica. "El morado significa luto y penitencia. El azul, caridad. El verde, esperanza. El negro, luto..."

Simbolismo reflejado asimismo en el color de los cirios - "de color rojo los suelen portar las hermandades sacramentales"- y, sobre todo, en la manera en cada una de las hermandades encara o afronta su salida de penitencia. "Algunas son muy estrictas y serias, como se demuestra en sus desfiles, donde el riguroso silencio de sus nazarenos anuncia la llegada de sus titulares sin acompañamiento musical..."

Estos comentarios los van procesando los alumnos a la vez que van dándole color a sus penitentes. Carla pinta de rojo la túnica del suyo. Con capa blanca, dice que pertenece a la Hermandad de los Excombatientes, de Ayamonte. Esta ayamontina anuncia que este año realizará por primera, con idéntica vestimenta, la estación de penitencia por la calles de la ciudad ayamontina.

También de rojo y blanco, Juan Antonio, Manuel e Iván, personalizan a sus moldes de escayolas con capiruchos. "Son tres nazarenos de la Hermandad del Perdón, de La Orden. Nos hemos decantado por esta cofradía por lo vistoso de sus túnicas", argumentan, añadiendo que lo mejor de la Semana Santa, a parte de no acudir al colegio, es "pedir cera". "Tengo una bola que como siga creciendo no voy a poder con ella", señala Iván.

Un nuevo trío formado por Juan, Adrián y Alejandro, acordó pintar sus nazarenos "como los de la Hermandad de Pasión. "Me gusta mucho su Cristo cuando va por el paseo Santa Fe", resalta Adrián, quien llegó a Huelva desde Rumania con la edad de tres años, y reconoce ser "todo un capillita".

Como no podía ser de otra manera, Lola colorea a su penitente de morado, pues "soy hermana de la Hermandad del Nazareno. Salgo desde que era pequeña. Al principio hacía un poco de recorrido por el día; desde hace algunos años, lo realizo entero, desde la 4 de la mañana hasta el mediodía. Estoy deseando que llegue la Madrugá".