Creatividad sobre cuatro ruedas

Los participantes de los autos locos de Cartaya derrochan imaginación y diversión en la convocatorial variedad Los participantes utilizaron cualquier soporte para fabricarse un auto, desde monopatines hasta bicis, patines o estructuras extrañas a cuatro ruedas.

Los participantes llegaron con artilugios asombrosos para competir.
Los participantes llegaron con artilugios asombrosos para competir.
Jordi Landero / Cartaya

19 de junio 2011 - 01:00

Una patera con tabla de surf y surfero incluidos, un rápido bólido monoplaza con sabor a otros tiempos, un original coche globo, una bañera a la que no le faltaba un detalle (ni tan siquiera los bañistas o el gel de baño), y hasta un curioso paritorio, también con 'parturienta' incluida, son algunos de los 'autos locos' que en la tarde de ayer sábado rodaron por la calle Gracia de Cartaya dentro del marco del I Descenso de Autos Locos Playas y Pinares del municipio de Cartaya.

Una iniciativa en la que los amantes de la velocidad sin motor y sobre vehículos sin ningún tipo de tracción y tan sólo impulsados por la inercia de la gravedad, encontraron este fin de semana en Cartaya su espacio de ocio y diversión gracias al club Mini-Z Playas de Cartaya, que organiza el evento con el apoyo del Ayuntamiento y de la Federación Española de Deportes de Inercia.

Al final, conocer el nombre de los ganadores fue lo de menos ya que el principal objetivo de la iniciativa no fue otro que hacer pasar un rato agradable tanto a los participantes como al numeroso público que se dio cita en torno a la misma, que también contó de forma paralela con exhibiciones de coches de excalextric, de skate-board, y de mini-motos a cargo de los niños de la escuela de pilotos Toscano Racing, ubicada en el kartódromo de Cartaya. Y todo con el principal objetivo de que a la tarde no le faltara ni un ingrediente.

Otro de los objetivos de esta singular iniciativa fue el de fomentar la creatividad de los participantes ya que fueron ellos mismos los que tuvieron que diseñar sus propios autos locos de forma original y atractiva.

Los participantes se han apoyado en soportes tan diversos como monopatines, patinetes, bicicletas, o cualquier otra estructura a la que le han sido añadidas cuatro ruedas como ha sido el caso de la patera o la bañera. Los materiales empleados para la construcción de los vehículos también resultaron de los más variado: papel, cartón, madera, aluminio, chapa o plástico, entre otros, que también fueron decorados de forma totalmente libre para dar aún mayor rienda suelta a la imaginación. Los autos locos también tenían frenos ya que la prueba consistió en impulsar el vehículo aprovechando la gravedad en una calle de 300 metros de distancia y 20 metros de desnivel, llegando a alcanzarse velocidades en algunos casos de hasta 40 kilómetros por hora.

En fin, si al mundo de la velocidad le faltaba alguna modalidad, este sábado Cartaya fue todo un ejemplo de esta nueva forma de competir en la que se tuvo en cuenta hasta la puesta en escena de los componentes de cada vehículo, que pudieron participar de forma individual, por parejas o en grupos más amplios. Todas las modalidades y facilidades para que nadie quedara fuera del evento y sin diversión. Todo el mundo acabo en ruedas y a lo loco, pero con cabeza. Un acierto.

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