El DNI de los alimentos
El Hospital Juan Ramón Jiménez informa sobre el significado del etiquetado nutricionall mensaje Profesionales de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética enseñan en un stand a interpretar correctamente la información nutricional de un producto.
Del mismo modo que el DNI sirve como instrumento de identificación personal de un individuo, las etiquetas de los alimentos se puede interpretar como su tarjeta de presentación. La creciente variedad de alimentos, especialmente envasados y procesados, hace cada vez más difícil para el consumidor tomar decisiones a la hora de comprar. Una situación que se complica cuando el envase contiene declaraciones adicionales de efectos beneficiosos para la salud, como fuente de, sin, bajo contenido de calorías u otro nutriente en particular, exento de, entre otros. Es importante tener en cuenta que, en ningún caso, pueden indicar que el alimento sirva para tratar una enfermedad.
Teniendo en cuenta esto, profesionales de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva se han puesto manos a la obra y ayer informaron a los ciudadanos de la importancia de leer las etiquetas de los alimentos, ofreciéndoles datos para interpretar correctamente la característica nutricional de los productos alimenticios.
Para ello, instalaron un punto informativo en la puerta de las consultas externas del centro, en el que los técnicos de dietética atendieron personalmente a los usuarios interesados, proporcionándoles material divulgativo y realizando labores de educación alimentaria. La actividad se enmarca en los actos de celebración del Día Nacional de la Nutrición, que este año tiene por lema Alimenta tu información.
Asimismo, el Ministerio de Sanidad y Política Social, la industria alimentaria y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, promueven cada vez más el etiquetado nutricional, para que los consumidores puedan tomar decisiones sobre su salud contando con la información necesaria, y llevar así una alimentación equilibrada y saludable, con el fin de reducir las enfermedades relacionadas con la alimentación. Así lo corrobora también Isabel Rebollo, responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del hospital Juan Ramón Jiménez al afirmar que "si leemos las etiquetas de los productos podemos hacernos con una información completa sobre lo que estamos consumiendo y, de este modo, evitar enfermedades como la hipertensión, la diabetes, etcétera".
En el stand se han explicado los distintos modelos de etiquetado que los ciudadanos pueden encontrar basándose en ejemplos reales, siendo uno de los más frecuentes la tabla nutricional, donde se especifica la cantidad de elementos (energía, proteínas, carbohidratos y grasas, y en algunos casos más ampliada, también azúcar, grasa saturada, fibra y sodio) por cada 100g/ml de alimento, o por ración o paquete.
También se ha mostrado el etiquetado basado en las cantidades diarias orientativas, que expresa el porcentaje de energía y ciertos nutrientes (energía, grasa, grasa saturada, azúcares, sal y fibra, principalmente) que aporta un determinado alimento para cubrir las necesidades que un adulto sano debe consumir al día. Otros sistemas de etiquetado más complejos están basados en códigos de colores (rojo, amarillo y verde), que orientan sobre la frecuencia de consumo que debe hacerse de ese producto en una dieta saludable.
En cualquier caso, el ciudadano siempre debe tener en cuenta al adquirir un alimento que, según la legislación vigente, es obligatorio que el envase indique varios aspectos como son los ingredientes, los alergenos conocidos, las características físicas o el tratamiento específico al que ha sido sometido (por ejemplo, congelado, ahumado, uperizado o concentrado), el peso neto preenvasado, nombre y dirección del fabricante o la fecha de caducidad.
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