Coplas para Ruth y José en carnavales
Las letras que las agrupaciones han dedicado a los niños presuntamente asesinados por su padre, José Bretón, han logrado el apoyo unánime del público
El llanto brota en forma de copla durante febrero. Los autores del carnaval cordobés han hecho uso de la libertad que les otorga este mes para cantar su pesar y sacarse el veneno sobre las tablas del teatro. Y por ello le han dedicado numerosas letras al recuerdo de Ruth y José. Córdoba entera los buscó. Se encendieron velas, se recitaron plegarias en misa de ocho. Pero un informe cortó el fino hilo del que pendía la esperanza. Los peores presagios se confirmaron. Se perdieron por siempre sus risas entre los naranjos. "Eran las cinco de la tarde, igual que Lorca en su romance, cuando a los pies de la sultana les cambió la suerte", escribió Joaquín Quiñones desde Cádiz, y por ello un jurado popular juzgó a José Bretón sobre el escenario del Gran Teatro.
"Eran solo dos niños reclamándote tu amor" le reprocharon Los primaveras en un pasodoble. Y la comparsa El Betunero dictaminó para él la máxima pena reclamando que quien a hierro mata a hierro debiese morir. Rafael Cámaras y los componentes de Mi fábrica condenaron a Bretón en sus letras a que resuene sin descanso en su cabeza la frase "no papá, no lo hagas", secundando así a la petición de Ruth Ortiz de que las voces de sus hijos lo persigan por siempre.
El tesón y la entereza de Ruth han estremecido a todos, pero los autores del carnaval cordobés le han escrito al corazón de madre que se esconde tras esa mujer fuerte y decidida. La comparsa femenina de Montoro El batallón del Sur se solidarizó con ella, declarándose incapaces de comprender el infierno que debe haber en sus entrañas, donde reposa sin descanso el amor a sus hijos. "Queridos Ruth y José, queridos hijos míos, porque nunca tuvisteis padre" así comenzaba la carta que Ruth escribiera como despedida a sus hijos y que fuera leída ante la finca de Las Quemadillas. Un Bretón incapaz de amar, de ser padre, así lo dibujaron también las letras de Los doce de abastos, chirigota de Écija.
Difícil tarea la de imaginar cómo pudieron ser las últimas horas de estos niños aquella fatídica tarde. Los galeotes sin premio, chirigota de la capital, imaginaron en una copla a una pequeña y valiente Ruth ejerciendo como hermana mayor y protectora de José hasta el último momento. Sonaron "las campanas del arsénico y el humo a las cinco de la tarde", como escribiera Lorca, cuando los elegantes caballeros de La inesperada, comparsa de José Miguel Ibáñez cuyo nombre y tipo aluden a la parca, realizaron la fúnebre tarea de recoger sus pequeñas almas libres de pecado, así lo contaron en un sentido pasodoble que emocionó a todos con las rimas finales en las que pusieron en boca de la pequeña Ruth una advertencia: "Si por casualidad viera a mi madre dígale que yo cuidaré de José, pero que ella se cuide de mi padre".
La chirigota de Cristóbal Ángel Castilla Cristo, Las FEAS, le pidió a la Luna en un pasodoble, que cuide por siempre de estos dos nuevos "luceritos" a los que les dio tiempo de dibujar la vida, pero no a vivirla. Las dueñas de La sultanita afirmaron en sus letras que los hermanos jugaban ahora entre nubes de algodón en la franquicia de su puesto de chuches que han abierto en una placita del cielo.
La chirigota infantilLas niñas de la vara, que alzaron carteles con las fotos de Ruth y José durante su actuación, entonaron un pasodoble reclamando el único descanso posible para el corazón de su madre, Ruth, que la tierra que los vio nacer los acune por siempre, que los restos de sus pequeños reciban, por fin, su eterno descanso.
Muchas y buenas letras que las agrupaciones han cantado estas semanas en la calle. Letras que dan fe del sentir de una ciudad y reclaman justicia, a sabiendas de que no habrá condena que redima el crimen, aún presunto, que ha dejado en sombra el corazón de toda una ciudad.
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